Por: Sofia Mireles Gavito
Poco después de la independencia de Chiapas de España y Guatemala, los chiapanecos deciden formar parte del Imperio de Iturbide, decisión que fue aceptada por México el 16 de enero de 1822. Esta unión al Imperio duró hasta el 7 de junio de 1823, luego de la abdicación del Emperador Agustín de Iturbide el 5 mayo del mismo año. En este transcurso, Chiapas tomó la determinación de declararse libre de agregarse a México o reincorporarse a Guatemala.
A finales de 1823, se reinstaló la Junta Suprema Provisional como única autoridad para regir y resolver los destinos de Chiapas. En circular de 22 de marzo de 1824, se pidió a todos los partidos que sin demora expresaran a cuál de las dos naciones deseaban federarse, ofreciendo la Junta hacer el conteo de los votos. Estaban contando, cuando llegó a San Cristóbal un decreto del Congreso Mexicano de fecha 26 de mayo, dando 3 meses de plazo para decidirse.
El Soconusco se disgustó por el decreto de México y la presencia del delegado mexicano, y decide incorporarse a Guatemala el 24 de julio de 1824. Más la Junta Suprema Provisional declara nula el Acta del 24 de julio por oficio del 7 de septiembre de 1824. Más los disidentes se negaron a unirse a Chiapas, y el gobierno de Guatemala envió el 21 de mayo de 1825 al Teniente Coronel José Pierson con fuerzas para que ocupara militarmente al Soconusco, cosa que hizo. El Congreso de Chiapas dispuso por decreto de 23 de junio de 1825 que marcharan tropas a Tonalá, plaza donde llegó el 7 de julio el Gral. Juan Pablo Anaya.
Esta delicada situación estuvo a punto de provocar una crisis bélica; pero la retirada paulatina de las fuerzas guatemaltecas la conjuraron y el asunto se ventiló por la vía diplomática, estableciéndose mientras tanto, un estado de aparente neutralidad del Soconusco.
Habría que hacer la aclaración que el Soconusco, desde el inicio de la colonia hasta 1805, abarcaba la región que comprendía desde Ayutla hasta el río Las Arenas. Y, es en este año de 1805, que el Departamento del Soconusco se divide en dos subdelegaciones: Tapachula y Tonalá. La Subdelegación de Tonalá abarcaba desde el río Las Arenas hasta el pueblo de Mapastepec.
El 25 de mayo de 1825 el Teniente Coronel Pierson señala como frontera occidental del Soconusco, la línea del río Cintalapa, la Barra de Zacapulco y un cerro que median entre los pueblos de Escuintla y Mapastepec. La frontera oriental era el río Petacalapa y la Hacienda Casconá.
El Soconusco fue una zona neutral durante 17 años (1826-1842); pero fueron unos años de constante zozobra, agresiones, despojos y amenazas por parte de Guatemala; pero por parte de México nunca recibió atención y auxilio cuando el Soconusco lo solicitó. Durante este período de neutralidad internacional, el Soconusco fue albergue de criminales y contrabandistas de ambas repúblicas, que llegaban a esta región a refugiarse, seguros de gozar de impunidad con sólo trasponer sus límites. Los pueblos de Tuxtla Chico y Escuintla, varias veces, habían manifestado su deseo de reincorporarse a México. La gota que derramó la crisis de esta situación, fue el incidente ocurrido en el paraje de Casconá, en marzo de 1840.
El 2 de marzo de 1840, Quetzaltenango anunció que enviaría tropas al río limítrofe de Petacalapa, y el Comandante de armas solicitó que se le permitiera entrar a la zona de Casconá para buscar delincuentes y coadyuvar en la investigación, pero no lo autorizó Tapachula, pues se sabía que en Casconá habían 2 o 3 individuos de ciudadanía soconusquense que vivían generalmente en Guatemala: Vicente Meoño, un tal Arellano y otro más.
