Nacional

Falleció TEHUA, Alondra de dulce canto

Por domingo 14 de septiembre de 2014 Sin Comentarios

A la memoria de Manolita Valdez de Hubbard.

Por Faustino López Osuna*

pag 8 Faustino López Osuna1Queretana de nacimiento (1943), mexicana de sentimiento, Tehua fue obligada por el cáncer a retirarse, triste, de este mundo. Quienes la asistieron hasta el final narran que la pobrecita vertió tres lágrimas en su último suspiro.

Auténtico como el dolor, vital como una herida, fue su canto. Si el cenzontle, tan nuestro, es el ave canora por excelencia porque puede reproducir el canto de todas las aves, de Tehua, el enorme poeta Jaime Sabines dijo que abusaba de la voz de todos los pájaros. Tal era de prístino su registro en el canto. Del latín pristinus: original, antiguo, puro, sin igual.

Pero, aunque por su naturaleza y su vocación de cantante, en sentido figurado perteneció a los seres cercanos a la paloma (palumba, en latín), Tehua no fue celical, adjetivo poético que indica celeste, habitante del cielo, sino más bien fue una alondra, no solamente por la dulzura de su trino, sino porque la humilde alondra, aunque ave, no sube a los árboles. Vive y muere como la sencilla flor silvestre, siempre a la orilla de los caminos, junto al abrojo y el nopal, homenajeada por la luz y el viento. Ser terrestre, de la tierra, de nuestra tierra.

pag 8 Faustino López Osuna2En cada canción cantada por ella nos prende del sentimiento. El arpegio de su voz registra la tesitura  esencial capaz de formar parte de nuestra idiosincrasia, en tanto que ésta, intangible, es temperamento propio por el cual se distingue uno de los demás.

Llegados a este punto, no podemos menos que lamentar que, dicho sin demérito, pese a haber prodigado el don del canto, Tehua murió en la pobreza. En la enfermedad, al final tuvo una vida paralela a la de su entrañable comadre, la sinaloense Amparo Ochoa. A ambas las consumió el mismo mal. Viene a mi memoria que cuando el ex Rector de la UAS, maestro Jorge Medina Viedas, estuvo al frente de RTC, auxiliado por el dilecto amigo ingeniero Rafael Borbón Ramos, Jesús Monárrez y yo lo visitamos en sus oficinas y, ya en la plática, nos confió que él creía que todos los artistas con éxito estaban bien económicamente, pero que se desgañó cuando, hacía poco, lo había ido a ver la paisana y le había pedido su ayuda para conseguir trabajo.

pag 8 Faustino López Osuna3El maestro Medina Viedas no supo que, años después, invitado por Viola Trigo, yo participé, en Culiacán, acompañado por los Nuevos Coyonquis, en un evento para recabar fondos para ayudar a la admirada Amparo Ochoa, porque no tenía recursos para atenderse del terrible tumor maligno en el estómago que la llevó a la tumba.

Después de su ineluctable pérdida, ahora sabemos que, no hace mucho, Oscar Chávez encabezó en el Distrito Federal evento similar para recabar ayuda para Tehua, en su desdicha.

Un día antes de su muerte, casi por accidente abrí un mensaje en facebook de la admirada escritora paisana Mely Peraza e inesperadamente di con un video de Eugenia León y Tehua, cantando a dueto en el canal 22 la bella canción “Hay unos ojos”, de Rubén Fuentes. Extraordinario. No supe en qué fecha fue, pero la León todavía traía el “look” sin las actuales canas que la hacen parecer, sin necesidad, la abuela de sí misma. A Tehua la vi natural a su edad, pero sin brillo en la mirada.

pag 8 Faustino López Osuna4Al terminar la canción, cariñosamente Eugenia le dijo, denotando un reencuentro después de muchos años: “Malvada, ¿dónde te habías metido?” Yo no sabía que era la última vez que la vería, aunque grabada, cantando en televisión.

Al día siguiente, abrí el suplemento “Expresión” de Noroeste para leer la nota del estímulo Conaculta-Isic al admirado amigo Tito Arriaga y leí la estremecedora noticia de la pérdida irreparable, para la canción mexicana, de Tehua.

Me di a la tarea de buscar un doble CD con 28 canciones de Tehua que tenía desde hacía tiempo y, al reproducirlo, inundaron la casa los recuerdos entrañables de mi madre cantando, con el mismo sentimiento, Ventanita morada: “Ay, ventanita morada/ cubierta de enredaderas”; mi hermana Juanita Mi ranchito: “Ay, corazón que te vas/ para nunca volver/ no me digas adiós”; mi hermano Florencio: “Anchas las calles de León,/ angostas las de Silao,/ hondas las de Guanajuato, valedor,/ y por eso se han ahogado, pues”, y yo mismo con ellos Mi casita de paja: “Y en mi casita de paja/ quedó grabado el recuerdo infinito/ de aquella mujer”.

Tehua no sólo salva del olvido canciones que cantó el pueblo de México desde 125 años atrás, de la época del presidente Benito Juárez. Rescata, en su idioma, igualmente, la hermosa canción purépecha Flor de Canela.

pag 8 Faustino López Osuna5

Su nombre de pila fue María del Rosario Graciela Rayas Trejo.

Murió de 71 años de edad, el 21 de agosto de 2014.

Sus restos descansan en San Miguel de Allende, Guanajuato, tierra de sus amores.

*Economista y compositor.

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