Por Juan Manuel Velíz Fonseca*
Nació el 08 de abril de 1877, en el municipio de Mexquitic de Carmona, del estado de San Luis Potosí y murió el 14 de diciembre de 1936, hijo de Ladislao López y Buenaventura Zapata. Según consta en el acta número 224 del registro civil de ese municipio. La Z era la primera letra de su segundo apellido, siempre se firmó así: “Ing. Emiliano Z López”.
Realizo sus estudios profesionales de Ingeniero Civil y Topógrafo en el Instituto Científico Literario, hoy Universidad Autónoma de San Luis Potosí, como estudiante formó parte del “Club Liberal Ponciano Arriaga” antecedente del Partido Liberal Mexicano que constituyeron hombres de importancia como los hermanos Flores Magón y otros. Así narraba su llegada al estado de Sinaloa: “Un humilde profesionista llegaba a calurosas playas de Altata, después de una larga travesía marítima a bordo del barco “Herrerías”; de ahí siguió su éxodo en el “Occidental” a la capital sinaloense, desarrollando sus labores en el distrito de Culiacán, en la misma empresa donde laboraban viejos camaradas del Instituto Científico Literario de San Luis Potosí, ingenieros Luis P. Ballesteros, Mariano Vildosola y José Villaburu”.
En 1901 fue contratado por don Francisco Echavarría para que se encargara de los trabajos, fraccionándole y nivelando sus tierras de las haciendas del Toruno y Chuchumicari y sobre todo los estudios sobre el canal de Naranjo. Mientras que en el periódico “La voz del Norte” de Mocorito, en agosto de 1907, lo anunciaba de la siguiente manera:
“El constructor más solicitado en la villa de Sinaloa era el ingeniero Emiliano Z López quien tenía como ayudante al señor Manuel Peña. El Ing. López regularmente vive en la villa de Sinaloa, por la calle Mollinedo (hoy Independencia), ofrece también sus servicios en trabajos de canales, topografía subterránea y general, legislación de tierras y aguas, trazos para caminos, división de tierras y aguas, minas y peritajes”.
Dejó su huella en la construcción ya que muchas casas de las cabeceras de la villa tanto de Sinaloa como Mocorito en su arquitectura colonial, incluso los túneles o subterráneos fueron diseñados por el Ingeniero Z López. En el aspecto urbano de la villa de Sinaloa, en el año de 1901: “construyo un puente en la calle Nueva (hoy Obregón) y dio inicio, de ese lugar la construcción del “Caño” que funciona como drenaje pluvial, que cruza el centro de la ciudad a la altura de lo que hoy es el “teatro al aire libre”, atravesando la calle Madero, avenida Rosales y Juárez para descargar en el rio Sinaloa. Su construcción de piedra, ladrillo y mezcla en forma de arco”.
El Ingeniero Emiliano Z López fue fiel seguidor y amigo del profesor Gabriel Leyva Solano, al apoyar los dos, la candidatura a gobernador del periodista José Ferrel Félix, al denunciar que en el distrito de Sinaloa las elecciones celebradas el 08 de agosto de 1909: “Se desarrollan en un indigno fraude desde San José de Gracia, Bacubirito, Guasave y Bamoa”, con esta participación quedo junto con su amigo Leyva Solano señalado como un hombre de peligro, para los caciques de la Villa de Sinaloa.
Al llegar el “Maderismo” a la villa de Sinaloa, el Ingeniero Emiliano Z López recibe la invitación de Gabriel Leyva Solano: “pensó en mí, por tener demasiada confianza en mi lealtad, no me fue difícil encontrar adeptos, aunque no podía hacerles explicaciones claras, como Leyva me las había hecho, ya que únicamente me concretaba a decirles: Las elecciones para presidente de la República se aproximan; hay que dar el voto en favor del señor Francisco I. Madero; y si no se respetan nuestro derechos, no dejando votar libremente, nos levantaremos en armas, todo el pueblo para combatir la dictadura. Todos me contestaban gustosos y estaban enteramente de acuerdo; y así de ese modo logramos entre Leyva y yo, poner de acuerdo a todas las rancherías del distrito de Sinaloa, contando aproximadamente con mil quinientos partidarios listo para levantarse en armas, si se hacía necesario”, recordando a Leyva con el siguiente estribillo: “Esto no tiene más remedio, señor Ingeniero Z. López, que la revolución”.
