Por: Claudia G. Chávez
Leer los poemas de Sandra mortis es lanzarse a un mar profundo lleno de metáforas, imágenes, generoso en bella poesía. Este libro de poemas publicado por la Universidad de Sonora, no es la excepción, incluso me atrevería a decir, en lo personal, que es uno de sus libros con una madurez exquisita.
Hace varios años que leo a mi paisana Sandra, y desde la primera vez que la leí, y me sumergí a sus versos, quedé prendada de la riqueza de retórica, ella es una poeta incansable que le hace honor al oficio, es una voraz lectora y esas huellas sobresalen, a la hora de escribir.
Sandra se enfrenta en este libro de poemas “Invocación de olvido”, al silencio, a la Soledad, dolor, duda, recuerdos nostálgicos, las ausencias dolorosas; armada de palabras llenas de belleza, con sentimientos enraizados en la espera:
Vicisitud
El espejo desvía el laberinto
la duda balbucea
distancia escasez combate
travesía de preguntas
alberga ausencias.
transpiro la rutina
retórico hastío indescifrable.
Faro opaca mentiras
y deshilvano misterios
en mi paz conturbada.
Aquí el embate resulta victorioso en el espíritu, plasmando las heridas en tinta. Eso es el poemario, “invocación de olvido” donde el dolor es una contaste en el tiempo, la soledad es la compañía que aconseja, los recuerdos nostálgicos, estímulos de inspiración; convertidos en belleza de imágenes, y recursos estilísticos:
Descontrol
Surges de un
túnel remoto
y me tropiezo
con tu esencia,
destilas en mis
mejillas
en descontrol
salvaje,
invades la habitación
y sangra en la
cama
este dolor imperecedero
que esconde su huella.
Mengua el martirio:
tiempo devora la tormenta,
el suplicio de la soledad contrita
ya no me desmorona
y el reclamo cual serpiente
envenena mis creencias.
Utiliza el tiempo, el dolor, la soledad, la rutina como musas para transformarlos en versos maravillosos que transportan a un universo mítico. Un desdoblamiento de emociones que viajan al cosmos, y vuelven para iluminar la hoja en blanco, esa, que minutos antes, castigaba a la vista con los fantasmas mudos de los recuerdos:
Invocación
Aislamiento libros música
invocación de olvido
por versos vigilantes
y los números en vaivén.
Ruta incomprendida
culpa miedo desespero
eco desfallecido
artificio de tormenta.
Descubro promesa recóndita
potencia que se descifra
inercia de realidades
en la absolución del tiempo.
El silencio, entreverado en cada página, donde la poeta lo convierte en una retórica, musical, elegante, sobria. Los versos encarnados afloran en un compás sinuoso. En este poemario Cada letra, cada verso emana del sufrimiento, sin embargo el espejo donde se refleja la poeta, para trasmutar en palabras, es el indulto, la coraza para vivir en este mundo.
* Integrante del taller literario “después del café”