La esposa del escritor mexicano presenta en Tijuana el libro póstumo “Pantallas de plata. Textos de Carlos Fuentes sobre cinematografía”. Entrevistada telefónicamente, Silvia describe al escritor como un hombre voraz cinematográficamente, “Carlos descansaba con el cine viendo películas diariamente”.
Por Jaime Cháidez Bonilla*
Silvia Lemus presenta en Tijuana el libro “Pantallas de plata. Textos de Carlos Fuentes sobre cinematografía”. Silvia fue la esposa del escritor que murió el 15 de mayo de 2012. La presentación se realizó el jueves 15 de enero en la sala Carlos Monsiváis del Centro Cultural Tijuana.
Desde la Ciudad de México, Lemus acepta la entrevista donde comenta la relación que Carlos Fuentes tuvo con la cinematografía, desde el mismo instante de su nacimiento en Panamá, ciudad donde se encontraba su familia por las labores de cancillería del padre de Carlos.
-“Se encontraban en un cine y la madre comenzó a sentir los dolores del parto. De allí se fueron al hospital. Les va a interesar mucho leer el libro porque se comenta la importancia del padre de Carlos, que además de ser diplomático, le interesaba mucho el cine. A Carlos Fuentes la novedad del cine le llegó como algo que de niño no esperaba y fue muy feliz. Carlos fue un niño lector que estuvo expuesto a una serie de circunstancias en diferentes países. Eso le despertó su afán creativo que lo convirtió en el escritor que conocemos”.
-He leído que Carlos Fuentes acostumbraba ver una película diariamente.
-“Sí, así es. Carlos descansaba con el cine. Lo sé, además, porque desde que me casé con él veíamos cine. Era realmente una costumbre que nos sentábamos por las tardes a ver películas, es verdad. Era Carlos una persona que le gustaba el cine musical, que le gustaba el drama, que le gustaban las películas de México, igualmente que las norteamericanas de Hollywood por las que tenía una gran admiración, igualmente el cine europeo, el cine alemán, el cine francés, el cine italiano… Carlos era un hombre voraz en cuestión de cine, lo veía todo.
-Carlos Fuentes era muy cinematográfico, era un personaje en sí mismo. Estuvo en Tijuana en los años 90, con teatro lleno y gente afuera del recinto. ¿Por qué Carlos Fuentes tenía tanta aura, tanto carisma?
-“Mire, yo le puedo hablar de mi experiencia pero usted la habrá tenido también. Carlos era simplemente una persona que tenía ese don, con ese don uno nace, el carisma lo da la personalidad, el físico, la elegancia, la forma de hablar y todo eso que él llevaba en su cabeza, que tenía algo extraordinario, en ebullición constante, ideas, imaginación, amabilidad, era un hombre elegante y guapo, además. Eso ayuda mucho a ser carismático.
-Vi una entrevista que le realizaste a Carlos Fuentes por TV canal 22, ¿era difícil o fácil entrevistarlo?
-“ Yo creo que era fascinante hablar con él porque él tenía siempre una respuesta más allá de la propia pregunta”.
-¿Tienes una técnica para entrevistar?
-“Yo creo que cada persona tiene su propia técnica, cada persona es particularmente curiosa. Desde luego que para hacer una entrevista hay que hacer una tarea, no puede uno llegar improvisando, hay que tener una base para entrevistar, hay que conocer al personaje. En el caso de un músico hay que saber qué vida es la que un músico tiene y no solo eso, saber cuáles son sus influencias. La técnica de la entrevista es personal”.
Pantallas de plata. Textos de Carlos Fuentes sobre cinematografía
Se trata de una publicación en la que Carlos Fuentes habla de su padre, Rafael Fuentes, a quien reconoce como su primer guía para tener una experiencia del cine, y se ocupa de las películas de la época de los años 20 y de sus actrices, según lo detalló el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
Según estos textos, Fuentes estuvo tan cercano al cine que incluso el 11 de noviembre de 1928 su nacimiento estuvo a punto de ocurrir en una sala cinematográfica, pues sus padres estaban en la función de la película “La Bohème”, basada en la ópera de Giacomo Puccini (1858-1924), cuando su madre inició labores de parto.
Su pasión por el Séptimo Arte llevó a Fuentes a escribir guiones para películas como Las dos Elenas, basada en su cuento homónimo y dirigido en 1964 por José Luis Ibáñez, quien también dirigió la cinta, Las dos cautivas también tomada de una historia de Fuentes.
Trabajó en el texto El gallo de oro (1964) y Tiempo de morir (1966), junto con Gabriel García Márquez. Además escribió los guiones de Un alma pura (1965) y Pedro Páramo (1967), en colaboración con Manuel Barbachano Ponce adaptando la novela de Juan Rulfo y con Carlos Velo como director.
También fue filmada su novela La cabeza de la hidra en 1981, por Paul Leduc, con el título Complot petróleo: La cabeza de la hidra y guión de Fuentes. El argentino Luis Puenzo realizó en 1989 Gringo viejo.
Para televisión, Fuentes grabó la serie “El espejo enterrado”, que se comenzó a difundir en 1992 y sobre cuya base publica el libro homónimo.
La primera incursión del también autor de “Aura” como guionista cinematográfico fue por la invitación que le hizo el productor Manuel Barbachano Ponce para “El gallo de oro”, de Roberto Gavaldón (1964).
*Periodista y editor cultural Tijuana.