Por: Alberto Ángel “El Cuervo”
El invierno era completamente sui generis… Por momentos tan cálido como en México. Todo parecía indicar que apenas comenzaría. Pero al día siguiente a mi llegada, el frío comenzó a apretar… Los planes en general iban y venían y dentro de ellos, decidimos que ir a escuchar jazz quizá sería una muy buena experiencia. “Bird’s Eye” (El Ojo del Pájaro) es el nombre del lugar donde por tradición se escucha este género musical en Basel, Suiza. Así que, después de averiguar quién se presentaría esa noche y escuchar una grabación que para tal efecto estaba en internet, decidimos asistir. El Jazz, es un género musical que no a todos gusta… O más bien, sería adecuado decir que es un estilo de música con muchos géneros. La palabra jazz es un tanto incierta en su origen y la fecha en que surgió.
Todos los estudiosos de la música, parecen concordar en que el término surge a finales del siglo XIX en USA, cuando entre la población negra que fuera esclavizada comienza a manifestarse emocionalmente en la creatividad musical. No es ningún secreto que la capacidad o la intuición rítmica de la raza negra es absolutamente asombrosa. De la misma manera es maravilloso el don de concebir la armonización de las voces en sus conjuntos corales desde siempre… ¿a qué escuelas asistían en aquella África de entonce…
En qué Conservatorio o Academia lograban aprender esos conceptos armónicos, melódicos, corales y de contrapunto tan avanzados? El Conservatorio era el campo, la selva, la vida misma… La escuela era la familia, la tradición, el consejo de ancianos o el viento, el mar y el rumor que el paisaje llevaba… O ¡qué sé yo… Todo! de esa manera, convertían la emoción en música, en canto, en danza… Sidney Poitier, un excelente actor Francés de origen africano y de raza negra, comentaba en una entrevista: Los blancos se pasan la vida intentando aprender y comprender el “watusi”. Los negros, somos el watusi.
En fin, que es justamente ahí, en esa cultura, en esa historia, en ese concepto de la existencia que los hoy llamados afroamericanos poseen por historia y tradición, donde nace el jazz… Y brota simplemente por la necesidad profundísima de expresar todo lo que los negros padecían dolorosamente por parte de la crueldad que los blancos manifestaban en contra de ellos… A partir de esta música que brota desde el fondo del alma y el sufrimiento, surgen miles de teóricos en la materia que intentan explicar doctamente esta manifestación musical que ha perdurado y penetrado abolutamente toda las culturas en el mundo entero. Así, uno de los más respetados musicólogos el alemán Joaquim-Ernst Berendt nos dice:
“El jazz es una forma de arte musical que se originó en los Estados Unidos mediante la confrontación de los negros con la música europea. La instrumentación, melodía y armonía del jazz se derivan principalmente de la tradición musical de Occidente. El ritmo, el fraseo y la producción de sonido, y los elementos de armonía de blues se derivan de la música africana y del concepto musical de los afroamericanos.”
Yo difiero. El jazz se origina en el dolor de una raza, de un sector oprimido, esclavizado que no podría decirse que formaba parte de los Estados Unidos. Ni siquiera eran considerados seres humanos por algunos pobladores de entonces. El jazz se origina no por la confrontación de los negros con la música Europea sino por la necesidad gremial de expresarse y cohesionarse por medio de la arcaica música que ese gremio esclavizado poseía con una rítmica absolutamente definida y una línea melódica que se ve de alguna manera enriquecida en esos cantos motivantes de los trabajadores esclavos del campo. Posteriormente, comienzan a utilizarse instrumentos de la llamada música occidental comenzando por la guitarra.
Poco a poco, se aumentan los demás instrumentos pero el jazz conserva siempre su rítmica, su armonización en un principio vocal y después en las “voces” de los distintos instrumentos aumentados y sobre todo, esa emoción, esa conducta, esa manera de expresarse para la que se designa un término en inglés, el “Swing”. Y desde luego, el momento de la improvisación que jamás deja de estar presente en todo ejecutante de jazz que se precie de serlo. En un principio, el jazz en sus raíces como el blues, mantenía una línea melódica y armónica alrededor de la cual giraban las voces improvisando según la emoción que motivara. Luego, se lleva al pentagrama limitando ese carácter de improvisación genial que se limita a ciertos momentos en que los llamados solos se ejecutan dentro de un círculo armónico establecido. Así, el jazz sigue estudiándose, escribiéndose, llevando aquella improvisación y emoción expontánea, a la limitante por momentos de lo preestablecido en la orquestación.
