“Las ideas de la Independencia”
Cada septiembre los personajes, los hechos bélicos, las fechas históricas, las ideas que pertenecen a la etapa de la Independencia-1810-1821-, recuperan de forma cívica, popular, oficial, festiva, a veces violenta, el sentimiento patrio del noveno mes del año. En su primera etapa, La Conspiración de Querétaro, El Grito de Dolores, las batallas iniciales de las fuerzas independentistas y los y las futuras héroes nacionales ocupan los temas de los textos de historiadores que tratan –en su mayoría- de esta época. En la edición 224, del semanario originario de la Atenas de Sinaloa, en sintonía con el Mes Patrio, retomaremos uno de los puntos de partida de las ideas políticas de México: Las ideas de la Independencia.
El investigador, catedrático, investigador, autor, Arnaldo Córdova- 1937-2014, Ciudad de México- ,en la introducción del libro de Alfonso García Ruiz: “Ideario de Hidalgo”-1, señala sobre la controvertida ideología de Miguel Hidalgo y Costilla: “Suponer que Hidalgo al desencadenar la rebelión no tenía plena conciencia de adónde ésta iba a conducir, es suponer y no ha faltado quien lo haya hecho, que el Padre de la Patria estaba por completo ayuno de ideas más o menos precisas de lo que sería para él la nueva nación la independencia y, sobre todo el régimen político que había que edificar. El asunto siempre ha estado ensombrecido por los pronunciamientos de Hidalgo por Fernando VI. La misma historiografía hidalguense ha sostenido, más o menos con cierta coherencia que queriendo la independencia total para México, Hidalgo por el temor a levantar más enemigos de los que podía enfrentar, sobre todo entre los criollos, se vio precisado a ocultar su propia meta detrás de planteamientos poco claros y conciliadores que no dejaban ver qué clase de independencia y estado quería para México. La ambigüedad típica del antiguo cura de Dolores, se dice, se despejó cuando Morelos, después de la muerte de aquel, se decidió por la ruptura con España.”
“Estad ciertos, amados conciudadanos míos, que si no hubiera emprendido libertar nuestro reino de los grandes males que le oponían (…) jamás hubiera sido yo acusado de hereje. Todos mis delitos traen su origen del deseo de vuestra felicidad, si este no me hubiera hecho tomar las armas, yo disfrutaría de una vida dulce, suave y tranquila, y pasaría por verdadero católico, como lo soy y me lisonjeo de serlo; jamás habría hablado quien se atreviese a denigrarme con la infame nota de herejía.” 2
Las discusión sobre la simpatía por la monarquía como forma del estado que acompañó los primeros pasos de la Gesta independentista, creo que pudiera aceptar como punto de encuentro entre críticos y adherentes, que esta forma de pensar política, social y de actuar continuó con ímpetu hasta septiembre de 1821 y que parece la mejor prueba que que al poco tiempo de la consumación de la Independencia nacional llegó al clímax con la coronación de Agustín 1º, como emperador de México. En el camino cotidiano del país hay Altezas Serenísimas, emperadores extranjeros, soberanas de concurso de bellezas, de kermes, de clubes sociales, de páginas sociales etc. etc., -que cuentan con el aplauso y la aprobación de un buen número de habitantes del tercer milenio”. Por lo tanto resulta creíble que como táctica de involucrar a otra parte de la población en la lucha insurgente, el líder de 1810, Miguel Hidalgo y Costilla, hiciera atractivo para los monárquicos su proyecto liberador. “Se trata- decía- de recobrar derechos santos concedidos por Dios a (todos) a los mexicanos y usurpados por unos conquistadores crueles, bastardos e injustos, que auxiliados por la ignorancia de los naturales y acumulando pretextos santos y venerables, pasaron por usurparles sus costumbres y propiedad y vilmente de hombres libres convertirlos a la degradante condición de esclavos.” 3.- Es Septiembre de 2014, es hora de volver a encontrarnos con las ideas de la Independencia.
1.- Introducción a “Ideario de Hidalgo” Arnaldo Córdova. CONACULTA, 1992 2. Hernández y Dávalos, Manifiesto… / J Romero Flores, Documentos. 3.-Carta al Intendente Riaño, en Celaya, 21 de septiembre de 1810. J Romero Flores, Documentos.