Por Mario Arturo Ramos*
El amanecer del día de Reyes del 2015, me encontró haciendo maletas para emprender una travesía por los estados de la República Mexicana, que en tiempos coloniales junto a Durango, formaron parte de la Nueva Vizcaya, norte de Sinaloa; sur y la otra frontera de Sonora y, poblaciones del Estado de Chihuahua que tienen nombres precolombinos.
Había que Iniciar una experiencia de siete días, siguiendo algunos caminos que cruzan la Sierra Madre Occidental y, parte del desierto de los dos estados de mayor extensión territorial del país. Odiseas que en otras épocas transitaron en meses y años, los andantes precortesianos, los conquistadores europeos, los misioneros mártires y los no tan…, los dueños de la conciencia minera, los comerciantes de esperanzas, los ganaderos que cuidaron animales y sojuzgaron nativos, las mujeres y los hombres honestos y justos que en los siglos XVI, XVII y XVIII los recorrieron, dejando como testimonios epopeyas fantásticas, heroicas, trágicas, injustas, amorosas, históricas. Ese seis de enero, se cumplían cuarenta y un años del fallecimiento de David Alfaro Siqueiros.
“El arte es un proceso formal que se establece como una actividad experimental ligada a una misión social y al trabajo de equipo”. “¿Yo por yo? Siqueiros por Siqueiros. ”Irene Herner. 1996. Museo Dolores Olmedo
La fecha que coincidía con mi arribo al Estado de Chihuahua, fue detonante para rescatar de la telaraña de mi memoria aquello que escuche de: Mario Orozco Rivera (pintor, compositor, cantor, alumno y colaborador del“Coronelazo”) o Raquel Tibol, -no recuerdo bien-, de que los padres de Siqueiros, la señora Teresa Siqueiros y el licenciado Cipriano Alfaro, eran de origen queretano; que en 1896, residían en Santa Rosalía, hoy Ciudad Camargo, Chihuahua, año del nacimiento de José Jesús Alfaro Siqueiros.
La personalidad creativa de David es –quizá- una radiografía clásica de los personajes que conforman la esencia de la identidad mexicana, la que se identifica con el liberalismo, que escapa al acartonamiento religioso y a la obediencia social, al inmovilismo como actitud que demuestra que se es leal a la otra cara de la moneda, aquella, que al final del siglo XIX proponía y sigue proponiendo en el 21, “orden y progreso”. Enrique Ochoa Ávila en su ensayo “El humanismo de David Alfaro Siqueiros: un espejo de la izquierda mexicana del siglo XX” reproduce una definición del artista chihuahuense sobre el Realismo como teoría estética: “Por realismo, dándole todo el significado convencional que la costumbre ha creado, debemos entender: apego a los hechos comprobados tratándose de artes plásticas, descubrimiento de los determinantes sociales de cada especifico periodo histórico de la humanidad, de los determinantes físicos(geográficos, climáticos, etc.) y también de las consecuencias de los de
terminantes temáticos, formales y de estilo, toda vez que se trata de artes plásticas figurativas”.
Quedaban atrás las montañas nevadas, línea que s
separa a los dos estados norteños, el automotor donde transcurría la distancia a buena a velocidad me transportaba por la carretera estatal internándome en el frente frio que golpeaba con temperatura inclemente a un gran espacio geográfico.
El paisaje monumental y sus habitantes me invitó a pensar en el muralismo mexicano y sus tres grandes: Orozco, Rivera, Siqueiros; creo que del trio genial, él último participó con mayor intensidad en la vida política, su activismo va a la par que su obra pictórica, pinta, vive, milita en organizaciones obreras,es Presidente de la Liga Nacional contra el Fascismo y la Guerra, por su actividad es encarcelado en diferentes fechas; dentro de sus actos bélicos ha sido rechazado por la opinión pública, su participación en el atentado a León Trotsky, en 1940. José Revueltas escribe: “Titánica como es su pintura, David Alfaro Siqueiros es, del mismo modo como hombre, como hombre, como artista, como vida en movimiento, un gran mural de México”; el cineasta Sergio Einsentein dice. “Es la mejor prueba de que un pintor verdaderamente grande es, ante todo, una gran concepción social y una convicción ideológica. Mientras mayor es la convicción, el pintor es más grande.”
Las últimas luces de la tarde invernal anunciaban la llegada a la antigua ciudad de Paso de Norte, hoy Ciudad Juárez, puerta de entrada a la tierra de dólar, paraíso de las maquiladoras o duelo mortuorio de la historia contemporánea de México. Atardecer fronterizo que frente a una taza con café invitaba, a un breve repaso sobre el historial del muralista queseñala: En 1911 se inscribió en la Escuela Nacional Preparatoria y en la Escuela Nacional de Bellas Artes- Antigua Academia de San Carlos-; 1913 se une en a la rebelión contra el Gobierno Huertista; ingresa a la División de Occidente del Ejército Constitucionalista bajo el mando del general Manuel M. Diéguez, simpatizante de las ideas Magonistas; es colaborador del periódico veracruzano, “La Vanguardia “ en 1915; corría 1918, participó en la organización Artistas Soldados; tres años más tarde publicó en Vida americana en Barcelona, Espa ña, su célebre: “ El manifiesto a los plásticos de América” ; en 1923, junto con Orozco, Rivera, F. Revueltas, X. Guerrero, C. Mérida y otros, forma el Sindicato de Obreros, Técnicos, Pintores y Escultores; al año siguiente colabora en los primeros vuelos del informativo El Machete, que más tarde se volvería La voz de México; en 1926 funda el periódico El Martillo; 1928, lo ve como asistente al IV Congreso Internacional de la Sindical Roja en Moscú; a su regreso a la patria es encarcelado; en 1930 le repiten la represión y es expulsado del Partido Comunista Mexicano; en 1930 funda la Liga de Escritores y artistas de Uruguay; en 1937 combate en la Guerra Civil Española al lado de los republicanos; el atentando a Trotsky que cuenta con su participación sucede en 1940; viaja en 1955 a impartir una serie de conferencias en la URSS, donde es recibido y honrado por intelectuales, pueblo y funcionarios de gobierno; el 9 de agosto de 1960, vuelve a ser encarcelado por su actitud libertaria, el 13 de julio es indultado; en 1967 recibe la condecoración Lenin, máximo premio a las artes por la Unión de Repúblicas Soviéticas.
