Por: Luis Pérez Sabido
Coincido plenamente con el Instituto Cervantes de España en considerar la palabra Querétaro como la más bella del idioma español. Su origen es precolombino y significa poéticamente: “La isla de las salamandras azules”. Y permítanme recordar que las primeras palabras nativas que escucharon los conquistadores españoles cuando naufragaron frente a las costas del sureste de México, en 1511, fue Uuy u thaan, “escucha como hablan”-, que fueron interpretadas como Yucatán: garganta de piedra calcárea a la que el poeta Antonio Mediz Bolio se refirió, en 1922, como La tierra del faisán y del venado. La historia le ha otorgado a Querétaro y Yucatán relevantes sitiales de honor en la historia, en el arte colonial y precolombino y en la vida cultural de México. Hoy venimos a ratificar los lazos fraternales que unen a estas dos entidades.
Para lo cual, me es muy grato recordar que nuestras respectivas capitales, Santiago de Querétaro y Mérida, fundadas respectivamente en 1531 y 1542, fueron declaradas Ciudades Hermanas el 3 de enero
de 1984, en histórica ceremonia que presidieron los entonces alcaldes René Martínez Gutiérrez, de esta
heroica ciudad, y Guido Espadas Cantón, de la blanca Mérida, enmarcadas por las emblemáticas actuaciones musicales de la Estudiantina de la Universidad de Querétaro y la Orquesta Típica Yukalpetén del gobierno de Yucatán.
Este histórico encuentro ocurrió hace 33 años y dio origen a la entrañable hermandad que une a Querétaro y Mérida, y también a la que me une al enorme cronista de este Estado, doctor Andrés Garrido del Toral, a quien agradezco el privilegio de poder platicar esta noche con ustedes. Debo referirles también que, igualmente nos unen, cuarenta pinturas murales de contenido histórico que engalanan, por partes iguales, los palacios de gobierno de Yucatán y Querétaro, y que fueron pintadas en los años setenta por el notable artista plástico yucateco don Fernando Castro Pacheco, nacido en Mérida en 1918 y fallecido apenas en 2013.
Y, siguiendo con estas rememoraciones, cómo olvidar el multitudinario concierto de música yucateca que ofreció nuestra Orquesta Típica Yukalpetén, en la Plaza de Armas de esta ciudad de Querétaro, la noche del lunes 8 de octubre de 2012, cuando desgranó el espíritu bohemio de nuestra trova tradicional ante un generoso público que premió cada una de sus veinte ejecuciones musicales con sonoros aplausos que todavía resuenan en el viejo corazón de quien les habla y que me motivo a traerles la conferencia de esta noche.
La Canción Yucateca
Se conoce como Canción Yucateca a un estilo de canto de amor a la pareja, y ocasionalmente al terruño, expresado con exquisitez por poetas, músicos y trovadores de Yucatán, a partir de los años ochenta del siglo XIX, y que alcanza su época de oro en los años veinte del siglo pasado.
La canción yucateca tiene características muy bien definidas: Su letra es un poema breve que le canta al amor en forma galante y respetuosa; su melodía es dulce y cautivadora y está escrita en uno o varios géneros. La canción yucateca nació al amparo de las tibias noches meridanas, en el ambiente apacible de sus barrios y bajo los laureles de la Plaza Principal y los almendros del parque Hidalgo.
Bastaba una banca de un jardín urbano, a la luz de una mortecina lámpara, para que un joven poeta escribiera sus versos de amor y un inspirado trovador les pusiera melodía acorde con el espíritu del poema.
El poeta y el trovador habían sentido, separadamente, los flechazos del amor y, de pronto, las palabras del verso se encontraban con las frases de la música, como dos amigos íntimos que se comunicaran sus confidencias, y entonces se fundían con la irresistible fuerza de las afinidades, en una sola canción.
Debo decirles que los primeros compositores yucatecos del siglo XIX compusieron sus primigenias canciones a semejanzas de las que interpretan las sopranos y tenores de las compañías musicales extranjeras que actuaban en el antiguo Teatro de San Carlos de Mérida y que llegaban a Yucatán procedentes de España, Italia y Cuba, en embarcaciones de la compañía Ward Line que hacía el recorrido regular entre las ciudades Nueva York, La Habana, Progreso (Yucatán), Veracruz y Tampico, desde los años ochenta del siglo XIX.
Géneros musicales:
Un género musical es una categoría que reúne composiciones que comparten afinidades en su estructura, ritmo, instrumentación y características armónicas y melódicas. Diez son los géneros musicales preferidos por nuestros autores vernáculos para componer sus canciones; los iremos citando en el orden en el que fueron apareciendo en el panorama musical de Yucatán.
La canción:
Las primeras canciones compuestas por autores yucatecos en los años ochenta del siglo XIX tienen el aliento propio de la romanza italiana y le cantan al amor de pareja. Ese mérito corresponde al poeta José Peón Contreras (1843-1907)y al trovador Cirilo Baqueiro Preve ‘Chan Cil’ (1848-1910), quienes compusieron la que es considerada la primera canción de la trova yucateca: Despedida. Su letra dice:
Despierta, luz de mis ojos,
que aquí está tu trovador
que se viene a despedir;
niña, que te guarde Dios.
Qué triste estarás mañana
y qué triste estaré yo,
mañana cuando despierte
y en oriente salga el sol.
Qué tristes los pensamientos,
qué triste del arpa el son,
qué triste el alma del hombre
que hoy viene a decirte adiós.
Si las sombras del sepulcro
me cubren con su crespón
y se convierte en cenizas
lo que fue tu adoración,
no des a nadie tu mano,
no des a nadie tu amor,
que esperándote, alma mía,
en el cielo estaré yo.
* Investigador y autor yucateco