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“El entendimiento del camino”

Por domingo 23 de noviembre de 2014 Sin Comentarios

Por Ernesto Ríos Rocha*

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“El Dios creador del humano, nace, se gesta, surge y se conceptualiza en el mismo pensamiento humano creado por el mismo Dios. Dioses hay muchos en cantidades y a gusto de cada quien. Cada quien lo crea a su deseo, pero,  Dios no es como deseas que sea, él es como es; niégate y podrás verlo.

El Dios falso perdona todo de inmediato. Para concebir el amor es necesario el escarmiento y la humildad. Un día el perfecto Dios decidió afortunadamente engendrar a los humanos en el vientre del universo, pero las demás decisiones, desafortunadamente las han tomado ellos, ignorando las leyes de la existencia.

El humano al nacer abre sus ojos, y después de cientos de años los abre verdaderamente, para darse cuenta que puede renacer. Tu prenda de vestir, es algún personaje ante los ojos; pero tu forma de ser, eres tú mismo ante el entendimiento. Cuando la mente pueda dirigir el cuerpo, podrás hacer lo correcto; pero cuando el vicio del cuerpo domine la mente, date por muerto.

Si la emoción no fuese esclava de la satisfacción y la satisfacción del deseo, serían más libres y más felices. Los que mucho saben, también pueden envenenarte si no abres los ojos, lo importante no es saber, si no distinguir. La ignorancia es parte del conocimiento, pero no de la sabiduría. Los amigos de la sabiduría son humildes, pero los enemigos son soberbios. Pero en tu tierra el que está afuera desea entrar  y el que está adentro salir, el que está abajo desea subir y el que ya está arriba desea bajar; deben hacer caso a la razón, no a sus propios deseos.

Sus propios pensamiento son los que los conducen a dónde van ¿Cómo es que quieren que cambie su ruta, si no quieren cambiar su forma de pensar? La inseguridad interior se esconde en la belleza artificial. Todo el que se disfraza de bello es inseguro.

El esfuerzo de la reflexión y el trabajo producen ojeras, el que tapa y esconde sus ojeras, mejor que no trabaje. El que te engaña, te provocará desconfianza; y el que desconfía de ti, no te dejará ser libre. La verdad te hará libre. Todos inventan pero solo uno crea. Hay muchos inventores pero un solo Creador. Sus talentos han consistido en cambiar lo ya creado por Dios, a su propio gusto.

De lo que Dios ha dispuesto para ustedes han aceptado las rosas pero no las espinas. En todo camino habrá rosas y espinas, en toda historia habrá buenos y malos, vencedores y vencidos. Los humanos ignoran y destruyen muchas cosas para realizar sus deseos, entiendan que la vida es como es, no como desean que sea.

Se dirigen a la iglesia a buscar a Dios, pero Cristo se va detrás de ellos tratando de explicarles que la iglesia está en cualquier lugar que sus mentes se conecten con él.

El mejor amigo del hombre es su propio Dios y el enemigo es el Dios verdadero. Dios no es el que inventan a su antojo, Dios es el que es. El ganador se siente superior a los demás, mientras el perdedor adquiere humildad; cada vez que las cosas no salgan como quieren, denle gracias al Padre por hacer lo correcto.

Ya que se entiendan ustedes mismos podrán entender a los demás y quizá llegarán entender al mundo, pero al Padre no podrán entenderlo. El verdadero éxito del hombre es lograr que los demás lo logren. No te enamores de ti, enamórate de tu amor a los demás.

Los humanos son esclavos de su único patrón, su único jefe y su único manipulador; que son sus propios cerebros que creen que son las circunstancias las que deciden. Piensan que las cosas son como creen y quieren que todo sea como lo desean; pero después se agradan que las cosas no fueran como creían y que bueno que no salieron como lo deseaban. Dios no se equivoca. Pronto se darán cuenta de lo que ganaron aquel día que perdieron.

