“El error de Querétaro fue dejar que mataran a Maximiliano, de lo contrario todos los
queretanos en la actualidad seríamos marqueses o condes.” MAR
Por: Juan Diego González
Todo empezó el domingo con un artículo de la maestra América Pina “Poesía, alimento del alma”, publicado en “Quehacer cultural”, suplemento dominical del Diario del Yaqui. La palabra clave es dominical. Cuando Claudia, mi mujer, sube al face la información sobre el artículo, de pronto anduvimos a las cuatro de la tarde del domingo, acuchillados por el sol, buscando Diarios por todo Esperanza y sus alrededores. Los amigos querían un ejemplar para el recuerdo. Bueno, los conseguimos. Resulta que ese artículo anunciaba el primer aniversario del taller “Después del café”, con la visita de Mario Arturo Ramos, nuestro editor en jefe.
Y siguió la emoción. El lunes fue la rueda de prensa en “La cafetera”, singular café cerca del centro. El evento fue presidido por Josefina González, integrante de nuestro taller; Dr. Rafael Marín, director de la Escuela Normal Superior de Hermosillo, sede Obregón (ENSHO) y el Lic. José Luis Islas Pacheco, director del Museo Sonora en la Revolución (MUSOR). Familiares y amigos me han preguntado ¿por qué te metes en esto? Es una pregunta de varias respuestas y no es por gusto. Me gusta tomar café mientras leo, me gusta sentir la arena bajo mi pies, me gusta ver los colibríes y escuchar su misterioso canto, pero esto de hacer que la poesía -y en general el conocimiento- llegue a otras personas es un compromiso, un estilo de vida, una decisión, un camino.
Mario Arturo llegó el jueves a media tarde. Gracias al patrocinio de Cuenca del Sol, ya teníamos su reservación. Se instaló y lo esperé en el lobby. Salimos a buscar un café. Como siempre que nos vemos, después del abrazo, empezó con la “carrilla”. Así es él, alegre a más no poder y con unas ganas tremendas de hablar de música, poesía, historia, de amigos y más poesía. Claudia estaba en el trabajo, así que le hablé para decirle que ya estaba aquí. Llegó la noche a paso lento y me sorprendí observando lo ojos de gato de Mario Arturo, e igual que los felinos y como la mayoría de los poetas, mira cosas que nosotros, simples mortales, nos están vedadas.
El viernes fue una entrevista a las 8 de la mañana en Larsa Comunicaciones. Una parte de las preguntas giraron en torno a su faceta de autor de letras inolvidables de canciones como: “Hasta que vuelvas”; “Libre como gaviota”; “Ana del aire”; “Te lo juro, corazón”; entre muchas más. Obviamente, Mario Arturo hizo derivar el tema hacia la poesía y los festejos del primer aniversario del taller “Después del café”. A mediodía fue su conferencia “El canto de los poetas” en la ENSHO, con estudiantes de la especialidad de Español. Desde Nezahualcóyotl –el rey poeta- pasando por Juana de Asbaje hasta llegar a los poetas del siglo XIX, las obras musicales de principios del siglo XX y cerrar con la llamada “Lírica popular”, que inicia en Yucatán para crecer en el cine de los 40´s y tomar una vertiente en los 80´s con el “canto nuovo”. Las preguntas no se hicieron esperar y también el estilo jocoso del conferencista. Esta combinación resultó en un ambiente festivo por conocer más sobre la poesía y sus hacedores.
Salimos a comer. Esta vez nos acompañaron integrantes del taller, quienes, primero agradecieron a Mario Arturo su visita y luego lo cuestionaron sobre La Voz del Norte. De una forma cálida y sencilla, Mario Arturo les hizo dejar las formalidades, y el ambiente se hizo de bohemia y camaradería. A fin de cuentas, la poesía nos une como un cordón umbilical cósmico. A media tarde, la tuve que cortar, todavía nos faltaba la presentación del poemario a las 7:00. Además estaba por llegar Silvia Manríquez y necesitaba instalarla. Mario Arturo parece de esos monitos de cuerda, pero a él, la energía le viene de la palabra, del verbo, de la poesía hecha canción y la vida, un poema.
Nos despedimos. Enfilamos al hotel. “No todo fue tan duro/ por los amigos que tengo,/ valen más que el oro puro:/ no importa si voy o vengo”. (Los rincones de la sed, página 43) Al recordar estos versos, Mario Arturo se queda serio. Luego se ríe. “Lo haces adrede” me dice, “nomás para recordarme a Alonso (Vidal)”. Aunque le digo que no, su mirada se pierde en el pasado. Al llegar a la recepción, pregunté por Silvia y me dijeron que ya había llegado. Le hablé por teléfono para saludarla y ponernos de acuerdo. Mario Arturo me hace una seña de que la deje descansar. Quedamos de vernos antes de las 7:00 para trasladarnos al MUSOR.
