Por Sylvia Teresa Manriquez*
Aprendemos a observar la vida como nos han enseñado. Quizá a través de una pantalla, unos lentes o tal vez de las imagenes decritas en letras. Hay quienes hacen de su oficio el observar la vida a través de luz y sombras, navegando por los días y minutos transcurridos entre cada parpadeo.
Conrado Quezada es uno de estos seres afortunados, capaz de plasmar con un click trozos de historia. Platicamos con él sobre su más reciente logro, el libro “Tiempo inmóvil”, una colección valiosa de imagenes sonorenses.
Mi vida se puede interpretar en fotografía – dice Conrado – mi vida es fotos, mi vida es imagenes, televisión, radio, prensa, todos los medios de comunicación. Se puede interpretar como “Conrado-fotografo-imagenes”.
¿Cómo se ve la vida desde los ojos de Conrado Quezada?
Cada parpadeo es una foto, una imagen que se queda grabada en el cerebro. Igualmente la fotografía es una imagen para guardar, para recordar, para reimprimir, para tantas cosas… Vivimos en un mundo de imagenes diariamente. Los medios de comunicación, el mismo internet es un medio de pura imagen.
Ahora que estás lejos de Sonora ¿Cómo se ve la tiera querida desde la distancia?
La capital ha cambiado inmensamente en diez años, desde que nos fuimos mi familia y yo a Estados Unidos. Un cambo exagerado en el tráfico vehicular; hay más gente, hay más necesidad de agua; más necesidad de orden. Sin embargo, Hermosillo sigue siendo bello. Las imagenes siguen allí, nunca se va a acabar el poder captar una imagen diferente en esta ciudad, porque la luz cambia constantemente y eso es lo hermoso.
Platíqueme de su libro “Tiempo Inmóvil”
Este es mi primer libro, es una recopilación de cuarenta años de vida fotográfica. “Tiempo inmóvil” es una selección de 40 fotos maravillosas, malo que lo diga yo, pero son maravillosas (al decir esto Conrado sonríe).
¿Por qué son maravillosas?
Por ejemplo, en Hermosillo en 1983, el recorrido del río cuando se desbordó, por Villa de Seris después de una lluvia intensa; me dí a la tarea de volar en avioneta tomando gráficas que ahorita son inéditas y que no se publicaron en ese momento porque era una vida cotidiana, acostumbrado uno a lo que estaba pasando.
Caminando o en avioneta, mojándome, enlodándome, para poder captar estas fotos que he guardado durante todo ese tiempo, para el momento justo de “Tiempo inmóvil” presente. Ese suceso que menciono fue cuando se cayó el puente del boulevard Vildósola, frente a la Casa de la Cultura, también se vino abajo una obra que había en el vado del río, que se llamaba Exposición Sonora 81. recuerdo que me subí en una torre para tomar fotos diferentes a las que se tomaban entonces.
Eso que me comparte tiene que ver con el periodismo gráfico.
Sí, yo siempre estuve trabajando en periódicos, tratando de captar imágenes, robando imágenes, dejando huecos obscuros, llevándolas al laboratorio y luego presentándolas en los medios de comunicación.
Conrado ¿Cómo ve el desarrollo de la fotografía desde la primera vez que tuvo en sus manos una cámara fotográfica hasta hoy día?
Completamente distinto. Mi primera cámara fue una Pentax 1000, en el Canal 6 de televisión, en 1969. Entonces yo no sabía que cosa era eso pero allí me eseñaron, Fernando Herrera fue uno de mis maestros, el primer gerente del Canal 6.
¿Forman parte estos recuerdos de los cuarenta años reseñados en el libro “Tiempo inmóvil”?
Es una parte de mis cuarenta años. Están allí, por ejemplo, algunas imágenes de 1972, que tomé de la penitenciaría, con un guardia arriba (en una torre de vigilancia) resguardando la cárcel. Hay una fotografía de 1973 arriba de un negocio de tradición en el centro de Hermosillo, la zapatería Preciado, enfocando a donde hoy está “El Parián”, que entonces sólo era un grupo de tiendas.
¿Cuál es la imagen más reciente contenida en su libro?
Las de otro lugar popular en la ciudad de Hermosillo, el monumento a Jesús García y la fuente en el Parque Madero.
Conrado, como es la visión de un estado como el nuestro, en el que, como usted dijo, falta más agua, quizá más voluntad y más buena fe. ¿Se necesita una mirada que nos ayude a percibir éste Sonora latente que usted ve desde Colorado, Estados Unidos?
Precisamente porque lo veo desde allá estoy hoy aquí, siempre he pensado que hay que regresarle a la tierra lo que uno obtuvo. Para mí Hermosillo, Sonora y Mexico, han sido la tierra que me vio crecer, me enamoré de ella. Entonces yo me veo en la obligación y necesidad de traer algo que yo capté aquí. Tengo planes para otros proyectos, pero este es para mí muy importante. Esta es mi tierra, es mi Sonora, tengo que regresarles algo, este documento, este legado de “Tiempo inmóvil”.
*Comunicadora.