Por Carlos F. Lavín Figueroa*
Murió mí muy querido amigo, el viejo guerrillero, el cronista, el compositor, dueño de gran ingenio y alegre carácter, don Andrés López Velasco (Iguala 1933-ídem 2014), estudió en el Politécnico Nacional donde fue líder de la Federación de Nacional Estudiantes Técnicos, a su regreso a Iguala fue lugarteniente del guerrillero Genaro Vázquez Rojas -este y Lucio Cabañas fueron egresados de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa.
El 30 de diciembre de 1962 intentó con mil hombres a su mando, algunos armados, tomar el Palacio Municipal de Iguala que era defendido por dos destacamentos militares, en el intento fue baleado y encarcelado, “ese día mataron a mucha gente, 22 guerrilleros y 20 soldados, la cárcel estaba repleta de cívicos –de la Asociación Cívica Guerrerense- que apretujados se turnaban para sentarse, algunos lograron escapar”. Tomó parte en numerosas acciones guerrilleras. Fue preso político en 1962-63, cuando el expresidente Cárdenas intervino para su liberación y ese día y fue a Iguala. En el ’68 al frente de un comando armado liberó de ese presidio a Vázquez Rojas, le había entregado una abeja sin alas en una caja de cerillos, para que se la colocara en la encía y le picara, al hincharse lo llevaran al dentista, ahí lo liberó.
Hasta el día de su muerte, el 28 de noviembre pasado -por cierto el 103 aniversario de la promulgación del Plan de Ayala- fue el Cronista vitalicio de Iguala de la Independencia, Decano y Presidente Nacional de Asociaciones de Cronistas. Estando el en vida, se erigió un busto en su honor en la Central Plaza de los Tamarindos de Iguala, ceremonia a la que fuimos invitados para recordar su aprehensión en ese sitio y la matanza de los “cívicos” que él comandaba.
Ante mi invitación, don Andrés asistió a la Mesa Redonda efectuada en Jumiltepec, para conmemorar el Centenario del Plan de Ayala, donde aseguró que el sinaloense Salustio Carrasco Núñez fue el redactor del Plan de Ayala, Gonzalo Ávila Díaz –quien había sido maestro de Zapata- fue quien escribía lo que le dictaba Carrasco, y Magdaleno Pérez Cortés -ayudante del capitán Ávila Díaz- testigo presencial de este hecho en Iguala.
Narró que cuando estudiaba en la escuela secundaria Plan de Iguala, el portero de la misma era nada menos que Magdaleno Pérez Cortés ya veterano de la Revolución -leg. 2314-, quien le describió como, cuando y quienes fueron los autores del Plan de Ayala y como fue enviado el documento a Zapata.
Lo último que escribió don Andrés semanas antes de su fallecimiento, fue el preámbulo para mi libro “Antología del Plan de Ayala”, aquí unos fragmentos:
“Corría el año de 1945, apenas había terminado mi enseñanza primaria, y un día por la tarde cuando regresaba a casa, al pasar por la sala, escuche que mi tía Bertha, la mayor de los hijos de mi abuela decía: Fue aterrador, la viuda María, lanzaba gritos de desesperación a la vez que se prendía del pecho de su esposo que yacía muerto, y entre su llanto decía: “esto fue obra del “pinto Figueroa” como apodaban al general Ambrosio Figueroa, nuevo comandante de la plaza en la ciudad de Iguala, mientras sostenía entre sus brazos a su pequeña hija Carlota de apenas unos meses de edad [casó con Sigifredo R. Lavin, hermano mayor de Carlos mi padre].
*Cronista Cuernavaca.