Por Jaime Irizar López*
Dicen que Mocorito significa tierra de muertos y lo es, no sólo por la alusión al hecho de que encontraban infinidad de restos óseos cada vez que hacían construcciones aledañas a la iglesia, sino porque en Mocorito, su gente da a quien concluye su ciclo vital, un tratamiento muy especial, tradicional y honroso, pues aun los velan en sus últimas moradas y los entierran sin grandes cambios corporales, pero eso sí, con una veneración ejemplar en el panteón Reforma, lugar que es una área con más de 400 años de historia afectiva. Teniendo su gente muy en alto, el valor de la gratitud, no condenan fácilmente al olvido a los ausentes y los visitan religiosamente con la periodicidad prudente para refrendarles su nostalgia y su cariño. Es Mocorito un pueblo que además participa honrosa y religiosamente en la elaboración de altares los días primero y dos de noviembre, fechas en la cuales se suma a fortalecer una de las más grandes y arraigadas tradiciones mexicanas. A propósito de ello, siempre me ha llamado la atención el hecho de que la calle que conduce al citado panteón, sobre la cual se le da el ultimo paseíllo a los hijos de este pueblo, tiene curiosamente una pendiente en su inicio, suave y de bajada, pero a mitad del camino, cuando el cortejo esta en la cercanía de la entrada, la pendiente se torna alta y muy pronunciada, penosa diría yo, como si tanto la tierra, como el pueblo entero quisieran lentificar el andar funerario para retrasar lo más que se pueda la despedida de un hijo que siempre hará falta.
“yo vivo alegremente; y al dar mi despedida
a mi postrer crepúsculo o a mi última alborada,
estrecharé en mis manos la mano de la amada
y cerraré mis ojos al beso de la vida.
y treparás tú solo los agrietados senderos;
vendrá luego el fantástico desfile de paisajes,
y llegarás tú solo a descorrer celajes
allá donde las cumbres besan a los luceros”.
Mocorito es un pueblo con gente noble, llena de ritos y tradiciones, pero sobretodo con una añeja vocación anfitriona. Desde tiempo inmemorial, los jesuitas al fundar la misión en Mocorito construyeron un área aledaña a la iglesia para dar albergue y alimentación a quienes por necesidad transitaban de la sierra al valle y no tenían lugar seguro para recuperar fuerzas. Hoy por hoy, a esa bonita área se le conoce como el “Portal de los Peregrinos”, emblemático lugar que al igual que la iglesia de la Inmaculada Concepción, el Museo Regional, la Plaza de Armas, la de los Tres Grandes y el Parque Alameda se han convertido en una visita obligada de todos los turistas y paseantes.
En este mi ejercicio mental que quiero compartir con ustedes, me imaginé al DR. ENRIQUE GONZALEZ MARTINEZ, quien vivió un tiempo en esta cabecera municipal, encaminar sus pasos por las calles y callejones adoquinados para dirigirse a la sede de la Voz del Norte a realizar sus entregas. y que al escuchar el eco mágico de sus pisadas que dicen producen, cual caja de resonancia, los túneles y pasadizos secretos que existen bajo la ciudad, se ponía a pensar en las razones que hicieron que esta tierra diera a luz a tantos hombres y mujeres ilustres que hicieron y hacen historia con sus actos, ideas y hechos ejemplares. Tal vez concluiría que son los genes de excepción que el entorno de un pueblo conquistado pero no subyugado, motivó y exaltó con orgullo para que trascendieran con sus murales, música, gestas heroicas, pinturas, poemas, investigaciones u otros hechos notables. Lo que si les puedo decir con certeza, es que en Mocorito se admira y honra con honestidad y sentimiento a sus múltiples hijos destacados, y el pueblo en su conjunto se idéntica con ellos y los trata de emular.
“Sentirás en la inmensa muchedumbre
de seres y de cosas tu ser mismo;
serás todo pavor con el abismo
y serás todo orgullo con la cumbre.
Busca en todas las cosas el oculto sentido;
lo hallarás cuando logres comprender su lenguaje;
cuando sientas el alma colosal del paisaje
y los ayes lanzados por el árbol herido. . .”
Mocorito es un pueblo de fiestas paganas -religiosas de gran convocatoria social. La unidad y su identidad se construyen en los tradicionales carnavales, la fiesta de la purísima y los festejos alusivos al recibimiento del año nuevo, donde todo el pueblo se hace uno solo, las diferencias se olvidan, las autoridades y los clases sociales dejan en casa su ropaje habitual y cumplen como todos con los ritos y tradiciones que les han heredado los abuelos. Es pues, un lugar de musas inspiradoras, lleno de estímulos para espíritus creadores, rico en bellezas naturales y arquitectónicas, y privilegiado con la gente más noble, amistosa y hospitalaria. Resumiendo es un excelente destino turístico, lugar idóneo para crear y mejor para vivir. Termino con un pensamiento sobre la muerte: Desde que perdí la inocencia sé que me acechas en cualesquier rincón o a la vuelta de la esquina, hoy, que ya he vivido en Mocorito, puedo esperar tranquilo tu llegada, porque se que ya vi y viví todo lo que necesitaba. ENRIQUE GONZALEZ MARTINEZ seguramente vio un entorno ideal para charlar con las aves y las flores y traducir sus cantos y aromas en poemas hermosos. Supo cómo nadie construir alegorías poéticas con los cerros, las nubes y los vientos y con las arañas que tejen sus telas de siete colores, y halló un sentido en cada cosa y una sonrisa en cada gente de esta tierra.
“daremos a las nubes que circundan los flancos
de las altas montañas nuestro saludo atento,
y veremos cuál corren al impulso del viento
como un tropel medroso de corderillos blancos”.
*Doctor y escritor.