Por Sofía Mireles Gavito*
Su nombre completo era María Cenobia Izquierdo Gutiérrez, nació el 30 de octubre de 1902 en San Juan de los Lagos, Jalisco en el seno de una familia ultracatólica. Su padre murió cuando ella tenía 5 años de edad y su madre la dejó al cuidado de los abuelos, quienes la llevaron a Torreón, Coahuila donde la chiquilla cursó la primaria y tomó algunas clases de arte. La progenitora reapareció cuando la niña tenía 14 años, para casarla con un militar.
María Izquierdo y su marido, radicados en el D.F a partir de 1923; duraron casados 12 años y procrearon un varón y 2 niñas. Para exorcizar el tedio o la desdicha conyugal, María, aún antes del divorcio empezó a plasmar en colores las explosivas visiones que le bailaban tras los ojos. Estudio en la Academia de San Carlos; y en 1929, siendo Diego Rivera Director de ésta, examina la obra de los alumnos y se atrevió a declarar: “Esto es lo único”, ante un lienzo de María Izquierdo. Se hace un escándalo por ello, de tales proporciones que izquierdo acabó expulsada del plantel y Diego Rivera, corrido del cargo.
Después de ser corrida de San Carlos, María Izquierdo conoce a Rufino Tamayo, con quién vivió 5 años. Cuando rompió con Tamayo en 1933, María Izquierdo ya era una figura descollante en el medio artístico e intelectual de México. En 1930, fue la primera pintora que expuso en el Arts Center Gallery de Nueva York, con un notable éxito.
María Izquierdo pintó autorretratos, alacenas, altares, animales, personajes del mundo del circo, pueblitos, mujeres, niñas, caballos, naturalezas muertas con fondo de glorioso paisaje.
La pintura de María tiene su encanto, entre inocente y salvaje, entre bucólico y volcánico. Se sitúa en un lugar intermedio entre las creaciones espontáneas de las Escuelas al aire libre y las búsquedas formalistas de Castellanos, Rufino Tamayo y Agustín Lazo, con quienes se emparenta.
María Izquierdo pasó los últimos 17 años de su vida, casada con un opaco pintor sudamericano: Raúl Uribe, quién se encargo de vender su obra fundamentalmente a diplomáticos. La artista continuó trabajando aún después de sufrir en 1948, a la edad de 46 años, un ataque de hemiplejía, que la dejó paralítica del lado derecho. Uribe la abandona después de este ataque de hemiplejía. Ella intenta, varios meses después, pintar con la mano izquierda y luego de intentos fallidos, logra algunas telas que irradian la misma fuerza que sus primeros óleos.
El corazón de María se detuvo el 3 de diciembre de 1955, muriendo en la miseria. Por mucho tiempo la artista estuvo casi olvidada y sólo en los años 70 fue redescubierta y revalorada. Sus restos descansan en la Rotonda de las Personas Ilustres desde el 22 de Noviembre del 2012.
Actualmente la mayoría de sus obras se encuentran en manos de extranjeros y muchos de sus restantes trabajos se encuentran perdidos.
*Cronista de Tonalá, Chiapas.