Por: Juan Cervera Sanchis
ANDUVE
Anduve por Cádiz yo,
Domingo de Carnaval,
cuánta murga y cuánta gente
y cielo gris y sin sol,
y cuánto y cuánto disfraz.
Anduve al azar por Cádiz, c
omí de pie y en la calle,
jugué a la vida interior,
entre comparsa y comparsa,
y mis amigos de ayer:
Leonardo Rosa Hita y su revista Arrecife,
Ignacio Rivera Podestá y su Torre Tavira,
Juan Antonio Sánchez Anes y Suilka, el amor de sus
ojos,
José Egido, poeta de reflexiones profundísimas,
hermanos todos ellos del corazón y el verso.
Anduve yo por Cádiz
ilusionando nubes y locas gaviotas
a golpes alas, olas y sal y yodo y viento;
el mar me recordaba mis días,
que fueron años de amor y vida plena,
allá en la luz de América.
Era pues, era pues, ¡oh pues de México!,
un domingo de múltiples disfraces.
Carnaval, carnaval cascabelero
de estallantes colores.
Anduve yo por Cádiz tejiendo sentimientos
y arco iris de intensas fantasías,
de murgas, de tronantes chirigotas,
de cervezas de oro y pescadito frito.
Y gente y gente y gente y gran gentío.
Anduve, pues, por Cádiz y descubrí el pasado.
El pasado, el pasado fieramente presente,
y que por más y más muerto que nos parezca,
aquel Domingo de Carnaval en Cádiz,
y aquí lo testimonio, estaba, estaba, sí,
y ahora digo que estuvo, y estará,
ya por siempre, en las líneas
torcidas y derechas de mi viva memoria.
SIEMPRE
Una vez y otra vez,la vida,
siempre, siempre, siempre
te pilla por sorpresa.
Lo inesperado ordena
y, aquí, manda quien manda.
-Se acaba de morir…
-¡No me digas!
Ruedan, rueda y ruedan…
Son las lágrimas…
No volverá…No vuelven.
Los que se van no vuelven.
Nos vamos, un día nos vamos.
Nos vamos para siempre.
Tejía, teje dijo, la ilusión,
con sus aéreos dedos,
un suéter de recuerdos;
los calcetines rotos del olvido
viajan en el carro negro desencanto.
El canario en la jaula de la abuela
seguía y seguía trinando.
Esta vida, esta vida…
Una vez y otra vez…
No sé cómo decirlo,
pero…¿Es qué acaso importa
lo que yo diga o no diga?
La vida, una vez y otra vez
te pilla por sorpresa,
y así, no más, no más y no menos,
así, así, así es la vida.
Ruedan, ruedan y rueda…
Son las lágrimas…
MATERIA
Materia oscura eres tú,
materia resplandeciendo,
que resplandece en la noche
entre alegres soles negros.
Matemática sublime,
circular acción del cero,
enamorado desorden
que cabe en la sed de un beso.
Si los dioses nunca mueren
y yo ya me doy por muerto,
tú, no sé cómo decírtelo,
pero te lo estoy diciendo.
Te estoy diciendo, te digo
que Dios es un niño eterno;
un niño eterno, ese niño
que todos llevamos dentro.
Tú y yo y yo y tú y las rosas,
y el alma del jardinero
y las profundas raíces
del bosque azul de los sueños.
* Poeta y periodista andaluz