Por: María Trinidad López Lara
Punto más alto o mayor grado de perfección, intensidad o grandeza en algo.
Sendero a través del cual se manifiesta al máximo la capacidad de la persona y se vive con pasión, determinación y paz. Hay una cumbre que cada uno tenemos que alcanzar, hay una para cada uno, una para mí y una para ti, es la cumbre de la vida. Uno de nuestros primeros descubrimientos cuando emprendemos el camino de la superación es la guerra que mantenemos con nosotros mismos. Nos enfadamos por nuestros errores; estamos resentidos por nuestras debilidades; nos resistimos a hacer realidad nuestras aspiraciones más elevadas. Queremos progresar en todas las áreas de la vida, pero no nos gusta su precio. La resolución de estos conflictos estriba en el discernimiento de “lo que es” y ello nos lleva ineludiblemente a encontrar la paz interior, descubrir el horizonte infinito que es la vida, nos permite encontrarnos ante la perspectiva privilegiada desde la cual se puede contemplar el ideal de nuestra existencia, podemos fijarnos en un elevado ideal, tan alto como el Everest y lanzarnos a escalar la cumbre, para ello hay que romper paradigmas para alcanzar la misión más elevada de nuestra vida que
es la felicidad y cultivar nuestros dones, virtudes con disciplina y práctica de hábitos, buscar la paz interior, siendo personas equilibradas podemos ayudar y contribuir a la integración de los demás. Sólo vive de verdad quien es capaz de vivir dedicado con toda su alma a realizar un sueño. Quien tiene un blanco elevado, quien tiene una gran esperanza, quien lucha por algo grande y hermoso, es feliz, aunque padezca trabajos y privaciones, puede ser que nuestro ideal nos obligue a luchar toda la vida para alcanzarlo y todavía más, puede ser que nunca lo alcancemos… pero el romance de la lucha habrá embellecido y ennoblecido nuestra existencia.
El viaje completo a los idealismos significa que también tenemos que superar los baches de la envidia, los desvíos de la impaciencia, las calles sin salida de la terquedad y los puentes helados de la rigidez. Pero debemos viajar. El viaje hacia ese ideal o cumbre personal no se realiza en un coche aparcado, los propósitos definidos nos proporcionan una energía incalculable, en la vida; pero concentrar en ese propósito todas nuestras fuerzas es, ni más ni menos hacernos invencibles, así como los débiles rayos del sol invernal que encienden con facilidad una fogata, si se enfocan y se concentran debidamente, quien no lucha no vive ni alcanza su ideal, ni llega a su cumbre. Pero, a pesar de todo lo anterior, si queremos ser auténticos y verdaderos triunfadores, no podemos dejar de ser realistas, ya que puede darse el caso de nunca alcanzar nuestro ideal, pero lo más importante será grabar en nuestra alma la convicción de que somos alguien y que seguirá habiendo oportunidades para todos a pesar de. Un claro ejemplo de inspiración y de los avatares de la gloria y la tragedia, es sin duda Mahatma Gandhi, lo primero que se nos viene a la mente es que fue un precursor por la paz mundial. Sin embargo, no gobernó su país pero consiguió lo que nadie había logrado antes: acaudillar la mayor revolución no violenta de la historia, con la cual logró la independencia de su patria. Fue un hombre muy sabio que dejó un gran legado de pensamientos que siguen vigentes hasta el día de hoy, indudablemente que los ideales que guiaron toda su vida, se identificaron con un ardiente amor a su país.
Con ello podemos considerar que el servicio a los demás, simboliza las acciones auténticas llenas de valores, elevando la vida de quienes nos rodean, la vida propia alcanza las más altas dimensiones. Aprendiendo de los mejores, de las personas que han logrado los mejores resultados en su largo caminar por la vida misma, el aprendizaje es el principio de la riqueza de nuestro desarrollo armonioso que tiende a iluminar y a embellecer nuestro ascenso hacia la cumbre personal y a convertirnos en libertadores de nuestro espíritu. El espíritu con el que asciendas determinará la grandeza y la calidad de tu obra, ten por seguro que todavía hay lugar en esas cumbres ya que los mejores puestos están vacantes. (Vivir para Triunfar).
Vive como si fueras a morir mañana y aprende como si fueras a vivir siempre.
Gandhi
* Encargada de la Dirección Universidad de Occidente
Unidad Guamúchil