Estatal

Poemas de Yolanda Villaseñor

Por viernes 15 de enero de 2016 Sin Comentarios

Por: Gilberto J. López Alanís

En las solariegas casas de Culiacán reina la esperanza, habita la luz y se lucha a través de las palabras; en los hogares donde se recrea la cotidianidad de la vida, una mujer despierta cada mañana para saber que de ella emanan imágenes en verso, que se reproducen como agua, apagando la diversa sed de sus hermanos.

De esa mujer leo uno a uno sus poemas; cortos, fugaces, pero a la vez delicados y violentos en su profundidad. Las preguntas intimas se hacen reflexiones que bordan en la mística de un ser que busca su permanente e inasible definición.

Remanso de existencias a punto de extinguirse, con delicada precisión nos dice que “el poema está en el aire”.

Se aferra a la niñez de sus recuerdos, pero tiene una razón que la actualiza cuando leo “hay una voz que se alza sobre la muerte que danza por los caminos de hoy”, su poesía no es mediática, pero no puede sustraerse a su entorno que la hiere y lacera.

Todo en ella es discurso, crónica, ensayo y autobiografía y creo que se define como ha sido siempre: “yo delicada, hermética, ausente como en busca de algo etéreo, intangible, distante”, sin embargo se atreve a darle vida a Octavio Paz, para después confesar que “…cuando amamos giramos todo en roja incandescencia”.

Lo anterior, es un reflejo de la obra de Yolanda Villaseñor, la cual refulge en la espesa grisura del presente. La oigo y siento que el poema está a punto de deshacerse en las finas astillas de un cristal que no hiere y si alumbra.

La felicito por publicar este poemario que la hace más nuestra, alejada de círculos herméticos, pero actuante en una ciudad que ronda los cercanos quinientos años.

Esta voz femenina no pretende empoderarse porque su voz poética ya es poder, ejerciéndolo desde una mismidad que nos fortalece.

Termino con un fragmento de su poema que le da título al poemario editado bajo el cobijo del Archivo Histórico General del Estado de Sinaloa.

A la luz de mi silencio
Quiero invitarte a una velada
a la luz vertical de mi silencio
y recorrer juntos
un puente de palabras
para llegar a mi jardín secreto.
Bailar con las luciérnagas
su danza verdiazul
ante el prístino asombro
de la iguana.
Apaciguar tu frio
con la tibia frazada
de mis ansias.
Darle gracias a Dios
porque si, porque no
porque aquí es verano
y afuera llueve.
Por conocer el dulce dogal
de los brazos
y el suave contacto
de otras manos.
Porque cuando niña
igual que tu
navegué en los mares de la infancia
…………

* Director del Arichivo Historico del Estado de Sinaloa

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