Por órdenes del prefecto capitán Antonio Barreda son aprehendidos y encarcelados los señores Juan Díaz Salcedo, Dionisio García y Emiliano Z López. Recuerdo narra el Ingeniero Z López: “Al llegar a mi domicilio toda una cuadrilla de polizontes el señor Francisco Echavarría, una excepción entre los caciques, estando en el balcón de su morada se dio cuenta de lo que acaecía frente de la mía e inmediatamente bajo para dirigirse al lugar donde se encontraban mis aprehensores. Llego a mi domicilio y se prestó a acompañarme a prisión en medio de la fila de aquellos”. La casa de don Francisco Echavarría y la casa donde vivía el Ingeniero Emiliano Z López se comunicaban entre si por un balcón y escaleras, aunque la del primero se ubica por la calle Juárez y la de este último por la Independencia (Antes Mollinedo), y lo acompaño ante el temor que le “aplicaran la ley fuga”, además era su trabajador.
De aquí se desprende una anécdota que es comentada en el libro Personajes del municipio de Sinaloa, Gabriel Leyva Solano de José Carlos Rodríguez Laura: “El prefecto del distrito Antonio Barreda, le reclama a don Francisco Echavarría, la contratación de éste hombre; don Francisco Echavarría le contesta, yo contrate al Ingeniero Emiliano Z López, por sus conocimientos, no por sus convicciones políticas”.
Gabriel Leyva Solano, murió asesinado el 13 de junio de 1910 por los esbirros de Diego Redo. Mientras que el Ingeniero Emiliano Z López, y demás compañeros recuperan la libertad. Francisco I Madero es declarado presidente de la República, al poco tiempo es derrocado y asesinado por el general Victoriano Huerta. En 1914 don Venustiano Carranza, recorre el país desconociendo a este gobierno y ante la serie de levantamientos armados en varios Estados el 15 de julio Huerta abandona el poder. Buscando la reconciliación de todos los grupos el general don Venustiano Carranza, recorre el país. A la Villa de Sinaloa llegó el 20 de enero de 1914, es acompañado por el gobernador de Sinaloa Felipe Riveros y es al Ingeniero Emiliano Z López, presidente municipal quien pronuncia uno de los mejores discursos muy aplaudidos de bienvenida aquí una parte:
“C. Primer Jefe del Ejército Constitucionalista. C. Gobernador del Estado.
Señores:
He ocurrido al llamado de un pueblo no por presunción ni por demostración de lo que es mi persona, pobre en sí, desde todos los objetivos que se examine, sino por un deber cívico, por una de esas necesidades patrióticas que tiene el individuo para sus conciudadanos; por una de esas obligaciones que están sobre todo egoísmo, que están sobre toda idea que simboliza división entre hombres y heterogeneidad en los espíritus.
Llamo a la necesidad patriótica a la cohesión que debe existir en el organismo social para sostener el principio fundamental que constituye el cimiento del amor al terruño, del amor a ese fragmento de cielo que lo cobija y envuelve; del amor a esta gloriosa patria que desde niño nuestro labios la dijeron: ¡Madre! (aplausos).
El señor Carranza, como el señor Juárez, en su bendita peregrinación, de la cima de la sierra madre a la planicie de las costas del suelo nacional, recinto de las cenizas de nuestro padres, ha llevado el verbo divino y el estampido del cañón; aquel para purificar las conciencias; este para ahogar el grito de rebelión de los que destruyen la ley, de los sicarios, de los vasallos de aquellas figuras despóticas que escriben en su estandarte: “El estado soy yo, frase esculpida no sólo en el templo de los esclavos sino en la conciencia de los tiranos (aplausos).