Una tarde calurosa de amigos. El MUSOR empezó a recibir gentes desde temprano “para apartar silla” dijeron. Los integrantes del taller estaban la mar de contentos. Saludaron a Mario Arturo y Silvia Manríquez con entusiasmo. Empezó la chorcha. Como si tuviéramos añales de conocernos. De no ser porque nos indicaron que “ya es hora” ahí mismo empezamos el convivio y se descorchan los tintos. Me apresuré a presentar a Mario Arturo con nuestro anfitrión, José Luis Islas Pacheco, director del MUSOR. Luego, en cuanto se acomodaron en la mesa del presídium, se hizo la poesía.
Silvia, rubia de herencia española, estaba colorada por la emoción. Agradeció la invitación y la oportunidad de disfrutar el poemario. Felicitó a “Después del café” por su año de actividades y pidió a sus integrantes seguir con ánimo y entusiasmo. Mario Arturo, por su parte, nos habló de la importancia de la poesía y la música, de cómo una persona se vuelve más humana al entrar en contacto con estas dimensiones del arte. Entre amigos, poemas y el brindis, fotos, saludos y autógrafos, la tarde se hizo noche, la fiesta entró por la puerta principal, de su vestido se desprendían perlas de alegría. Dejamos el MUSOR para seguir la fiesta en “La casa de las garzas”, (con Martha Elia Camacho) el rincón bohemio del taller. ¿Después? No sé, no supe. Esa noche de fue de alegría, amigos, poesía y tinto.
Gracias a todos los que hicieron posible este festejo por el primer aniversario del taller “Después del café”, a Mario Arturo y Silvia por venir a Ciudad Obregón, a los integrantes del taller por su generosidad, a la ENSHO y al MUSOR por abrirnos las puertas, a los patrocinadores por su apoyo. A todos, gracias por su amistad.
¿Qué sucede con una persona cuando la poesía entra en su cuerpo y los versos deambulan por el torrente sanguíneo, para moverse al ritmo de cada latido? ¿Qué sucede con alguien cuando los versos navegan en sus pulmones y en cada suspiro se enredan entre los dientes y el labio superior? La intención de este artículo no es discutir si la poesía es anterior y exterior al ser humano, que la poesía existe en la naturaleza y los aedas, con sus incipientes composiciones, apenas tocaron una parte de ese velo maravilloso llamado Palabra.
La intención es invitar al lector, lectora a festejar con nosotros el primer aniversario de actividades del taller literario “Después del café”, en Ciudad Obregón, Sonora. ¿Lejos? ¿Cerca? Por amistad, por amor a la poesía, el poeta y compositor Mario Arturo Ramos, (director editorial de La Voz del Norte) aceptó ser nuestro invitado. Diría de lujo pero sé que a Mario Arturo no le gustará.
¿Y la historia, digo como nace este taller, quiénes lo integran, cualquiera puede participar? Veamos, “Después el café”, tiene un origen itinerante desde Hermosillo y Nogales en el 2000 hasta su nacimiento exactamente el 30 de agosto de 2014 en las instalaciones de la (ENSHO), a invitación expresa del Dr. Rafael Marín Amador, coordinador general de dicha institución, quien junto al poeta Juan Manz, fueron los testigos de honor de aquella primera sesión de lectura de poemas de Vicente Huidobro con su obra “Altazor”.
Después vendrían otras lecturas de autores como Pablo Neruda, Jorge Luis Borges, Alfonsina Storni, Olga Orozco, Alejandra Pizarnik, José Lezama Lima y los sábados, entre poemas y tazas de café, dieron la vuelta al sol para llegar de nuevo a la canícula de agosto. Pero las lecturas no fueron suficientes y la pasión por la poesía se desbordó para llegar a comunidades como Cócorit, Tobarito, San José de Bacum con el evento “Intercambio de lectura por libro”.
Dicho evento se realizó en coordinación con el MUSOR, quienes compartieron su idea para formar un equipo de trabajo con estudiantes de la ENSHO e integrantes del taller para lograr un impacto de 1500 niños y jóvenes participantes, y 500 libros recibidos en donación que fueron entregados para convertirse en otra tantas sonrisas.
Cualquiera puede participar en el taller. En la actualidad hay estudiantes de secundaria hasta maestros jubilados, es decir, de chile, manteca y azúcar. La poesía nos une. Y si te preguntas amigo lector, amiga lectora si hay ambiente bohemio, la respuesta es SÍ, aprovechamos los cumpleaños de los integrantes y también de los poetas para reunirnos y celebrar la vida. También celebramos los logros de los compañeros, pero al final, la poesía se derrama de las copas para emerger con lecturas de poemas a cielo raso, iluminados por el misterio de las estrellas.
Por cierto, aunque no venga al caso en este punto, los coordinadores de “Después del café”, agradecen a los patrocinadores como MUSOR, ENSHO, Asociación de Mujeres Profesionistas C.O., Hotel Cuenca del Sol su apoyo para realizar estos festejos, y así lograr que sean gratuitos.
* Periodista y escritor Sonorense