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Por un México sin ejército

By sábado 31 de diciembre de 2016 No Comments

Por: Carlos Lavin Figueroa

por un mexico sin ejercitoPrevio a la conquista, en México, había una alianza de tres reinos que conformaron un ejército que fue conquistador de 38 señoríos independientes como el de Cuauhnahuac, a quienes tenían sometidos obligados a pagarles tributos.

A partir de la conquista española se estableció una estructura militar para defender sus posesiones por las riquezas que producían, porque las flotas inglesas y francesas asediaban en el Caribe y el Golfo de México, sumándose los piratas independientes que asediaban a los barcos españoles cargados de plata y oro hacia la península. En las costas se construyeron fuertes; el Morro en Puerto Rico, otro Morro en La Habana, el de San Juan de Ulúa en Veracruz, en Campeche el de San Miguel y su muralla, se sumaron barcos escoltas para custodiar las flotas que eran atacadas por piratas, bucaneros, filibusteros, y corsarios a quienes Inglaterra y Francia les daban protección y patentes de corzos para hacerse de botines, incluso de otros piratas, todo a cambio de una parte de lo obtenido. Un corsario también podía ser representante del país que lo protegía para hacer alianzas y tratar con autoridades, así, Inglaterra negocio Cuba por La Florida y se hizo de Jamaica; Holanda de la isla Tortuga; y Francia, de la mitad de la isla La Española, hoy Haití.

Para su independencia el pueblo mexicano integró un gran ejército que a poco arrebataría armas españolas con las que lograron independizarse. El México ya libre sufrió invasiones de potencias europeas, que los ejércitos mexicanos defendieron hasta donde pudieron. Ante la invasión de Estados Unidos se perdió más de la mitad de nuestro país, pero porque le fue vendido disfrazándolo de una indemnización por daños de guerra mediante un tratado de paz, el pago se haría años después con el oro extraído en la California antes mexicana. Después de la Independencia, se creó la Secretaria de Guerra y Marina, que al término de la Revolución integraba también a los revolucionarios, pero ese nombre era belicoso, y en 1937 se dispuso el cambio por el de Secretaria de la Defensa Nacional.

La última ocasión en que nuestro país entró en conflicto bélico fue con el “Escuadrón 201” en la Segunda Guerra Mundial, cuando los norteamericanos hicieron entrar a México con el pretexto de que fueron los alemanes -y no ellos- los que habían dañado al barco petrolero mexicano “Potrero del Llano” y hundido al “Faja de Oro”, eso, cuando surtían petróleo a los EEUU. Estrategia que surge ante la amenaza de que México se aliara con Alemania para invadir desde aquí el país del norte con la promesa alemana de que México recuperaría sus territorios perdidos. A partir del ’68 el ejército fue repudiado por asesinar a miles de estudiantes; apenas, y con penas recuperaba su credibilidad cuando otra vez lo mandan a las calles.

Hoy, poco o nada se podría hacer ante la incursión de una potencia militar, hoy, las invasiones y las guerras son más bien de carácter económico y comercial, por tal, no hay ya razón de conservar un ejército a un enorme costo, que ejecuta funciones policiacas sin estar dentro de sus facultades violando la Constitución, pero además, sus miembros son emboscados y asesinados, si se defienden intervienen los derechos humanos imputándoles crímenes, aunque también comete abusos quizá por rencor o miedo, porque la delincuencia organizada está más que bien armada.

Hoy, México debe armarse pero de una planta industrial generadora de empleos y con gran capacidad de exportación como los países asiáticos que tienen invadido todo el mundo con sus productos. Son ya 25 países que no mantienen ninguna fuerza militar. Siete de ellos -Costa Rica, Dominica -no Dominicana- Granada, Haití, Liechtenstein, Mónaco y Panamá- pasaron por un proceso de desmilitarización, otros están en eso. Los otros 18, siglos ha que no tienen ejército y gozan pactos de defensa con otras naciones. Luego entonces, o se debe modificar la Constitución o debe darle atribuciones a las milicias para que puedan ejercer legalmente las acciones que actualmente desempañan fuera de ley; la otra posibilidad, es reconvertir al ejército en fuerzas policiacas de carácter preventivo, judicial, fiscal, y de rescate, de servicios sociales, como la construcción de escuelas, viviendas y caminos rurales, pasendo a formar una eventual reserva militar.

Eso es en lo particular, pero en términos generales urge una Constitución totalmente nueva que conforme una Segunda República, la actual esta vetusta, zurcida, vapuleada y violada. En cuanto a la Marina, sin duda, seguirá siendo necesaria para salvaguardar las costas y los desamparados mares patrimoniales con sus riquezas. Y en eso de las nuevas formas de guerra; Peña sostenía una y otra vez que México no pagaría el tan anunciado muro; y Trump a que sí. Pero el tal Donald lo había ideado no para que lo pagara el gobierno mexicano, sino a través de ingresos cooptados por su gobierno a los migrantes y por medio de impuestos a las exportaciones. Hasta donde, el senado estadounidense permitirá esa guerra económica, racista y tramposa con sus ya nefastos “efectos trumpianos”.

P.D. Hasta la proxima

* Historiador y Cronista de Cuernavaca

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