El Polyforum se inaugura en 1972; el seis de enero de 1974, en Cuernavaca, Morelos, la ciudad de la eterna primavera donde tenía su domicilio David Alfaro Siqueiros, cierra los ojos para siempre. Arnoldo Martínez Verdugo, originario del Mpio. de Mocorito, Sinaloa, escribe en “Un retrato político de Coronelazo”, de: “Siqueiros por Siqueiros”: “Brevemente dicho Siqueiros nunca quiso ser sólo pintor. Fue además un notable organizador sindical, un soldado de dos revoluciones, un dirigente político carismático, un relevante publicista y también por qué no decirlo, un partidario del atentado individual.”
Sus raíces: “Siqueiros es hijo de un abogado porfiriano, Caballero de Colón, con el que tuvo una relación conflictiva y con quien se reconcilió, como el mismo lo relata en una anécdota llena de ternura a Julio Scherer.” Siqueiros por Siqueiros” Irene Herner.
La biografía de Siqueiros en sus primeros 6 años se encuentra llena de misterio- muere su madre y se refugia con su abuelo en Irapuato Gto.- igual a los días cortos de la frontera que dejan a la oscuridad sus vivencias, aquí las cosas pasan más fácil en la penumbra. El historiador Zacarías Marquez Terrazas, plantea en su libro “Chihuahuenses Ilustres, 125 biografías”:1.-“Un velo de misterio cubre los primeros años del mejor pintor que ha nacido en tierras chihuahuenses. En Camargo, donde debiera aparecer su acta de nacimiento o de bautismo.
De esta última queda la duda, pues las páginas donde correspondía el asiento al año que nació Siqueiros está mutilada.”. En un desayuno “juareño” con el Licenciado en Filosofía, maestro de historia estatal y otras cátedras en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez y ex Rector de esa institución, Rubén Lau Rojo- como Martínez Verdugo-, mocoritense; le pregunte su opinión sobre la obra de Marquez Terrazas, con mesura, señaló: que es referente en el conocimiento y estudio de la historia de Chihuahua, que también fue un periodista respetable, docente, Director del Departamento de Investigación de la Universidad Autónoma de Chihuahua, escritor de más de veinticinco libros, y que falleció el 12 de diciembre de 2013 y nació en Temaychi, Mpio. de Guerrero, Chihuahua, el cinco de noviembre de 1933; que el conocimiento sobre personajes y particularidades de Marquez Terrazas sobre hechos que otros investigadores dejaron en el olvido, hacen que el producto de su tarea, proporcione documentos formidables para estudiarlos.”
Con los sinaloenses compañeros de ruta, comenté lo importante que es nutrir la identidad nacional con la multiplicidad y la diversidad regional mexicana; les platiqué que hace algunos años en algún Estado cercano al que nací, un político que buscaba la gubernatura, invocó su “derecho de sangre” para justificar su postura, ya que sus padres y antecesores habían nacido ahí y él no.
Pero el derecho de sangre legitimaba su aspiración. Por lo tanto a mí me gusta encontrar queretanos que llevaron su sangre y sus apellidos a lejanos rumbos de la patria o el mundo escribiendo páginas de historia. Generalmente cito a Ignacio Ramírez “Nigromante”, José Sosa- José José-, Pedro Vargas, tal y tal.
El regreso a las costas del Golfo de California nos llevó otra vez por barrancas, llanos, minas, retorno que trajo el tema del “Coronelazo” al viaje; para vencer la rutina con kilometraje milenario en voz alta leí su biografía escrita por el Maestro Zacarías para saber de sus raíces: “Por confesión propia, de David, sabemos que nació en el año de 1896, en un rancho cercano a San Francisco de Conchos que se llama el Tecuán, perteneciente a la antigua Santa Rosalía, hoy Camargo.
Sus padres eran de Querétaro y muy pronto lo llevaron al sur del país, pues para el año de 1908, está inscrito en la Ciudad de México en el colegio que dirigían los maristas, denominado Franco Inglés. Con las brisas marinas recordé a Mario Orozco y las deliciosas veladas músico literarias en su casa, los textos de Raquel Tibol… y desde luego a los queretanos o hijos(as) de queretanos que como David Alfaro Siqueiros, construyeron y construyen al México inmortal.
1.- Zacarías Márquez Terrazas. “Chihuahuenses Ilustres” Editorial Camino, 1990.
*Autor e investigador.