Por: María Trinidad López Lara
El tatuaje es la creación de un artista, que gracias a su talento, su experiencia y creatividad logra plasmar en el cuerpo de un ser, su obra de arte. El arte no sólo se plasma en lienzos, ni en esculturas de granito, ni tampoco las forjadas al calor del fuego. El cuerpo humano se ha convertido en la materia prima para desarrollar un arte que no da lugar a errores. La palabra tatuaje significa: “Dibujo indeleble en la epidermis” y como su nombre lo indica los tatuajes son dibujos que se aplican en cualquier parte del cuerpo. Se menciona como dibujo porque no hay algo en específico o una regla que diga lo que te tienes que poner.
Esto proviene del gusto de cada persona, puede ser un dibujo, una palabra, una greca, o lo que sea. Estos, son realizados, mediante la rotura de la epidermis, con un objeto punzante, o sea, una aguja, la cual en su punta lleva tinta insoluble. Al ir rompiendo la piel, específicamente la epidermis, que es la primera capa de piel del cuerpo humano, los tatuajes quedarán a manera indisoluble.
El tatuaje tiene que ser considerado un arte, por que detrás de cada tatuaje esta un autor. Es el artista el que verdaderamente se encarga de captar e interpretar la idea y el significado que le pide su cliente, para luego mediante su experiencia, su técnica y su creatividad, plasmar en la piel la obra de arte.
Sin embargo hemos visto en muchos ámbitos de la sociedad que los tatuajes son vistos como arte pero al mismo tiempo son punto de rechazo y prejuicio social ya que para algunas personas están asociados con delincuentes o simplemente estéticamente está mal visto, estamos en una sociedad que piensa que por el simple hecho de estar tatuados no se puede ser lo suficientemente competentes para ejercer una profesión.
La piel escrita, pintada, tatuada o marcada, expulsa al cuerpo del sitio biológico y lo expone como proyecto corporal en el arte. Se cree que en la antigüedad el proceso del tatuaje era mucho más elaborado que en la actualidad, ya que tenía un carácter significativamente más ritualista que en el mundo contemporáneo. Existía la creencia que los tatuajes protegían contra la mala suerte y las enfermedades.
También se utilizaban como identificadores del prestigio social, del rango o de pertenencia a un grupo determinado. Sin embargo, se ha usado frecuentemente como adorno. Hoy en día, se podría hablar de los tatuajes como una “moda” lo cual hace que pierda su significado ancestral y con esto que se vuelva un objeto del capital de consumo.
Es decir, “Los tiempos han cambiado vertiginosamente y podemos disfrutar del ejercicio pleno de nuestros derechos y obligaciones, y con ello, las perforaciones y los tatuajes son vistos como ornamentos de moda, fijación de la personalidad y atracción sexual.
Un tatuaje implica aspectos personales que finalmente la sociedad debe respetar bajo un ámbito de tolerancia. La sociedad ha estado vinculada al tatuaje donde este es un derecho fundamental a la libre expresión de una persona y en la cual al ser de libre elección puede que una de estas opciones sea algo fashionista, arte y/o gustos personales. El tema de la moda lejos de ser un asunto meramente banal constituye un documento estético sociológico que da clara cuenta de las sensibilidades de una época, en particular de la voluntad de ruptura e innovación o, por otra parte, de férreo conservadurismo, quedando definido el asunto del vestir como un asunto sustancialmente político.
La moda ésta en todas partes, también en los tatuajes, jóvenes que quieren adaptarse a un medio que les ofrece, rebeldía, arte y expresión juntas en un mismo espacio, seguro que se puede vender por ir en contra de la corriente y con esto marcar un hito en el camino tanto en su vida personal como ante la sociedad que les exige cambios drásticos para hacer parte de un nuevo grupo.
Los famosos se tatúan ya que para ellos es muy “Nice” tener tatuajes, y al contrario de ser discriminados, son aplaudidos, esto es algo que globalmente sigue en aumento, y es por esto que los tatuajes tienen su lugar en la sociedad, ya sea transformándolo como una moda o como un símbolo personal en busca de una identidad.
En el consumismo, el común de la sociedad de consumo “consumo, luego existo”; el tatuaje es un bien de mercado. Existen tatuajes más caros, más glamorosos, más exóticos, en fin toda la escala de valores del consumismo.
En mi época de adolescente llevar tatuajes era cosa de marinos, presos y gente no grata, personas diferentes por la perspectiva de estar encerrados mucho tiempo, hoy en día es de futbolistas, cantantes y demás famosos: los tatuajes tienen ahora glamour y se considera también que son señal de personalidad y de independencia. Fuente (Tatuajes, dolor y su relación en la construcción de la subjetividad).
* Directora de la U de O Campus Guamuchil