Por: Iván Escoto Mora
“Tom á la ferme” (traducido como Tom en el granero para el público hispanoamericano) es un filme de 2013 protagonizado y dirigido por el realizador canadiense Xavier Dolan, basado en el libreto del dramaturgo quebequense Michel Marc Bouchard. La música de la película corre a cargo del compositor libanes Gabriel Yared y la fotografía es de Adré Turpin.
Este largo metraje puede clasificarse como un thriller psicológico que aborda el tema de la sexualidad, el reconocimiento y la aceptación de la identidad personal dentro del contexto social. La cinta inicia con una imagen, Tom se encuentra en un espacio blanco -¿podría ser un hospital?-, moja la punta de un bolígrafo y escribe sobre una servilleta: “Hoy es como si una parte de mí estuviera muriendo y no consigo llorar… olvidé los sinónimos de la palabra tristeza… ahora lo que nos queda hacer, sin ti, es reemplazarte”.
Tom inicia un viaje por carretera al pueblo natal de Guillaume, participará en sus funerales, conocerá por primera vez a la madre de su enamorado. El recorrido de tomas largas junto a los trigales lleva por fondo la canción “Le moulins de mon couer” del célebre compositor Michel Legrand. En el pueblo de su amante desaparecido, Tom se enfrenta al espejismo de una vida ajena y distante de la realidad; nadie sabía nada del joven difunto o nadie quería saber. Agathe, madre Guillaume, se pregunta en un momento del filme: “¿Por qué mi hijo dejó de visitarnos?, ¿Por qué dejó de llamar y de escribir?, ¿Qué tipo de accidente sufrió?, ¿Quién estaba con él?, ¿Cómo ocurrió?, ¿Dónde? ¿Cuándo? ¡Nadie muere a los 25 años! ¡Nadie!” ¿Por qué se ocultaba Guillaume, de qué trataba de escapar? Estas interrogantes apuntan a dos dimensiones de la exclusión. La primera dimensión referente a lo social, en un ambiente represivo, intolerante, excluyente. La segunda dimensión relacionada con lo individual, con la vida interior y el deseo de pertenecer, de sentirse incluido.
Guillaume se evade, huye para vivir su vida y ejercer su libertad, aunque de manera subrepticia. Se oculta porque, de alguna manera, no termina de aceptarse como una existencia individual y divergente en medio de la realidad social a la que pertenece. Por su parte, Francis, hermano de Guillaume reprime su sexualidad y la sublima a través de la violencia, especialmente ejercida contra Tom, símbolo de la realidad que se niega a reconocer. Desde la teoría de la identidad social sostenida por Tajfel (citado por Quiepo, 2014) “el funcionamiento y uso de los estereotipos y prejuicios son resultado de la íntima interacción entre la estructuración social y la adaptación de los individuos a su medio ambiente”.
Guillame y Francis están tratando de adaptarse. A lo largo de este proceso, es posible observar dos manifestaciones de la exclusión: la primera vinculada al medio social que rechaza al individuo disonante de los cánones de la conducta esperada; para adaptarse, Francis reprime sus pulsiones negando su sexualidad y canalizándola a través de la violencia física. La segunda manifestación está vinculada a la autoexclusión que, en el fondo, es posible leer como el resultado de la imposibilidad individual para oponer resistencia a las categorías estereotipadas en el imaginario social; al no poder ser parte del canon, Guillame opta por el auto exilio.
Si es verdad la proposición sostenida por Grossi Quiepo a propósito de su revisión de Tajfel, en el sentido que: “La identidad social se forma a través de los procesos de auto-estereotipaje, por los cuales un sujeto se atribuye a sí mismo las características percibidas como típicas de su grupo o categoría Social”; entonces, el problema de la exclusión y la discriminación, al tratarse de un fenómeno derivado de la conformación de categorías estereotipadas de la realidad, podría analizarse a través del estudio de las nociones y significados presentes en el ideario colectivo e individual, ya que estas nociones y significados son el canal a través del cual se desarrolla la interacción entre las personas en el contexto social.
Emannuel Levinas (1974) afirma que toda significación social deriva de las nociones de “horizonte-mundo” concebidas sobre el modelo de un contexto, un lenguaje y una cultura; estos significados pueden corresponder a la existencia encarnada en el mundo de lo real o, responder a la ideología impuesta en el contexto de lo irreal. Lo primero implica asumir una postura racional que tiene un sustento objetivo: el hecho social; lo segundo se ubica en el campo de la especulación y del relativismo cuya vigencia depende de la fuerza, no de la razón.
Cambiar las categorías sociales estereotipadas implicaría dotar de nuevos significados a sus contenidos. Esta re-significación no resulta improbable si queda sostenida sobre la base de la experiencia de lo real, es decir, de lo que acontece de hecho más allá de las definiciones artificialmente asignadas a los fenómenos presentes en el “horizonte-mundo” al que alude Levinas. En relación al tema de la discriminación, es posible recuperar tres elementos a propósito del filme “Tom á la ferme”: a) la exposición de la discriminación y la exclusión como fenómenos construidos a partir de la relación grupo-individuo/ individuo-grupo; b) la identificación del tenso vínculo entre la identidad sexual, la autopercepción individual y, la caracterización estereotipada del imaginario social; c) la transformación de las categorías estereotipadas como resultado del reconocimiento individual-social de la alteridad.
“Tom en el granero” es sin duda una pieza dramática de profundidad, llevada a la pantalla grande en un ambiente mixto de melancolía, sensualidad y misterio. Dentro de la filmografía de Xavier Dolan también se encuentran: J’ai tué ma mère (Yo maté a mi madre, 2009); Les Amours imaginaires (Amores imaginarios, 2010); Laurence Anyways (De cualquier modo Laurence, 2012); Mommy (Mamita, 2014). Se recomienda tener presente a este joven director.
*Lic. en Derecho y Filosofia