Aquel que volando pisa a los demás, ha sido arrastrado por las vanidades del mundo. Aquel que se cree grande, ya no podrá crecer. Aquel que es humilde, ya es grande, y tiene espacio y tiempo para crecer más. Aquel que pone sus pies en el suelo, ya está realmente volando. Aquel que solo se baja, ya está ascendiendo. Aquel que cree no saber nada, ya sabe mucho.

Nunca se es muy poco, ni muy chico; nunca se es mucho, ni muy grande; todos pisamos el mismo suelo y seremos enterrados en él. Aquel que no ha sido manipulado por las vanidades del mundo, es un sabio. La inocencia ve un cuerpo hermoso y maravilloso, pero la malicia de los hombres les dice: ¡tapate, vístete! Cuando salen desnudos, la gente empieza a correr asustada con odio, pero Dios te abraza con amor; porque Dios tiene amor, pero ellos no sé qué tendrán.

Dios tiene autoridad para juzgar y aun así ama a justos e injustos, los humanos no tienen autoridad para juzgar y dan amor solo al que les da la gana. Dios es el padre del amor, pero también de la miseria, el sufrimiento y la muerte, que también son parte del mismo amor; y el diablo solo es un empleado.

El diablo no puede dar amor, pero si contribuye a que se efectúe; porque es hijo de Dios y parte de su mismo proyecto. La belleza del diablo consiste en que si no probaras la infortuna  de tropezar, tampoco tendrías la fortuna de levantarte.

El que nunca caiga, tampoco aprenderá a levantarse. El diablo te hace caer y Cristo te ayuda a levantarte y los dos obedecen a un mismo Dios todopoderoso. El diablo sabe mucho pero no es sabio. Cristo y el Diablo son como la vida y la muerte. Gracias al pecado podrás ser limpio y gracias a los errores podrás ser sabio.

Todos quieren quedarse en la tierra, nadie querer irse. Si te quedas aprovecha cada momento regalando cariño y amor; pero si te vas, llévate ese cumulo que no diste y dalo a los que renacieron en el nuevo mundo. La enfermedad y la muerte son parte del sabio amor de la existencia humana; el que se queda en el mundo sin construir, se estanca y topa, y el que se va, puede seguir y empezar la nueva construcción.

¿Cuantos fieles estuvieran en penitencia y cuantos espíritus estuvieran en la esclavitud, si no fuera porque el tiempo de Dios derrumba templos para salvar fieles y deshace los cuerpos para liberar a los espíritus? Dios no te perdona si tú mismo no lo haces, tampoco te enseña si tú mismo no aprendes, y no te salvará si tú no te salvas.

Dios no te obliga, solo te ayuda. Ten cuidado con el Dios que te perdona todo, que nunca te abandona y te abraza en todo momento; es preferible el Dios que te alecciona y te castiga, porque el hombre que no escarmienta seguirá cometiendo los mismos errores. El que no paga consecuencias no aprende.

El esfuerzo de la reflexión y el trabajo producen ojeras. El que tapa y esconde sus ojeras, mejor que no trabaje. Los amigos de la sabiduría son humildes, pero los enemigos son soberbios. La ignorancia es parte del conocimiento, pero no de la sabiduría. Los que mucho saben, también pueden envenenarte si no abres los ojos, lo importante no es saber, si no distinguir.

La fortuna y el éxito no siempre no son para bien, a veces es lo que te mata; lo que quieres y lo que necesitas a veces no es lo mismo. La gente apagada es la que nos ayuda a medir nuestra propia luz.

Sabes que los gobernantes de tu mundo construyen edificios, parques y mucho pavimento; pero no construyen el espíritu de paz y tranquilidad para los ciudadanos, porque no tienen la clave del equilibrio, que es la medida de la balanza. Recuerda siempre la medida de la balanza: todo lo que sea excesivamente poco y todo lo que sea excesivamente mucho te hará un daño.

*Pintor, escritor, narrador y pedagogo.

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