Por: Carlos Varela Nájera
En efecto, si consideramos la experiencia como determinante en el devenir del sujeto, nos alejamos de un determinismo genético exclusivo quedetermina desde un inicio su destino. La plasticidad sería, entonces, ni más ni menos que el mecanismo por el cual cada sujeto es singular y cada cerebro único. François Ansermet y Pierre Magistreti (2012, p. 15). A cada cual su cerebro. Editorial Katz: Argentina/España.
El cerebro al igual que lo inconsciente son onticamente objetos de la cultura, aunque lo inconsciente no se puede reducir a un estudio Ontíco, sino que se inscribe en una dimensión ética, sabemos por otro lado que el cerebro no anda sólo, lo echan a andar las experiencias culturales, asumiendo que lo cultural es un acervo de conocimientos necesarios para nuestra sobrevivencia y que permiten el orden de lo civilizado, la transmisión de este acervo se inscriben lingüísticamente, simbólicamente, científicamente, espiritualmente, permitiendo que lo humano se civilice.
La experiencia de lo humano deja una huella mnémica, que como percepción de (aprendizajes) posibilita las conexiones nerviosas permitiendo al sujeto salir de lo
autístico del cerebro, hacia lo social del mundo. La experiencia del sujeto siempre es en singular, del uno por uno, y esto la cultura lo socializa, la experiencia de lo singular produce la plasticidad cerebral que Ansermet y Magistreti mencionan, “como un mecanismo por el cual cada sujeto es singular y cada cerebro único”, estos autores dicen que la experiencia modifica permanentemente las conexiones entre las neuronas y los cambios son tanto del orden estructural como funcional, en este sentido el cerebro se está modificando constantemente bajo el efecto de las excitaciones recibidas, de este modo existe un sujeto que tiene su cerebro con el que interactúa de manera solidaria.
La plasticidad cerebral rompe con la concepción ingenua que maneja el discurso universitario y sus epigonos, que hacen acuso de recibo dogmático del determinismo genético, como único argumento válido en la explicación del sujeto y su psiquismo. El concepto de plasticidad rompe con la idea única del determinismo psíquico, la plasticidad abre el camino a la singularidad, es decir somos únicos y nos movemos en la diversidad fenoménica.
Freud menciona que lo anímico-subjetivo afecta al cuerpo, el hombre perece por sus propias ideas, para ser más preciso, él sabía, que las ideas obsesivas, delirantes o paranoicas, así como muchas afecciones nerviosas no podían ser mapeadas en el cerebro y este autor plantea que lo mental no es más que un entramado de fantasmas que Lacan ubica del lado de las imágenes, fantasías, que dan vida a lo anímico, todo esto dentro del orden cultural-simbólico.
Lacan ubica los fantasmas del lado de los significantes y sabemos que no hay pensamiento sin el encuentro con el Otro del lenguaje, aún podemos decir que el amor es una construcción cultural, cada sociedad se hace amar desde un ritual particular, de tal suerte que en cada contexto geográfico el sujeto hace que el cerebro se excite y responda hormonalmente.
Ni que hablar del deseo porque esto nos llevaría por otros recorridos, así como el miedo intenso puede hacer que el cerebro secreté adrenalina produciendo un paro cardíaco, coloquialmente se dice, se cago de miedo, o murió de miedo. Bertrand Russell citado por J. Jeans, menciona lo siguiente: “Suponemos que un proceso físico da comienzo en un objeto visible, viaja hasta el ojo, donde se convierte en otro proceso físico que provoca aún otro proceso físico en el nervio óptico y finalmente, produce algún efecto en el cerebro al mismo tiempo que vemos el objeto donde se inició el proceso: pero este proceso de ver es algo mental, de naturaleza totalmente distinta a la de los procesos físicos que lo preceden y acompañan. Esta concepción es tan extraña que los metafísicos han inventado toda suerte de teorías con el fin de sustituirla con algo menos increíble” Tomado de física y filosofía, universidad Cambridge (1943).
Si los sujetos quedan adormecidos por el dulce encanto de las neurociencias, es por que estas lo someten a una explicación muy simplista de la vida, en lo cual hay que dejarnos guiar-obedeciendo al programa del cerebro, y con ello amordazando al sujeto a un determinismo, para todos sin un mínimo de libertad, encadenando al sujeto a una mera causalidad donde el sujeto no estaría con cernido ni al azar mucho menos la Tyche, donde ser concernidos por la suerte es sólo un idealismo que se tiene que curar con cientificismo.
* Lic. en psicología/ Doctor en educación