Por: Ernesto Riós
Padre Que debemos hacer? – Dije. “No pidan, no rueguen, no alaben, no me canten, no se inclinen, no hablen, no discutan, no juzguen, no me definan, no estudien libros sagrados; simplemente: amen, ayuden, callen, guarden, salven, sanen, den, liberen, despójense, regalen y den ejemplo de esto’’. Las frases no son la sabiduría ni la sabiduría son sólo frases. A la sabiduría la piensan, la escriben, la difunden, pero no la realizan. ¿Aún no han entendido que soy la sabiduría? Ustedes me confunden con objetos. El Cordero de Dios es muy grande, pero el Padre Altísimos es más grande; pero aun así la sabiduría no solo es grande, los es todo. No vean el retrato del Cordero ni del altísimo, vean la sabiduría de sus palabras. Cristo no es un hombre, es la sabiduría del padre. Yo no soy un ser, soy la toda sabiduría. La sabiduría del Dios Altísimo, creó al Dios altísimo creador de la sabiduría que creó al Dios altísimo. No adoren cristos ni dioses, adoren la sabiduría. Los hombres y los dioses solo transportan y difunden la sabiduría a través del tiempo, pero ellos no son la sabiduría. No adoren cuerpos, máquinas ni memorias; estas perecen, finalizan, mueren; adoren la información, el conocimiento; este permanece y se transmite por medio de los seres y las maquinas. Deben buscar con disciplina a mi elegido cuando no lo necesiten, porque así estará siempre presente en ustedes. Mi semejanza es espiritual no física. Diles que no me representen ni me retraten, que no me pongan ningún nombre, si no que me agraden con actos de amor. No soy pensar, alabar o juzgar; soy ayudar y salvar. Soy el que soy no el que desean que sea. Y no soy el que se imaginan si no el que nunca se han imaginado. Diles que se nieguen y me verán. Que no crean en ellos y creerán en mí. Que destruyan el Dios que tienen y podrán encontrarme’’.
Dejen de ser ustedes y sean amor. Ustedes solo son mentes llenas de cualquier cosa que ustedes desean, dedíquense a todos no a ustedes mismos; sean amor no egos. No basta con que te quites la venda, tienes que abrir los ojos. No te pido que ames, solo que dejes de ser egoísta.
Padre, dije, Sé que el diablo es el responsable de la maldad, no tú.
Y dijo: Soy omnipresente, soy todo. ¿Hay algo que Dios no es? Si he creado todas las cosas, ¿Hay algo que yo no sea? El árbol de lo bueno y lo malo son mi creación. ¿Puedo tener enemigos en su propia creación? Todos somos parte de mí, Amigos y enemigos son parte de un proyecto divino. No se puede concebir un Dios que se arrepiente de su creación, porque Dios todo lo sabe. Es omnisciente
No se puede concebir un Dios que reclama con ira, porque Dios todo lo puede. Es omnipotente.
No se puede concebir un Dios que nos visita y después nos abandona, porque está en todos lados. Es omnipresente. No escucho palabras de la boca, oigo lo que estás pensando. No escucho lo que dices, si no lo que a ti te dices. No escucho frases, si no intenciones. No pierdas el tiempo hablándome, conozco tu conciencia. No te engañes, mejor ordena tu conciencia porque ahí habito. La oración no es para mí, es para ti mismo. No es para que yo venga a ti, es para que sepas que dentro de ti te estoy esperando. No es para que yo te vea, si no para que tú me veas. No para que te escuche, es para que me oigas. No es tu palabra la que vale, es la mía. No le hables, escúchame; no me expliques, obedéceme. Soy tu conciencia.
Y dije: Probablemente, tú no eres el creador de todo; Pero si me equivoco, tú creaste la ausencia de calor, Que es el frío; la ausencia de la luz, que es la oscuridad; y la ausencia de amor, que es la maldad. Contestó: ¿Cuáles son las cosas malas si todo procede de un perfecto proyecto de Dios? ¿Qué tan malo puede ser el dolor y la muerte, si procede de una decisión divina? ¿Quién soy? ¿Qué hago? ¿Dónde estoy? Diles que soy todo, hago todo y estoy en todo. Soy el alfa y también la omega, el principio y también el final. Soy el frio y también el calor, la luz y la ausencia de la luz, el amor y la ausencia del mismo. Soy el único, no hay nada fuera de mí, viven dentro de mí, me ven en todo, estoy en todo; no me hagan menos que eso. No hay alfa sin omega, no hay principio sin fin, no hay nada sin todo, no hay sabiduría sin ignorancia, ni visibilidad sin ceguedad, ni paraíso sin infierno.
No me hagan pequeño, soy el autor de toda la historia; del principio, de la trama, del final; es perfecto que así sea. Soy dualidad, soy el choque de los polos positivo y negativo que forman la chispa de la existencia. Sin trama, no hay historia; sin choque, no hay chispa, sin final no hay principio, sin muerte no hay vida y sin diablo no hay cristo.
Viven conmigo y en mí, algunos son células, otros son parásitos, unos fortalecen, otros debilitan, unos ayudan, otros perjudican, soy ustedes y son yo, nadie es nadie que no sea yo, somos todos uno; no me contradigo y nadie desobedece, nunca pasa lo que no deseo, no me sorprendo, conozco el futuro, no culpen
a nadie, yo escribí la historia, soy el autor, el único, el grande, el responsable de todo; no me hagan menos
que eso. Entiendan que todo es uno y uno todo, que soy ustedes y ustedes mi cuerpo: el universo.
Soy el padre del amor, pero también de la miseria, el sufrimiento y la muerte, que también son parte del
mismo amor; y el diablo sólo es un empleado. El diablo no puede dar amor, pero si contribuye a que se efectúe; porque es hijo mío y parte de un mismo proyecto divino.
El diablo te hace caer y Cristo te ayuda a levantarte y los dos obedecen a un mismo Creador todopoderoso. No hay historia sin trama, no hay trama sin villano. Sin Villano no hay trama, ni historia ni moraleja. Si la serpiente no los engaña, entonces no hay pecado. Si no hay pecado, tampoco hay redentor, ni profeta ni profecía que cumplir. Sin el pecado, Cristo no viene a salvar. Si judas no lo entrega tampoco hubiese dado la vida por los pecadores.
*Pintor, escritor, narrador y pedagogo