Por: Sofia Mireles Gavito
La fiesta de la Santa Cruz es una de las celebraciones más importantes para todos los pueblos de herencia indígena, lo que pudiera apuntar hacia una sustitución de algún olvidado culto prehispánico. En la tradición cristiana, la ceremonia de la Santa Cruz, el día 3 de Mayo, está ligada con la conmemoración de la fecha en que Santa Elena, madre del Emperador romano Constantino, encontró la Cruz de Cristo en el monte Calvario. Los albañiles que hicieron el trabajo se encontraron con tres cruces.
Esta fiesta era celebrada principalmente por los albañiles. Todavía podemos ver en muchas casas en construcción, cruces adornadas con flores de mayo, papel de china o crepe para ser bendecidas ese día y ser llevadas al lugar donde se está construyendo la casa o el edificio. En estas celebraciones, encontramos un sincretismo religioso que incluyen antiguos rituales de petición de lluvias y tal vez de fertilidad, junto a las ceremonias católicas. En este sentido, la fiesta de la Santa Cruz posee un carácter eminentemente agrícola, denotando el inicio de la siembra del maíz y el buen logro de las cosechas.
En Chiapas, hay lugares donde se celebra la Santa Cruz, como es en la delegación de Terán; aquí la Santa Cruz es considerada la patrona del pueblo y fue otorgada a la Iglesia el 4 de abril de 1906 por don Nicéforo Peña. Desde esa época se celebra la fiesta a esta imagen.
En Tonalá, se hace la celebración a la Santa Cruz en la Lomita, desde fines del siglo XIX, según el primer cronista tonalteco, Gilberto Marín Rizo. La fiesta se hacía a través de las cofradías, siendo la primera madrina de la Cruz, la Sra. Alfonsa Suriano, auxiliada por tres hermanas: Las Ramiritas. El día 2 de Mayo, la Santa Cruz era sacada de la casa de la Sra. Cristina Hernández para ser llevada a la Lomita, donde esperaba congregada la feligresía para rendirle culto. Y el día 3 de mayo, la Santa Cruz, es saludada con las mañanitas, cantada por todos los asistentes acompañados por la marimba; durando los festejos todo el día. Al llegar la noche, se desbordan los juegos pirotécnicos con cohetes y la quema de un castillo.
En el caso de los zoques de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, ellos realizan los festejos de la Santa Cruz los días del 1 al 3 de mayo, con la elaboración de ramilletes, el arco, la ensarta de flor de mayo y la danza de Santa Cruz o del Torito.
Esta danza tiene su origen a finales de la época colonial y relata las peripecias de un grupo de negros cimarrones que escapados de alguna encomienda, se han escondido en las cuevas del Cerro Mactumatzá, y quienes para sobrevivir han robado un torete. El personaje principal de la danza es el torito elaborado con un costal de ixtle como cuerpo, al que se le pintan manchas negras. La cabeza es tallada en madera. La vestimenta del baile es calzón y camisa de manta, banda roja en la cintura, paliacate al cuello y otro en la mano, utilizando además una campanita que suena constantemente, simulando el cencerro del ganado. El rostro de las personas está pintado de negro.
El baile consta de 4 sones de tambor y pito; es bailado por hombres, en número variable, mínimo 6 personas y sin límite de participación. El primer son se baila en dos filas paralelas, de frente al altar; al iniciar el segundo son, las filas se colocan una frente a otra; para finalizar este son se realizan cruces de parejas continuos. El tercer son es un zapateado muy movido que sirve para deshacer las filas y formar un semicírculo dentro del cual se procede a simular una corrida de toros.
Durante este tiempo un caporal trata de lazarlo repetidamente al cuello y cuando cumple su cometido, el torito es tirado al piso, momento en que termina la música, para así iniciar un diálogo chusco de compra-venta del torito, con muchas palabras en doble sentido y bromas.
Dentro de los festejos de la Santa Cruz en Terán está la tradición católica del El peregrinar de “La Flor de Espadaña”, que llegó del pueblo de Suchiapa en 1954, traída por Don Pedro González Cabrera, como ofrenda a la Santa Cruz. Es un festejo que dura del 26 de abril al 1 de mayo. Los hojeros salen el día 26 de abril por la noche al cerro del Estoraque, cargando sus morrales con comida, costales y lazos para amarrar la flor de la espadaña. En su recorrido de regreso, vienen gritando con ánimo: ¡Viva la Santa Cruz, muchachos!, y los demás contestan ¡Viva! ¡Viva el cerro del Estoraque muchachos! ¡Viva agua bendita, muchachos! ¡Vivan los hojeros! ¡Viva la flor de espadaña!, terminando con aplausos.
El día 1 de mayo a las 7 de la mañana se hace el tradicional paseo de “La Flor de Espadaña” por parte de los hojeros, la cual indica el inicio de las festividades del pueblo. Entre cohetes, gritos, y vivas de júbilo de los hojeros caminan por las principales calles de Terán hacia la Parroquia de la Santa Cruz, los parachicos, padrinos y madrinas, el comité de festejos e invitados, le dan colorido a esta tradición religiosa. La feria del pueblo inicia el día 1 al 5 de Mayo, siendo el día patronal el 3 de mayo, celebrándolo con la feria comercial y a la vez, se festeja el día del albañil. El 19 de abril de 1997, el señor Francisco González Toalá y la Sra. Elda Náfate de González compusieron un corrido dedicado a los hojeros de La Flor de Espadaña, que dice:
Somos hojeros de la espadaña
Que muy contentos vamos a ir
Y muy confiados en nuestra madre
Vamos unidos a convivir.
Nuestros hermanos nos acompañan
En la promesa de caminar
Subiendo el Cerro del “Estoraque”
Todos los grupos van a rezar. (…)
Juntos saldremos de mi Terán (…)
Que la espadaña voy a cortar
Para traerla a la Santa Cruz
Y muy contento hasta su altar. ….
BIBLIOGRAFÍA.
Valdez Arévalo, Ulises. (2009) La Flor de Espadaña. Ofrenda de los hojeros a la Santa Cruz. Universidad Politécnica de Chiapas. México, pp:66.
* Cronista de Tonála, Chiapas