Por Juan Carlos González Gastélum*
Jaime Ángel Morera y González es nacido en la Ciudad de México, abogado, historiador, catedrático y académico, especializado en la historia del arte del período colonial en México. En sus mocedades fue a Gerona, España, lugar donde estudió el bachillerato. Sus estudios de licenciatura y maestría culminaron con menciones honoríficas. La historia del arte la estudió en la Máxima Casa de Estudios, donde es catedrático en la Facultad de Filosofía y Letras. Tomó cursos bíblicos en el Legion of ChristNovitiate and College of Humanities en Irlanda. Es miembro titular del Seminario de Cultura Mexicana, como tal, ha impartido cursos y conferencias acerca del arte e iconografía de la Nueva España. Fue curador de la exposición “Parábola novohispana. Cristo en el arte virreinal”, la cual fue patrocinada por la Fundación Banamex. Entre sus obras están Librero conmemorativo de la presentación de la Catedral de Puebla, Parábola novohispana, “La ecuaristía, símbolo y síntesis del dogma cristiano” y Las pinturas novohispanas de ánimas del Purgatorio. Iconografía de una creencia. Como se puede leer, el Dr. Morera y González, es toda una autoridad en el ámbito de la historia del arte y en esa calidad ha llegado a Mocorito para reafirmar que la nuestra es una tierra de cultura. El Seminario de Cultura Mexicana, en su expansión cuenta con Corresponsalías en todo nuestro país, en el Estado de Sinaloa hay seis y una de ellas está asentada en La Atenas de Sinaloa y la preside el Dr. Juan Salvador Avilés Ochoa a quien le acompañamos en este disfrute de preservar y difundir la cultura. En la charla, realizada en el portal del Museo de Historia Regional de esta localidad, Llegamos pues al recinto en el que nos encontraríamos con datos sobre la pintura novohispana que en la voz del Dr. Morera González fluían de manera ágil y muy ilustrativa. En el presídium, el Sr. Secretario del Ayuntamiento, Lic. Luis Alberto Sainz Fierro quien a nombre del C. Presidente Municipal externó un mensaje de bienvenida. Le acompañaban Clemente Pérez Gaxiola, de las corresponsalías del norte del Estado, el Director del Archivo Histórico del Estado, Mtro. Gilberto López Alanis y como anfitrión, el Dr. Juan s. Avilés Ochoa, Cronista de Mocorito y Presidente de la Corresponsalía del Évora del Seminario de Cultura Mexicana, a quien le correspondió leer algo del amplísimo currículum del Dr. Jaime Morera y González.
Inició, mencionando que la pintura es una de las tres bellas artes esenciales, con la que en la época de la Nueva España se inició con la transmisión evangelizadora, de tal manera que ya fuera pintura mural, en lienzos, estampas, la tilma, la tabla, el cobre, estandartes y demás, los frailes evangelizaban a los indígenas, quienes a decir de los relatores de la historia eran de gran capacidad de aprender, tanto así que hubo indígenas que superaban en aprendizaje a los criollos. Otras artes también eran utilizadas en este afán. Sobresaliendo el auto sacramental, una especie de teatro en el que enseñaban cuál era el verdadero Dios y decirles que sus dioses eran paganos. Además del uso del baile, el canto litúrgico, la escultura, artes para cambiar la cosmovisión de los locales. Una gran cantidad de información nos fue ofrecida, exponiendo algunas imágenes como ejemplo de la pintura y sus elementos durante la época novohispana. Los muros de los templos se adornaron con pinturas decorativas en las que se informaba a los indígenas sobre los pecados capitales, los pecados veniales y las consecuencias de no llevar una vida apegada a lo que Dios quería. Una labor destacable de los Tlacuilos, quienes eran los pintores encargados de realizar el trabajo de evangelización, quienes pasaban por un riguroso proceso de aprendizaje, para estar en condiciones de obtener un reconocimiento como pintores que podía mostrar imágenes en acuerdo a los cánones religiosos y que pudieran ilustrar los pecados capitales y sus consecuencias. Los frailes entendían que con su trabajo edificaban su arribo al cielo, por ello enseñaban artes y oficios en las que los indios eran a veces más aptos para estas labores. Un dato curiosos es que al ver esto último, se consideraba un peligro por parte de la corona, pues podría ser motivo de pérdida de control sobre la población indígena. Esas virtudes fueron demostradas en la creación del arte plumario, el cual fue considerado como una novedad, por ello las vestimentas de los prelados católicos de Roma se hicieron también en el arte plumario. O también la escultura en pasta de caña de maíz la cual permitía realizar, por ejemplo, cristos que se usaban en las procesiones y fueron exportados a España.
Por lo que corresponde a la pintura en tilma, el Dr. Morera hizo ver que era un material muy frágil que debía prepararse de manera adecuada para soportar el paso del tiempo y que no se desprendiera la pintura. Por lo que hace a la tilma en la que se pintó la virgen de Guadalupe, ésta se conservó por encontrarse siempre bajo cuidado y resguardo, similar a la tilma en la que se pintó la virgen de Temaxic. La pintura en el siglo XVII cobró una uniformidad, pues había ya una especie de reglamento de cómo habían de pintarse: hermosos, bondadosos, dulcificados. Los registros con que se cuentan en relación a santos, mártires, vírgenes y demás había que pintarlas bajo un mismo criterio. Citó ejemplos claros de esa uniformidad de rostros, manos, expresiones plásticas que referían a la perfección moral, similar a la belleza. Al finalizar se ofreció la oportunidad de realizar preguntas o comentarios, lo que permitió extender un poco al invitado en su charla y en el público que por casi noventa minutos estuvo atento a la conferencia auspiciada por El Seminario de Cultura y traído a Mocorito por la Corresponsalía de la región del Évora. Un elemento más que constata que Mocorito es un espacio en el que la cultura se hace presente.
*Maestro UAS Campus Mocorito.