Por: Andres Garrido del Toral
Este sábado 16 de abril de 2016 tuvimos el honor de recibir como Ayuntamiento de Querétaro al presidente municipal de Huajuapan de León, Oaxaca, y a su pequeña comitiva donde resaltaba la presencia del cronista municipal de aquella bella tierra, Santiago de Ibarra.
El motivo era refrendar los lazos de amistad que unen a los dos municipios desde el año de 1998 que se enlazaron las dos ciudades para recordar la composición de la inmortal “Canción Mixteca”, fruto de la inspiración del profesor de música, músico y director, don José López Alavés, nativo de Huajuapan de León y seguidor del general Francisco Villa, con quien llegó a Querétaro en 1915, en medio de nuestras luchas intestinas, sobre todo en el conflicto de villistas versus carrancistas.
Querétaro recuerda muy bien a los villistas que siempre se portaron bien y generosos con la sociedad queretana, a diferencia de los afectos a Carranza que cometieron abusos y destrucciones en contra de nuestro patrimonio cultural y moral. Francisco Villa llegó a Santiago de Querétaro en enero de 1915 y en abril del mismo año partiría a El Bajío para librar las batallas de Celaya y Silao donde finalmente fue derrotado por Álvaro Obregón y reducido a la categoría marcial de gavillero y guerrillero.
Cuando José López Alavés arribó a nuestra ciudad venía en calidad de soldado, pero integrante además de la Banda Musical del ejército villista, la famosa y antigua División del Norte, que más bien era un Cuerpo del Ejército Constitucionalista. López Alavés dependía del director de dicha agrupación militar que era el general Fernando Reyes, y que en tantas noches de ese invierno-primavera deleitaron a los queretanos en veladas musicales en el jardín Zenea o en conciertos de mediodía en la Alameda Hidalgo.
A pesar de los vientos invernales López Alavés buscaba refugio en la Alameda para echar fuera su nostalgia por su lejana tierra y que su inspiración creciera, como musa peregrina que llega o se va sin avisar. Paseaba el filarmónico huajuapense su magra y humilde figura por nuestro principal parque, callado, serio y decente, como era. En la cabeza traía una música sin letra a la que había empezado a anotar en su pentagrama desde el año de 1912, pero el cielo queretano le vino a decir que estaba muy lejos del suelo en que había nacido y que inmensa nostalgia abatía su pensamiento…y que al verse tan solo y triste cual hoja al viento quería morir de sentimiento.
La hojarasca de la Alameda centenaria le vendría a recordar su morriña y por fin terminó la tan preciosa letra que es el segundo himno nacional mexicano y que hace que la “Canción Mixteca” sea la letra mexicana más conocida en el mundo entero. Presentó López Alavés la letra y música al general Fernando Reyes y éste giró instrucciones a los diversos instrumentistas para que adaptaran los arreglos de la línea melódica y se estrenara en Querétaro antes de la partida a El Bajío.
Cuentan los cronistas queretanos que no habían terminado de sonar las primeras notas y los cánticos de la letra en el primer ensayo cuando José López Alavés rompió emocionado en llanto, a lo que el director Reyes solamente reaccionó diciendo “¡No llore mi profesor¡”.
La pieza se estrenó en Querétaro en abril de 1915 y ganó concursos nacionales por su alta calidad e impresionante belleza. Todavía en 1962 el presidente de la República, Adolfo López Mateos, le hizo un homenaje por cumplirse 50 años de la composición de la música de la “Canción Mixteca” y quedó grabada en los más reconocidos libros de historia de la música mexicana. En 1974 murió el maestro López Alavés en el bello poblado de Coyoacán, en medio de la satisfacción del deber cumplido.
Así las cosas, el Ayuntamiento de Querétaro y el de Huajuapan de León recordaron el aniversario 101 de que fue compuesta la inmortal canción en nuestra ciudad. Desde noviembre de 1988 adorna un hermosísimo conjunto escultórico de Juan Velasco Perdomo la Alameda Hidalgo con motivo de la “Canción Mixteca”, inaugurado por el alcalde Braulio Guerra Malo a petición del cronista municipal Eduardo Loarca Castillo. Gracias al maestro Ángel Fernández Nieto, director de la Estudiantina de la U.A.Q. por haber hecho la delicia de la concurrencia e interpretar la divina canción.
* Doctor en derecho y Cronista de Querétaro
