Por Juan Cervera Sanchís*
EL REFUGIO IDEAL
Cuando las cosas son de uno rara vez hay problemas, cuando son de dos, inevitablemente, surgen las diferencias y, cuando son de tres, todo se triangula y acaban siendo fatales.
Aquel hombre, al que cautivaba la geometría y gustaba de enredarse en toda clase de triángulos, por fin entendió el misterioso trasfondo de los números, después de no pocas erradas multiplicaciones, por lo que decidió refugiarse, no ya en el sosegado uno, sino en la invisible y absoluta realidad de la soledad del cero.
EL ESCLAVO
Al ser vencido por el sueño, el esclavo, aquella noche, soñó que él era el amo.
A la mañana siguiente, al despertar, se horrorizó de sí mismo. Descubrió que, como amo, él, era infinitamente más cruel que aquel amo que tan despiadado creía.
LA DUDA
Dudo de todo. Dudo del hijo legítimo y del hijo de puta.
Dudo de la vida y la muerte. La duda me asalta por todos los flancos.
Dudo de la luz y la oscuridad. De los hoyos negros y de los agujeros blancos…por descubrir.
Dudo de los creyentes bien intencionados y de los bien intencionados ateos.
Dudo de Dios y del Diablo y, por sobre todas las cosas, dudo de mí y de ti.
Sí, dudo del hambre y del hartazgo. Dudo del rico y del pobre. Dudo de la guerra y la paz. Dudo del día y la noche. Dudo del bien y del mal.
Dudo de la realidad y la fantasía.
La duda es mi invariable insignia y estoy convencido de que el origen de la Creación es la duda, pues más allá y más acá de la duda no existe sino la duda misma y su fascinante paradoja.
MIERDA
Aquel al que todos consideraban un fracasado se aproximó a aquel otro a quien todos consideran un triunfador y sin ninguna consideración, y ante el asombro y la irritación de la generalidad, le gritó a pleno pulmón:
-¡¡¡Eres una mierda!!! Reiterando: No eres más que una mierda. Mierda, mierda, mierda.
La palabra mierda, amplificada, produjo en el triunfador, acostumbrado a los aplausos y los elogios, el desconcierto total. Y no se diga en sus admiradores que obnubilados a causa de lo que consideraban un sacrilegio, condenaron, por unanimidad, al fracasado, a la muerte.
Antes de que lo aplastaran como si fuese una cucaracha inmunda, el triunfador, apenas recobrando la compostura, alcanzó a preguntarle:
-¿Y tú quien mierda eres, hijo de las mil putas?
-Yo, una mierda como tú. Ni más ni menos, pero con la diferencia de que, mientras yo soy una mierda consciente, tú eres una pobre mierda inconsciente. Y eso es patético.
El triunfador, sin poder soportar la realidad, azuzó a sus admiradores gritando furioso:
-¡¡¡¡Acaben de una vez por todas con este mierda de mierdas!!!!
El fracasado, enmudecido a fuerza de golpes por los admiradores del triunfador, acabó en medio de un charco de sangre y convertido en una mierda, lo que no evitaría que el triunfador, y sus admiradores, más temprano que tarde, terminaran también, finalmente, siendo lo que realmente eran: mierda.
AUTOBIOGRAFÍA DEL GRAN SACERDOTE
Por la gracia de Dios me fue revelado mi verdadero origen. Supe pues que había sido hijo de una gran puta y un despreciable cabrón.
Virtudes que heredé de ambos y ejercí con la mayor cautela desde mi privilegiado magisterio, por lo que después de muerto y ser santificado por mis devotos admiradores estuve a punto de revivir de risa, de no haber sido por Satanás, quien ya me tenía confinado en su infierno y, determinante, como es Él, me lo impidió.
LA TRAICIÓN
Te recuerdo, con el propósito de que nunca lo olvides, que la traición existe y, por ende, el traidor y, el traidor, ¡mucho cuidado!, suele estar siempre, más cerca de ti de lo que tú te imaginas.
Por lo común, el traidor, experto en el arte del ocultamiento, se presenta como un ser sumiso y condescendiente.
Desconfía pues de las aguas mansas, como aconsejaban los antiguos.
El traidor oculta hábilmente sus intenciones y se aproxima a su víctima revestido de inocencia y suavidad.
No te dejes engañar por las dóciles apariencias. La fiera salvaje que te anuncia de antemano con un rugido la inocultable verdad de su violenta naturaleza, es mil veces menos peligrosa que aquella otra que, tejiendo hábiles mentiras, oculta su ponzoña, decidida a inoculárnosla nada más bajemos la guardia.
Cuídate de los que nunca te objetan nada y aparentan en extremo santidad y dulzura, ya que es ahí donde la traición y los traidores se aposentan y se confabulan para darnos, cuando menos lo esperemos, s u mortal puñalada.
Permíteme que te vuelva a recordar, con el fin de que nunca lo olvides, que la traición existe y, por ende, el traidor.
INEXPLICABLE
Yo no me explico, por más esfuerzos que hago, ¿por qué casi todos los seres humanos hablamos y hablamos de lo que no sabemos.
Tú, ¿si te lo explicas? Yo, francamente, no. Oyendo hablar a la gente siento que es rara la persona que realmente sabe de lo que está hablando. Y me incluyo a mi mismo antes que a nadie. Percibo, eso sí, cómo la mayoría de las personas disfrutamos al hablar y damos por sabido, en nuestra ignorancia supina, que sabemos lo que no sabemos, por el hecho de hablar y hablar. No cabe duda que entre el hablar y el saber hay a veces, y muchas veces, insalvables distancias e infinitos silencios.
EL RELOJ
Entre segundos y minutos se le fueron las horas para nunca más volver y ya viejo, roto y enmohecido, aquel reloj de pared, que tan servicial había sido, acabó en la oscuridad de la buhardilla olvidado de todos.
¡Qué cruel es el tiempo!
*Poeta y periodista andaluz.