Cavilando alrededor de todo ello, desfachatadamente salen al escenario cinco jóvenes músicos preparando
los últimos detalles para el concierto. La sala, presenta poca afluencia, pero ello no parece desanimarlos… Se trata del quinteto de Nolan Quinn trompetista. En el grupo, tocan otros dos Quinn, Simon en el bajo y Brian en la batería. Así, los tres hermanos Quinn junto con Jonathan Maag en el sax tenor y Oliver illi en el piano, comienzan su presentación en este ya legendario lugar de jazz de Basel, Suiza. El frío comienza a olvidarse a medida que la música envuelve… Desde el principio se palpa la indudable técnica de los cinco integrantes del grupo de Nolan…
Y es que no es para menos, Nolan comienza a estudiar la trompeta a la edad de nueve años y su periplo en el aprendizaje musical le lleva de la mano de grandes maestros contemporáneos del jazz tales como Franco Ambrosetti y Joe Zawinul. A sus apenas 30 años de edad, Nolan Quinn junto a sus dos talentosos hermanos Simon y Brian, ha sido objeto de muchos reconocimientos por parte de la crítica y juntos también, han ganado muchos festivales de jazz tales como el “Nescafé Oro Jazz” y participado en otros tantos festivales en el mundo entero.
Nolan como solista en la trompeta ha trabajado con grandes exponente del jazz y se declara públicamente un gran admirador de Miles Davis, ese trompetista excelso que escribiera tantas páginas de oro en la historia de la música sincopada con su inolvidable sordina de acero con la que lograba un sonido por demás melancólico que aportara al jazz nuevos colores y matices.
Así, el quinteto de Nolan Quinn, originalmente trío conformado por los tres hermanos, ha logrado realizar aportaciones a este género o tipo de música que le han ido colocando en un lugar preferencial dentro del jazz europeo. El concierto va tomando calor a medida que avanza. Los mismos músicos comienzan a motivarse por la entrega del público que aunque no muy cuantioso sí contagiado cada vez más por la música y la gran calidad de los ejecutantes. Llega el receso (se divide el concierto en dos partes) y me acerco a Nolan…
—Hello, my name is Alberto Ángel. I am a journalist of a very cualified cultural journal in México and I would like to write an article about this concert. May I take some pictures during the concert and with you at the end?
—Hello, Alberto. Nice to meet you. Of course you can take all the pictures you want, would be an honor to be at your magazine..
Habiéndome dado permiso para tomar fotografías, y dejando en claro que La Voz del Norte es un periódico de gran calidad en lo cultural, regreso a mi mesa para disfrutar de la segunda parte del concierto. Todos los integrantes del quinteto, se muestran más relajados, disfrutando mucho más y la audiencia, que para la segunda parte es mucho más abundante, se entrega en justa reciprocidad. Después de ejecutar algunas de las más populares obras del gran Miles Davis, entran de lleno a la obra escrita por Nolan Quinn, quien es parte de la Sociedad Cooperativa de Autores y Editores de Música en Suiza y presenta un disco con todas las canciones de su autoría con excepción de “My One And Only Love”, una de las más populares grabaciones de Miles Davis así como “Orbits” grabada también por ese legendario trompetista de Alton Illinois.
Subiendo la emoción cada vez más, los solos de cada uno de los ejecutantes, muestran además de su extraordinaria técnica, un verdadero swing en donde se palpa la integración de los hermanos Quinn y sus compañeros. Cuando ejecutan la música de Nolan Quinn, claramente se siente que el entusiasmo de los músicos crece hasta llegar a “Dreaming of a Place Unseen” (soñando con un lugar desconocido) en donde todos los integrantes del quinteto parecen prodigarse. Las notas que Nolan Quinn logra en el registro grave de la trompeta, son maravillosas… Pianísimos que en los metales representan una dificultad bastante grande para lograr un sonido limpio y claro… Llega el final. Obviamente no dejamos ir al quinteto sin pedirles un “encore” y regresan para entregarse a la emoción total dejando en los asistentes del Bird´s Eye un sabor a jazz sumamente grato. Me acerco para tomarme la foto con todos ellos y mantener una breve charla pidiendo sus datos para hacerles llegar unos ejemplares de “La Voz del Norte” a la cual me honro en pertenecer como colaborador… Así, les escribo desde esta Suiza fría de clima pero con un gran calor jazzistico en Basel.
* pintor, intérprete, Autor