Por: Jorge Alberto Soria Lugo
Una de las tradiciones que están a punto de desaparecer dentro de nuestra comunidad de Pericos y por la falta de interés de quienes la han desarrollado de generación en generación es la “LA DANZA DE LOS MATACHINES”, la cual tradicionalmente era llevada a cabo el día 12 de diciembre de cada año, en honor a la Virgen de Guadalupe, por parte de los últimas familias de origen Mayo-Yoreme.
Esta era una tradición arraigada que tiene sus orígenes a finales de 1800 y su mayor esplendor a principios de la década de los treinta del siglo XIX en un principio auspiciada por el dueño de la Hacienda de Nuestra Señora de las Angustias Don. Inés León Peiro Castro, ello nos lo explica uno de sus últimos ejecutantes de esta danza- ritual como lo es el Sr. Audelio Rubio Higuera matachín-promotor, conocido en nuestra comunidad como “Don Velo”, quien nos comenta que sus mayores le decían que esta tradición provenía del otro lado del rio Mocorito, de donde la trajeron a estas tierra por mayos de esa región y que se arraigo entre la comunidad, esta danza es un tributo de agradecimiento a la patrona de los mexicanos que ofrecían los matachines por los favores recibidos durante el año, sus integrantes eran: Un Monarca (quien era la persona de mayor edad y en el descansaba la obediencia y disciplina en la ejecución de la danza así como el ritual), Un Músico (quien tocaba durante todo el ritual un violín con la música autóctona), Las Cofradas (quienes eran mujeres vestidas de falda azul o blanca y una corona de flores, las cuales deberían permanecer sentadas durante toda la noche alrededor del tabernáculo), Los Matachines (quienes eran los danzantes varones), Un Tabernáculo (era una cruz de madera adornada de flores la cual se pone en una mesa) y la Malinche (un hombre disfrazado de mujer). En su narración el Sr. Audelio nos comenta que el monarca para llamar a los integrantes de esta danza lanzaba tres cohetes, el primero significada la intención de una reunión, el segundo significada la importancia del ritual y el tercero era cuando ya estaban todos reunidos para que la gente supiera de la reunión.
Su traje era de manta, acompañado de un turbante el cual era puesto sobre la cabeza del danzante, este se elaboraba de palma con la que se formaba el armazón forrado de paliacates de color rojo, listones de colores y un espejo así como de collares, además llevaban huaraches de tres piquetes, en sus manos portaban una maraca y un plumero en forma de cruz con plumas de colores, en el caso del Monarca o Mayordomo utilizaba la misma indumentaria además de un látigo con la cual ponía el orden, si un matachín desobedecía las ordenes o rompía la disciplina.
Esta danza era una costumbre que por muchas décadas estuvo vigente y se realizaba en el terreno de la Sra. Ramona Gutiérrez ya finada y custodia de la Sta. Cruz su domicilio se ubicaba entre la Ave. Gabriel G. Villaverde y Calle Gral. Ángel Flores dentro de los matachines que todavía en la década de los ochenta encontramos a los siguientes Sres. Antonio Castro, Gilberto López, José Rúelas, Enrique Rúelas, Luis Monzón, Guadalupe Monzón, Blanco Higuera, Agustín Monzón, Guillermo Rivera, el macho Esteban, Rafael Ruiz, entre otros que ya partieron de este mundo.
Dentro de la música que ellos danzaban se encuentran canciones como: La Carreta, La Culebra, El Gorrión y Los Huaraches, no sin antes realizar una presentación ante la cruz o virgen donde cada matachín se inclinaba en señal de respeto, esta danza tenía un descanso cada cuatro canciones, dentro del ritual los danzantes podían beber tequila o vino sin llegar a embriagarse, de suceder lo contrario el monarca o mayordomo los castigaba sentándolos alrededor de la cruz hasta que terminaba el ritual. Dentro de la gastronomía que se daba a los presentes nos dice el Sr. Audelio que se repartía el atole pinole, champurrado, tamales de puerco y tontos de verdura.
El rescate de esta danza como parte de nuestras tradiciones y como parte de nuestro patrimonio cultural inmaterial es responsabilidad de las autoridades en la materia pero también de los habitantes de Pericos, por ello el Centro de Desarrollo Cultural Casa Peiro del Instituto Sinaloense de Cultura a través de la Dirección de Patrimonio iniciaran a través del Taller de Danza Folclórica una representación de esta importante tradición que estamos seguros podremos rescatar con el apoyo de todos y que llevaremos a cabo el día 12 de Diciembre del presente año para orgullo de las futuras generaciones. “Por acá nos vemos”.
* Cronista Adjunto de Pericos