Por Miguel Ángel Avilés*
Nunca vienes cuando sabes que te llamo. Te apareces reverdeciendo en la nada. Estas perdida donde no me encuentro. Estoy en otra parte llenándome de ti: acá donde descubro que el infinito es inalcanzable y que está pegado a mi piel y a esta boca ingenua que te llamó, con un grito a cielo abierto… cuando no estabas.
CARTA
Nada tiene nombre, el silencio es la mejor tinta para escribir mi biografía. Deshojo los años y en ese andar, mi YO no anda con dobleces; entiendo que la vida así será y pese a ello, no habrá cruz que cargue en mis espaldas ni llanto que me lleve a la desesperanza. El presente es el retrato hablado que fuimos haciendo de memoria en un lienzo invisible que hoy esta frente a nosotros, vuelto niño, como un reflejo, como una sombra, como un leproso narciso que no se quiere-amar.
EL PRINCIPIO ES EL FINAL
Hay un punto de partida y es el mismo que nos espera al regresar. El principio siempre es el final y a la mitad del camino todo va cayendo suave como los pasos de un animal liviano. Ahí está la evocación sin pedir tregua y un rompecabezas amorfo que no tiene manera de cómo terminar. Todo vuelve a la calma cuando se encuentran las respuestas perdidas, todo. Podemos ser cualquier Ser: una ventana al mar, un precipicio, una paloma moribunda, pero habremos de reencontrarnos, a solas, un buen día para decirnos: lo que soy es lo que hay, aunque todo de mi parezca un rompecabezas.
EL SER QUE SOY
Estamos hechos de preguntas y de adivinanzas; de polvo y de acertijos estamos hechos. Nada llega antes que lo posible. Esa nube que ves a diario en el retrovisor tiene todo de ti pero no lo sabes. Te sientes ajeno en tu propio cuerpo y hay veces que tus pasos y tú andan caminos diferentes. Te multiplicas, no cabes en ti, como si de pronto un corazón gigante explotara en plena calle y dos niños: el que fuiste, el que sigue siendo, salieran disparados hacia el infinito, ahí donde están todas las respuestas.
EL TUNEL
¿Dónde tendrá su punto G la libertad? ¿Por qué hay noches que me asustan como si fueran pájaros siniestros nacidos para no volar? Todo de mi es el eco de un silencio que grita a toda velocidad como la garganta de un afónico. Pienso, sin embargo, que cada segundo, y cada respiro, cada sueño y cada día, y cada grito del tiempo puede ensombrecer hasta el rio más bravo, hasta el clamor más estrepitoso. La libertad es el parto más hermoso de un viajero; el tren que ya no quiere obscuridad.
LO QUE FUE
Hasta la manera de morir nos pertenece. Pero no. Quiero cavar sobre esa tumba para conversar con mi reflejo. Pero no. Ahí está todo como un descubrimiento tardío pero ahora duermo. Sí. Toco lo que no está y pido que vuelva desesperadamente esa agua imposible que va rio abajo, hacia un refugio que tuve para evitarlo. Busqué donde menos estaban las cosas, cuando tenía todo como un racimo de uvas a mi alcance. Ahora soy presente, en fase terminal.
INTENTO DE POEMA
Aquí, en este mundo de letras, en este significado que pronuncio, escucha las palabras con cuidado. Oye cómo te nombro, como te deletreo en cada dedo, como riman mis ojos como si cada uno mirara a Sor Juana Enamorada. Dame de ti lo que tengas, haz que este deseo pase a mejor vida. Vísteme de caligrafía como si apenas fueras el origen, o como si este intento conjugara una y mil veces la palabra desafío. Cada línea, cada verso son los lunares que has contado, y yo te los devuelvo en estrofas de gemidos, en este poema que intento por dentro de ti, hasta el fondo donde se esconden los recuerdos de ese abrazo que me das por cada palabra que te escribo.
LO QUE SE EXTRAÑA
Somos el camino que se acaba. Volver al mismo lugar es como volver al vientre. Es la ciudad de donde un día sales pero siempre estás retornando. Es la nacencia. Por más tuya que sea, en cada regreso la estás descubriendo. Siempre estás dando pasos nuevos por las calles ya andadas. Se es pasado y se es presente: todo se parece pero nada es igual. Volver a tu ciudad es como volver al juego: se es niño y se es adulto, la dualidad perfecta para que nada deje de asombrarte. La Ciudad, así, es un recuerdo permanente, es la fuente que se rompe todos los días. De repente todo lo íntimo es desconocido, es lo incierto del ahora: todo lo que podía nombrar no tiene nombre. Volver a tu ciudad es miedo y es amor: es distancia y es querencia. Lo que se acaba, y lo que queda para siempre.
PARA RECUPERARSE
Siempre estoy buscando lo que me pertenece. Soy el donante de amor más egoísta; Soy el ciego que anda sin perderse, hacia el punto exacto donde está la luna abriéndome los brazos. Soy la voz que no tiene más remedio: sueño, tiemblo, soy. Me recuperas. En esa cama duerme una mariposa y mañana puede amanecer muerta de hastío. Pero antes VOLARÁ.
SOLO ESTAS PARA VIVIR
Nunca dejes que te sepulten en la nada, florece en cada brazo de un árbol o en cada bocacalle. Nunca es tarde para buscarse adentro: eso que te tocas es el alma. Enciéndalo con una vela o un cigarro de amor o un fuego intenso. Ahora ponte la camisa y sal en rebelión siguiéndote los pasos. Piérdete en la vida como si murieras y escóndete donde las tropas del miedo nunca te derriben. Nunca dejes que te sepulten en la nada.
*Lic. en Derecho, escritor y Premio del Libro Sonorense.