Por: Guadalupe Velásquez Arballo
El Taller Literario Después del Café, en coordinación con la Escuela Normal Superior y la Dirección de Cultura de Cajeme, lanzaron la invitación el 29 de febrero del 2016, al “Taller intensivo de composición y versificación poética” que impartiría el maestro Hugo Medina. No se hizo esperar la respuesta por parte de quienes se interesaron, y el mismo día en que se lanzó la convocatoria, ya estaba lleno con el cupo límite de integrantes; confirmando su participación a través de los correos que se especificaron en la convocatoria. La esperada tarde del sábado 5 de marzo del presente año, las palabras salieron a la luz en la voz del maestro de dicho taller, en las instalaciones de la ENSHO sede Cd. Obregón. Antes de continuar con la relatoría, compartiré con ustedes una breve reseña de Hugo Medina, para conocer sobre su trayectoria.
Originario de Hermosillo, Sonora (1979); estudió la Lic. En Letras Hispánicas por la Unison, 1997-2001; es pasante de Maestría en Letras Españolas por la UNAM por el periodo 2003-2005 (tesis: “Estudio de las diversas modalidades de meta ficción en el Quijote”, directora de tesis: Dra. María Stoopen Galán). Ganó el primer lugar en los Juegos Florales “Alonso Vidal” del Carnaval Internacional de Guaymas en 2001 y el segundo lugar en los Juegos Florales de Nogales, en el mismo año. Logró el tercer lugar en el III Concurso Estatal de Poesía “Alonso Vidal” 2003, con el plaquette“Cuchillos afuera”. Ha sido premiado en el Concurso del Libro Sonorense con las obras: La soledad y el poder (Ensayo, 2005); Boca de sombras (Poesía, 2005); Necropulsiones (Cuento, 2008) y Hedónico fragmentario (Ensayo, 2009), de próxima publicación.Ha impartido Asesorías en corrección de estilo, diplomados, cursos, talleres, y también se ha desempeñado como docente en del estado de Sonora; por mencionar sólo algunas de las tantas actividades en las que se ha desarrollado.
Al llegar a la escuela; el director de la ENSHO, Manuel Antonio Argüelles Morales, ya tenían todo dispuesto para recibir a los asistentes del curso. Se recorrió un poco la hora de su inicio, en lo que terminaban de llegar los participantes. Nuestro instructor, Hugo Medina, arribó desde Hermosillo; para compartir sus conocimientos y cargado con libros de poemas y cuentos, que generosamente obsequió y que más tarde, tuvo la paciencia de dedicarlos a todos.
Una vez reunidos los participantes, se dio formalmente el inicio del Taller, siendo las 3:30 de la tarde; atentos y en silencio escuchamos la mecánica a seguir por el maestro, quien nos dijo que dejáramos las preguntas hasta el final, para cubrir el programa, el cual, un tanto ambicioso, abarcó los temas y puntos más importantes para conocer y aprender cómo hacer poesía. Emocionados, y tomando notas de lo que cada uno consideró importante, el maestro nos compartió el link donde estaría la información del material que preparó. Me sentí de pronto -según dijera mi compañero y amigo de letras José Ruiz-, como si estuviéramos de nuevo en la primaria, sentados en los escritorios por parejas, con pluma en mano y listo el cuaderno, ávidos para recibir el cúmulo de conocimientos y experiencias de nuestro instructor. No faltaron los comentarios, las preguntas y las risas que dieron amenidad al Taller. De esta manera, me pareció que transcurrió rápidamente el tiempo. Los secretos (aunque no todos, porque no hay una fórmula única) para escribir poesía fueron develados poco a poco; sin embargo, los talleristas tomaron conciencia que dependerá de cada uno ampliarel conocimiento y encontrar su propia voz poética con los elementos y herramientas que se enseñó; así que, para poner en práctica lo aprendido; no podía faltar la tarea sobre la composición de un poema, cuyo contenido y estructura se sorteó, seleccionando papelitos, los cuales contenían el tema, la imagen y el código con los que debía de cumplir el poema.
Al finalizar el Taller, con alegría y agradecimiento, nos dispusimos a tomarnos las fotos del recuerdo de esta experiencia única, pero no sin antes, la licenciada María Luz Castillo, presidenta de OCV Obregón, entregara el reconocimiento como instructor al maestro Hugo Medina, concluyendo así formalmente las actividades a las 8:10 p.m. Pero no crean que aquí terminó todo, porque después ya teníamos preparada la reunión en casa de nuestra amiga Nydia Moreno, para celebrar y además agradecer a Hugo por toda su disponibilidad y amabilidad… Disfrutamos de una noche bohemia, en la cual después de la cena, brindamos y compartimos nuestro sentir sobre esta experiencia, así como de las propuestas de proyectos que estarían en puerta para cada uno, tanto personales como profesionales, siempre con la custodia y atención de la dama del jardín, que en silencio etéreo, permaneció envuelta de manera recatada con la Bandera de México.
Aún joven la noche, gozamos de la charla entre amigos y al calor de los brindis, Cristian Islas (maestro de música en el ITSON y Director de la Revista Semestral Intersección), quien llegó preparado con su guitarra y su cancionero, nos fascinó con su voz al interpretar canciones : “Penélope” , “Amor de voceador”, “Las piedras rodando se encuentran”, entre otras, las cuales coreamos -quienes la sabíamos-, pero sobre todo su servidora y Tania Avilés, Cecilia Zamora y la maestra Araceli Jiménez, que terminamos por hacernos fans de Cristian. Fue noche mágica, donde celebramos logros y propuestas de nuevos proyectos, viviendo una fraternidad entre amigos, reunidos por las letras.
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