Por Alberto Ángel “El Cuervo”*
—¿Cuántos…?
—ciento cincuenta y siete…
—¡Sorprendente… Ciento cincuenta y siete de los ciento noventa y cuatro reconocidos oficialmente…!
—Así es… Pero además date cuenta que eso es en una población tan pequeña como tal vez alguna colonia mediana de la Ciudad de México…
—Y quizá nos quedamos cortos… En Basilea hay, según el último censo, solamente ciento setenta y dos mil habitantes… En la colonia Roma de la Ciudad de México se rebasa ese número… Ahí tenemos más de tres cientos mil habitantes…
— Pues todo esto hace más sorprendente aún el que tantos países tengan representación en sus habitantes en una ciudad tan pequeña y antigua como Basilea… Basilea en español, Basel en Suizo-alemán, Bâle en francés… Es una ciudad sumamente antigua. Es en el siglo VI antes de Cristo cuando la ciudad es fundada por los celtas a orillas del Río Rhin, uno de los más importantes de Europa. Dada su posición estratégica en el aspecto geográfico, muy pronto capta la atención del entonces imperio más poderoso del mundo, el imperio romano, y se realiza la fundación de Augusta Ráurica a tan sólo unos 20 minutos del centro de la ciudad de Basel. Hoy en día, una típica población suiza rodea las ruinas romanas que siguen asombrando a propios y extraños.
Como muchas cosas en el viejo continente, no deja de ser sorprendente y extraño el salir al parque y en vez de los juegos infantiles o a un lado de estos, encontrar un pequeño teatro romano de antes de la era cristiana o bien las sorprendentes ruinas de la antiquísima ciudad que nos muestra el sistema casi perfecto del alcantarillado y el surtido de agua. A un lado del parque puede verse una pared que formaba parte de un Spa (salutem per acqua) que no era otra cosa más que el antecedente de los clubes y gimnasios donde ahora la gente acude a ejercitarse para intentar que el devenir de los años sea más benigno con ellos. Todo eso se encuentra ahí, verdaderamente a la vuelta de la esquina en lo que hoy es la ciudad de Kaiseraugust que forma parte del cinturón de pequeñas poblaciones que rodean a Basel.
Después de pasar de un dominio a otro entre celtas, romanos, etc. Finalmente en el año mil, Basel es reconocida como ciudad libre dentro del imperio romano germánico para que en mil quinientos se adhiera a la Confederación Helvética. La posición geográfica de Basel ha sido estratégica desde siempre, constituyendo el último puerto de río a lo largo del Rhin, ya que posteriormente se encuentran las cataratas de Rheinfall que son imposibles de navegar.
Así, la ciudad que para su defensa se encontraba amurallada, consciente de su privilegiada situación, poseía el único puente que cruzaba el Rhin; el famoso y antiquísimo MittlereBrücke que continuó siendo el único desde 1225 hasta muchos siglos después. Originalmente de madera, fue reconstruido en piedra en 1903. Basel, constituyó por todo lo anterior, el centro comercial más importante de Europa y hoy en día, de alguna manera sigue siéndolo. Por otro lado, y tal vez a ello se deba la gran afluencia cultural mundial, Basilea es hoy por hoy una de las capitales del arte no obstante su tamaño. En la actualidad existen dentro de la ciudad un total de 19 museos… Si tomamos en cuenta que en la ciudad de México hay 60 museos siendo casi 20 veces más grande, tendría que contar con 250 museos para igualarle. Esto sólo a título de información, pero a nuestros políticos parece no interesarles en absoluto lo que se refiere a la cultura.
Si uno va caminando en el centro de Basel, es de lo más común escuchar cualquier cantidad de idiomas en los diálogos que sostienen los peatones… Italiano aquí, alemán allá, francés en unos que vienen, español en los que pasan a un lado, rumano, turco, árabe, ruso, chino, japonés, inglés y muchos otros que para nosotros resultan lejanos y extraños como el suahili o el papiamento… ¿Será tal vez esto un indicador del posible futuro del mundo…? Eso quizá no nos tocará verlo pero no deja de ser fascinante pensarlo…
Como en cada visita a Basel, destino hoy una visita a Riehen… Desde mi primera vez casi a manera de manda, diría una mi abuela, ha sido casi un ritual obligado el visitarle. Tram número 6 partiendo de Claraplatz, llegar hasta la parada de la Iglesia frente al Museo del Juguete y caminar al Migro donde compro un cuartito de leche (no sé qué le ponen los suizos pero sabe exquisita), un pequeño paquete de jamón, queso y pan. Salgo y camino hacia el parque de juegos infantiles justo atrás del museo del juguete… Ahí, en una mesita preparo mi “sándwich” y contemplo el parque sin las risas infantiles en el invierno… Terminando, visito la galería de arte de Riehen justo frente al parque. Siempre tienen exposiciones de artistas contemporáneos por demás interesantes y de ahí, algunas veces, camino hasta el bellísimo museo de la fundación Beyeler a las exposiciones temporales o las fijas que tienen. Ya terminó la exposición de Courbet, toca ahora el turno a una exposición de Peter Doig que sirve como enlace para la esperada exposición que se anuncia con gran algarabía con la obra de Paul Gauguin. Doig, es uno de los artistas plásticos contemporáneos más importantes en la actualidad.