A esa gratitud se amalgama la que debemos a uno de nuestros mártires: al soldado de la Ley, al Cristo de nuestra incipiente democracia, al Guatimozín azteca del siglo XIX; al señor Francisco I. Madero, a quien los esbirros dictatoriales denominaron loco… Que hermosa locura, germen de un sentido raro, porque: ¡El sentido común, razón menguada, nunca ha sido ni arista, ni vidente, ni paladín, ni redentor, ni nada! (aplausos).
Con afecto, quien de vosotros no guarda en su alma una lágrima de gratitud para este ciudadano, hoy grande, en medio de la estulticia de nuestro adversarios.
El grito ¡Viva Juárez! es el símbolo de la reforma; el ¡Viva Madero! simboliza el despertar de una nación y el ¡Viva Carranza! ¡Es el mejor símbolo de la Constitución! (aplausos).
Quisiera para cada uno de los mártires y héroes, ora conocidos, ora ignorados, un salmo, o una oración; hasta allá llega mi culto hacia ellos; mas ya que tal anhelo es por hoy un imposible, me satisface prorrumpir un ¡Hurra! Y un ¡Hosanna! Al primer jefe del ejército Constitucionalista, señor don Venustiano Carranza, hurra y hosanna que serán el eco del pueblo de este Distrito y luminar de todas las adhesiones de este Estado.
Que el saludo que hoy damos al señor Carranza, extensivo a los honorables ciudadanos que lo acompañan, repercuta en el campo de los soldados constitucionalistas, que por conquistar nuestros derechos, según la frase de don Ignacio Ramírez, ha hecho un pacto para alimentarla con su sangre o con la de los contrarios; de esos soldados, de quienes se dirá lo que de los constitucionalistas del 59: esos hombres deseaban el bien de la patria y hacían cuanto les era posible para obtenerlo.
Señor Carranza:
El Distrito de Sinaloa, cuna del primer estallido del fusil disparado en contra de los pretorianos huertitas, os saluda cariñosamente y desea que en vuestro éxodo encontréis lauros que reflejan el esfuerzo desarrollado en torno de una causa, que es la de la Patria, de la verdad de la justicia (aplausos)”.
Fue presidente municipal de noviembre de 1913 a febrero de 1914, periodo muy breve por la situación política y armada, que acontecía en el estado de Sinaloa y repercutía en los “municipios” por un lado los Huertitas por otro lado los constitucionalistas encabezadas por el general Ramón F. Iturbe.
Fue diputado local de la XXVII Legislatura Local de 1916-1917. Fue parte importante para defender al gobernador electo general Ramón F. Iturbe, que había sido impugnado por no cumplir, el requisito constitucional que marcaba el artículo 37 de la Constitución Política del Estado de Sinaloa por no cumplir los 30 años de edad y reformarla junto con la demás diputados de manera apresurada el 25 de agosto de 1917, y así salvar la situación.
Fue miembro de la Comisión Agrarista formada el 25 de mayo de 1915, por el gobernador sustituto Ingeniero Manuel Rodríguez Gutiérrez.
Fue Integrante de la Cámara Federal de Diputados de la Legislatura XXVIII, 1918-1920. Diputado electo por el IV Distrito, con cabecera en Sinaloa. Anteriormente había sido nombrado Cándido Avilés, considerado diputado constitucionalista.
En el lugar “Loma de Peñuelas” donde fue asesinado el Protomártir de la Revolución profesor Gabriel Leyva Solano, un grupo de ciudadanos potosinos encabezados por el ingeniero Emiliano Z López, donan un monumento llamado “Obelisco” en su honor el 13 de junio e 1933. Tres años más tarde moriría nuestro personaje, en su estado natal San Luis Potosí, específicamente, en el municipio de Mexquitic de Carmona.
*Cronista de Sinaloa de Leyva.