Por: Carlos Ruiz Acosta
Grecia es una bomba de tiempo con el reloj retrasado. La tensión suspendida por la aceptación de las condiciones impuestas por los acreedores, oculta vínculos alemanes con ese País desde el siglo 18.
En un viaje por Alemania en agosto de 2015, recorrí Hamburgo, Saarbrücken, Munich y Dresde, lo que me permitió conocer la opinión de medios y personas sobre la crisis financiera, destacando la investigación de Fichtner, Minkmar y Smoltczyc publicada en Der Spiegely considerada en este escrito. Europa es una mujer de la mitología seducida por Zeus y una pista para entender los sentimientos europeos por la Hélade.
A partir de la filosofía griega, conocida desde la antigüedad, la cultura greco-romanase convertirá en un poderoso patrón cultural en donde Italia será para los alemanes el país de la nostalgia y Grecia el sueño del sur. Hace más de 2000 años, esta región mediterránea llamada Hellas, habrá de configurar la civilización occidental con la razón, el pensamiento abstracto, el derecho ciudadano, el cuerpo sano, las matemáticas, el arte y la arquitectura. Son tantos y trascendentes los genios de ese periodo que tan sólo en filosofía, Zenón, Demócrito y Epicuro, serian suplentes.
Esta herencia los alemanes la harán suya hasta la exageración, ilustrada por el poeta Friedrich Hölderlin (1770 -1843), quien jamás pisó Grecia, pero llegó a sostener no haber visto a sus compatriotas como seres humanos, a cambio, a los griegos los vio con talento para el arte, el amor y la grandeza, y dijo, “Grecia es calor, refinamiento y luz. Alemania es fría, ruda y oscura”.
Anteriormente, Johann Winckelmann (1717-1768), considerado el fundador de la historia del arte y de la arqueología, creó sin sustento un concepto estético basado en la utopia de una sociedad fundada en los ideales griegos de la belleza y la virtud, y declaró que la grandeza del hombre sólo se alcanzaría imitándolos.
Esto catapultó el surgimiento del Neoclasicismo impulsado por sus ideas. Los griegos están presentes en la lírica alemana, en los clásicos de Weimar y en el arte y la arquitectura de los siglos 18 y 19. La fachada del Partenón se repetirá hasta el siglo 20 como ninguna otra en la historia.
El Instituto Arqueológico Alemán se abrió en Atenas en 1874 para rescatar la belleza enterrada. Arqueólogos como Schliemann, Dörpfeld y Humann traerán a sus museos los tesoros de Troya, Micenas, Olimpia y Pérgamo. La obsesión de los alemanes por la antigua Hellas , estaba consumada.
Posterior a la Segunda Guerra Mundial, la juventud alemanase volcó sobre Grecia y creyó poder vivir sin luz eléctrica, comiendo aceitunas, queso, pan y vino. El ser aceptado a dormir en las casas siendo extraños, los hizo extender el estereotipo sobre los griegos de generaciones anteriores, de ser un pueblo feliz y auténtico.
En la década de 1980, la simpatía por su cultura dio paso al cine de Costa-Gavras, a la música de Mikis Theodorakis y a la literatura de Vasilis Vasilicós. La canción Vino griego de Udo Jürgens se canta desde hace 40 años. En las últimas décadas el turismo masivo europeo se adueñó del país como su segunda casa.
Grecia, una historia dolorosa.
Tres imperios la dominaron, el Imperio Romano, el Bizantino y el Otomano. Al final de la Edad Media, cuando en Europa se iniciaba la Era Moderna, el país ocupado por siglos y apartado del desarrollo, no pasó por el Renacimiento, ni conocerá la Reforma, el Absolutismo, el Racionalismo, la Ilustración ni la Revolución burguesa, lo que incentivó la cultura política del clientelismo, la corrupción por derecho, el patriarcado, los partidos políticos antidemocráticos, la carencia de un estado ilustrado y el desconocimiento de la palabra República.
Historiadores sostienen que el tiempo se detuvo en Grecia por 400 años. Como contrapeso, existe el orgullo nacional de haberse liberado de los otomanos, y haber luchado contra alemanes y contra los regímenes protegidos por ingleses y norteamericanos. ¿Cómo fue entonces que entraron a la Unión Europea? No fueron los números. El peso histórico de la antigua Grecia fue determinante en la decisión tomada por Helmuth Kohl, Ruud Lubbers, Mario Soares y Jaques Delors, porque necesitaban el mito de origen para integrar la idea de Europa, pese a no cumplir con los requerimientos.
Y así les fue, porque los griegos falsificaron estadísticas y prometieron reformas de humo. Las quejas son que millones de euros nunca llegaron a su destino; no fueron invertidos; los gastaron y repartieron entre la burocracia y el poder. Para tener una idea, recibieron 150 millones de euros para desarrollar un sistema de catastro que no existe. El encanto se rompió. Los alemanes entendieron que Grecia había sido siempre Grecia. El romanticismo del ideal chocó con la insolvencia financiera y hasta entonces endurecieron las relaciones y condicionaron los acuerdos con medidas
Los verdugos favoritos: Wolfgang Schäuble, ministro de finanzas de Alemania y Ángela Merkel. Los medios de ambos países derrocharon burlas y acusaciones; el odio fomentado por Syriza, hizo recordar a los 100,000 ciudadanos griegos muertos durante la ocupación nazi por inanición en 1941, y a los 60,000 judíos de Tesalónica asesinados en campos de concentración. Alexis Tsipras lo llamó costos de guerra e intentó pasar la factura. Hasta hoy se entiende que no tienen estructuras para llevar a cabo las reformas y una economía sin instrumentos para ser parte de la Unión Europea.
De pronto se enfrentaron a un país pobre sin industria ni infraestructura. Los economistas norteamericanos habían advertido de estas fallas hace 25 años, pero no les hicieron caso. Los estereotipos moldeados por siglos obstruyeron la verdad y apenas están entendiendo la dimensión de los errores cometidos por el romanticismo de Europa del norte. En Alemania piensan que un análisis profundo sobre Grecia, concluiría que es un país diferente, cercano a los Balcanes o al oriente, pero no a Europa.
Los alemanes saben que uno de cada tres euros prestados a Grecia corresponde a sus ahorros y se niegan a seguir financiando pensiones y fantasmas. Pero la pregunta cual resumen de los errores cometidos es: ¿por qué al menos no pueden actuar como si se estuvieran esforzando? A europeos y alemanes les tomará tiempo para regresar como antes a la cuna de la civilización occidental, aunque terminen vendiendo al País y con ello sólo maquillen al sistema financiero global. Mientras tanto, los griegos privilegiados de antes y ahora, viven en colonias con escuelas propias en Londres, Lausana y Nueva York.
* Arquitecto, y autor sinaloense