Por: Ignacio de Jesús Lastra Marín
Ante un panorama de una población mundial en constante aumento, la acuacultura representa una alternativa viable para satisfacer la demanda de alimentos, además de constituir una excelente fuente de proteínas, nutrientes y energía. También constituye una oportunidad de inversión y negocios, así como factor de desarrollo de las comunidades rurales, para generar riqueza y empleo.
La acuacultura, es una de las actividades con más rápido crecimiento y de acuerdo con datos de FAO, en 2012 mientras la pesca de captura se mantuvo estable con una producción mundial de alrededor de 80 millones de toneladas, la producción acuícola mundial alcanzó más de 90 millones de toneladas. La importancia de la acuacultura radica en que puede proporcionar el 50% de las necesidades diarias de consumo de proteína para un adulto. En el año 2010, la carne de peces representó el 16.7 % de proteínas de origen animal, consumidas por la población mundial (FAO).
Se estima que para cubrir el consumo per cápita para el año 2030, la acuacultura deberá producir 28,8 millones de toneladas más al año, que en la actualidad. En América Latina y el Caribe, la producción ha crecido a tasas anuales de cerca del 20%. Con más de 1.8 millones de toneladas de productos acuícolas en 2009, América Latina y el Caribe aportan el 3% de la producción global. La acuacultura de recursos limitados (equivalente a la agricultura familiar), es practicada por más de 100 mil familias de los países de la región.
Los principales cultivos regionales corresponden a especies exóticas, fundamentalmente salmónidos (truchas y otros) en 9 países de la región; camarones marinos, en 18 países; y tilapias en 20 países. Existen cerca de 567 especies acuáticas que se cultivan en el mundo, lo que representa una enorme riqueza; sin embargo, es fundamental que su desarrollo se lleve a cabo de forma sustentable, considerando que la pesca de captura ha venido disminuyendo por la sobreexplotación y agotamiento de los recursos. México cuenta con condiciones climáticas y territoriales privilegiadas, que le permiten cultivar una gran variedad de peces.
En este contexto, en el 2012 la SAGARPA, publicó en el Diario Oficial de la Federación, la Carta Nacional de Acuacultura, donde se indican las especies que pueden producirse bajo condiciones controladas, en aguas continentales y marinas, el desarrollo tecnológico y las zonas de cultivo. La producción pesquera y acuícola de México en 2014, ascendió a un millón 751 mil 952 toneladas de especies procedentes de los litorales, zona económica exclusiva y aguas interiores del país (CONAPESCA). La acuacultura creció 32.2 %, al pasar de 245 mil 760 toneladas en 2013 a 325 mil en 2014, principalmente en especies como mojarra, trucha, ostión, carpa y camarón (CONAPESCA, 2015).
Retos:
En un mundo en el que más de 800 millones de personas siguen padeciendo mal nutrición y en el que se espera que la población mundial aumente en otros 2 000 millones, hasta llegar a los 9 600 millones de personas para el 2050 (con concentraciones en las zonas urbanas costeras), se enfrenta el desafío de producir alimentos para cubrir la demanda y proteger al mismo tiempo, los recursos naturales para futuras generaciones.
La acuacultura, es una opción para enfrentar el desafío y producir proteína de alta calidad, para la alimentación de familias que en superficies pequeñas, podrían cultivar peces, utilizando geo-membranas, fosas de tierra o de cemento.
Además, representa oportunidad de negocio para los empresarios, con la posibilidad de solicitar la concesión de las aguas en presas, utilizando jaulas, o en aguas marinas, o producir en geo-membranas.
La SAGARPA publicó el 6 de junio de 2012, en el Diario Oficial de la Federación, el Acuerdo mediante el cual se aprueba la utilización de la Carta Nacional Acuícola, con el objetivo de dar a conocer a los sectores productivos, las concesiones y permisos para la realización de la actividad.
El Instituto Nacional de Pesca (INAPESCA), emite y describe los indicadores de algunas especies des- tinadas a la acuacultura, las tecnologías mínimas de producción y las principales zonas de producción. Se estima que en Estados Unidos, Japón, Europa y China, seguirá creciendo la demanda de pescados y mariscos importados, por arriba de su producción, lo que abre magnificas expectativas en los mercados internacionales.
El desarrollo de la acuacultura presenta desequilibrios y su producción tiene una distribución desigual. Asia representa 88 % del volumen de la producción acuícola mundial. Por ello, la acuacultura debe considerar elementos externos como la presencia de consecuencias climáticas adversas y enfermedades. En el plano mundial de acuerdo a FAO, 15 países produjeron el 92.7 % de todos los peces comestibles cultivados en 2012. Entre ellos, Chile y Egipto llegaron convertirse en productores de millones de toneladas y el Brasil ha mejorado significativamente su posición mundial en los últimos años.
En cambio, Tailandia, después de alcanzar su máximo de producción de 1.4 millones de toneladas en 2009, vio como esta disminuía a 1.3 millones de toneladas en 2010 y a 1.2 millones de toneladas en 2011 y 2012, debido principalmente a los daños ocasionados por las inundaciones de 2011 y a la caída del rendimiento del camarón, como consecuencia del síndrome de mortalidad temprana.
En Japón, la producción acuícola que había disminuido a un millón de toneladas por el tsunami de 2011, se recuperó ligeramente hasta superar los 0.6 millones de toneladas en 2012. La producción alcanzó un máximo de más de 0.6 millones de toneladas en los Estados Unidos de América y la República de Corea en 2004 y 2007, respectivamente.
En 2012, sus respectivos niveles de producción fueron ligeramente superiores a 0.4 millones de toneladas y algo menos de 0.5 millones de toneladas. La producción de peces comestibles cultivados ha aumentado de forma constante entre los otros productores principales, excepto en Chile, donde los brotes de enfermedades en la acuacultura marina en jaulas de salmón del Atlántico, afectaron a la producción en 2009 y 2010 antes de la recuperación y posterior expansión de la misma en 2011-12.
Es de destacar, que las aguas continentales cada vez presentan mayores niveles de contaminación y que la acuacultura responsable debe producir alimentos sanos y saludables, es decir, con inocuidad alimentaria.
Los niveles de deterioro ambiental por la construcción de presas, son otras de las causas más criticadas, para en las ya construidas, una alternativa es producir mojarras en jaulas.
* Ingeniero, Villahermosa, Tabasco