Muy joven para el prestigio que tiene, nació en el año de 1959, en la ciudad de Edimburgo. Su trabajo es realizado generalmente en telas montadas en bastidores de muy gran tamaño y se caracteriza por el manejo de diferentes medios de pintura y la intensidad de su “paleta”. Comienza Doig sus estudios en artes plásticas en Wimbledon y los completa en Chelsea School of Art. La primer obra de la cura, en el título guarda la emoción de la exposición completa: “100 YearsAgo” (hace cien años). Se trata de una obra de 9 por 5.5 metros. Doig logra la combinación adecuadade diversas escuelas y técnicas contemporáneas.
El impacto emocional de esta obra, que finalmente es una de las intenciones del arte, es tremendo… Podría uno pasarse horas sentado frente a ella y la narrativa continuaría fluyendo… Es verdaderamente una regresión aunque no sepamos exactamente a dónde ni a cuándo… La canoa, el hombre barbado, la manera de utilizar el trazo, los colores y los diferentes planos en la monumental pintura, producen juntas todo ese efecto. Los simbolismos están presentes en todo su esplendor.
Si bien recuerda los trazos y planos de Henri Matisse, realimenta el estilo en la colorimetría que Matisse dejó en su estilo junto con los artistas de la postguerra y en Doig cobra una dimensión distinta. Por todo ello, el artista escocés tiene la fama y prestigio internacionales que tiene en el mundo actual de las artes plásticas. Doig en entrevistas ha comentado su intención y su búsqueda de lo abstracto. Aunque en realidad, su pintura es una abstracción justamente porque exprime la realidad y obtiene la esencia de la narrativa por medio de su trazo… Extrae y abstrae el centro, la intención, la idea y la lleva al lienzo para comunicar y narrar lo abstraído por medio de su trazo, colorido y dimensión en los planos diversos. Normalmente, Doig parte de fotografías tomadas por él para realizar una pintura. Debo hacer notar que no es igual que lo que hacen muchos de los llamados hiperrealistas al proyectar las fotografías sobre el lienzo para que la proporción y los límites en la figura sean exactos, no. Doig parte de fotos pintadas por él para capturar el momento nada más y de ahí plasmar su narrativa en el cuadro en turno.
Así, por ejemplo, en otra obra que me parece maravillosa titulada Blotter (papel secante en traducción literal), aparece una figura de un joven. Pudiera pensarse que se trata de el propio artista que se autoretrata, pero en realidad es el hermano que capturó en una fotografía previamente y pone de manifiesto la intención de un autoretrato a partir de la imagen de su hermano. Como quiera que sea, esta obra es otro ejemplo de la capacidad de comunicación emocional que la obra de Doig muestra. El paisaje de invierno que con frecuencia está presente en la obra del artista dado que gran parte de su vida la pasó en Canadá, nos comunica una reflexión en ambos sentidos… Una en torno a la reflexión que la figura contempla en el hielo que se derrite y la reflexión intelectual acerca de la vida, lo que motiva en el espectador construir su propia historia a partir del cuadro y en consonancia con sus propias experiencias. La colorimetría, nuevamente es espectacular, con una sutileza verdaderamente envidiable. Los colores en el invierno, insisto siempre, tienen una suavidad maravillosa y aquí, Doig captura magistralmente dicha suavidad.
De la misma manera, siguiendo el periplo de la exposición, me encuentro con una obra que ha sido motivo de muchos comentarios de los críticos y promotores de arte. El título: Stag (Pelícano). Esta es muy distinta a Blotter, y así como su vida en Canadá motiva el manejo suave de los colores, su estancia en Martinica provoca la necesidad de manejar colores cálidos tropicales. La narrativa en el cuadro, además, es como siempre muy impactante en la obra del Maestro Doig. Sin embargo no deja de sorprenderme que hoy en día, sea el artista vivo mejor cotizado del mundo habiendo vendido una de sus obras por la cantidad de 9 millones de euros en 2007.
El cuadro es “Canoa Blanca”… Termino la visita a Beyeler de nuevo con un grato sabor de boca. Un día después, voy con mi hijo, gran artista plástico, hacia Feldberg… Se me hace curioso que para llegar a esa ciudad alemana, tomemos Feldbergstrasse (calle de Feldberg)… Mi hijo, dándose cuenta de mi cavilación, me dice: “En Basel, papá, y en todas las poblaciones chicas de Suiza, las calles que llevan el nombre de alguna ciudad dentro o fuera del país, lo tienen debido a que es la ruta que te lleva hasta ese lugar. …” Efectivamente, jamás salimos de esa calle que se convirtió en la carretera 317 y desde Kleinbasel nos llevó hasta Feldberg donde el paseo en la montaña es indispensable como complemento de la visita invernal a esta mágica ciudad de Basel que se conoce como “la esquina de las tres fronteras”: Alemania, Francia y Suiza… Con la caminata en Feldberg, vuelvo a introyectar los colores lánguidos en el invierno europeo, algo verdaderamente especial y motivante. El frío cala… La despedida también deja frío en el alma… Hasta la próxima, cuando el atelier de Basel, vuelva a cargarse con la energía que se produce en el compartir de la creatividad con Alberto, el otro Alberto, mi hijo, a quien agradezco siempre el llenarme de vitalidad y magia cada vez que vengo a trabajar a esta nueva Babel… Basilea, Suiza.
*Cantante, compositor, pintor, autor.