Las autoridades de Tapachula destacaron gente armada a caballo para ir a inspeccionar el rumbo, y al ser atacados por varios individuos también a caballo, dieron muerte a uno, que resultó ser mozo o cómplice de Meoño, llamado Juan Villalobos. Al enterarse de lo ocurrido el Comandante General de Quetzaltenango envió una carta amenazadora el 11 de marzo, haciendo a las autoridades de Soconusco, el cargo de haber dado muerte a Villalobos en territorio guatemalteco, exigiendo la entrega del responsable, así como la devolución del caballo del occiso y sus efectos; además, exigió el pago de $1,200.00 pesos plata para indemnizar a la Comandancia militar por los gastos del movimiento de tropas para auxiliar a las de Tapachula, amenazando de que si no se cumplían esos requisitos ocuparía la Villa. (Zorrilla, Luis, 1984: 257).
Hubo otro elemento que vino a distanciar más al Soconusco de Guatemala, y fue que el 27 de marzo de 1840, el Ayuntamiento de Tuxtla Chico informó de una representación que enviaron indígenas de su región circunvecina al Comandante general de Quetzaltenango, tomando la voz de toda la provincia, expresando sus deseos de agregarse a Guatemala a cambio de ayuda para acabar con la población mestiza (ladina) y blanca.
Tapachula ante la amenaza de invasión pago la mitad de lo solicitado, suma muy elevada para aquel tiempo. Además, el 18 de marzo de 1840, solicitó a través de una carta dirigida al Secretario de Gobierno de México, por conducto del Gobernador de Chiapas, apoyo y protección ante las amenazas de Quetzaltenango.
Pero el gobierno de México, en manos del Gral. Anastasio Bustamante no hizo nada, pues el 15 de julio de este año de 1840 sufrió un pronunciamiento en su contra (la revuelta de Gómez Farías), mostrando que la República Mexicana también sufría de gran inestabilidad.
Posteriormente, las autoridades de Tapachula expresaron sus deseos de unirse a México, convocando a una junta general para resolver si se reincorporaba el partido a Chiapas, firmándose un acta el 15 de agosto de 1841, en que se declara que Soconusco ahora sea parte de la nación mexicana; pero cuando llegó el Acta a la ciudad de México el mes siguiente, había ocurrido el derrocamiento de Bustamante por la rebelión de Santa Anna.
Al hacerse cargo de la Presidencia de la República el Gral. Antonio López de Santa Anna el 11 de octubre de 1841, y enterado de la grave situación por la que atravesaba el Soconusco, toma la determinación de entrar en acción y comisiona al Coronel Juan Aguayo para que al frente del batallón que comandaba en Chiapas, se trasladara a ese territorio para proteger a los habitantes del lugar. El Coronel Aguayo salió de San Cristóbal el 4 de agosto de 1842, y llegó a Escuintla el día 9. Al día siguiente, el 10 de agosto, el pueblo de Escuintla firma el Acta de reincorporación a México, como parte del Estado de Chiapas. Luego, se trasladaron a Tapachula, llegando el día 14 de agosto a las 12 horas. El día 15 de agosto, a las 10 de la mañana, el Ayuntamiento de Tapachula firma el acta de reincorporación. Por último, el Coronel Aguayo mando al Comandante Félix Renero con parte de la tropa al pueblo de Tuxtla Chico, y el día 18 de agosto se firma el acta.
El coronel Aguayo remitió estos documentos al Gobernador del Estado, y éste su vez, al Gobierno de la República por conducto del Gral. José María Tornel. Posteriormente, el Secretario de Guerra turnó la documentación al Ministro de Relaciones Exteriores y Gobernación, Don José María Bocanegra; y él se lo entregó al Presidente Santa Anna; quién dictó el decreto del 11 de septiembre de 1842 que decía: “que el Soconusco quedaba unido irrevocablemente al Departamento de Chiapas, y a la Nación Mexicana; además que la Villa de Tapachula sería la capital del distrito y se elevaba desde ese día al rango de Ciudad”.
BIBLIOGRAFÍA.
García Soto, Mario. (1963) Soconusco en la historia.
México. pp: 175-206.
Trens, Manuel B. (1999) Historia de Chiapas. Tomo II.
Tuxtla Gutiérrez. Coneculta, pp: 378-379.
Zorrilla, Luis G. (1984) Relaciones de México con la República
de Centro América y con Guatemala. México.
Porrúa, pp: 245- 273.
* Cronista de Tónala, Chiapas.