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Rumbo a la inauguración del mural “Mocorito, Ateneo sinaloense”

Por domingo 17 de agosto de 2014 Sin Comentarios

Por Mario Arturo Ramos*

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De Culiacán a Guamúchil es hora y media de viaje en autobús público; en el verano los aromas de la vegetación inundan el paisaje de todos los verdes que transitan en el verde de la vida. Las carreteras que comunican a las dos ciudades sinaloenses son: la Internacional y la Costera, al llegar a la que amó Pedro Infante, donde dice Mocorito, das vuelta a la derecha y en poco tiempo- aquí se detiene el tiempo- , llegas a la Atenas de Sinaloa.

En los último años la ruta la he pasado en diferentes velocidades, algunas veces la garganta se me convirtió en nido, en otras, tuve la oportunidad de disfrutar visualmente la señorial naturaleza. El martes doce de agosto- por ventaja no era 13-, temprano en el automotor del Presidente de la Asociación Doctor José Ley Domínguez, emprendí una vez más el camino; por fin la inauguración de mural de Ernesto Ríos Rocha sucedería. El pintor y maestro mocoritense – asiduo colaborador de La Voz del Norte, donde publica en episodios una novela de su autoría-, con el apoyo de un grupo de artistas pictóricos dio vida a un mural que él creador declara que se encuentran los principales temas históricos y culturales de Mocorito.

El calor de esa mañana obligaba a apretar las mandíbulas y a tener a la mano un pañuelo para secarse el sudor, la nubosidad anunciaba lluvias tardecinas y el evento cultural estaba anunciado al mediodía, ahí, en la Plaza Rafael Buelna, junto al Centro Cultural que lleva el nombre del Doctor José Ley. El viaje de la ciudad capital del Estado de Sinaloa al “granero” de la región del Évora, me permitió desarrollar con el ingeniero Sosa, una charla sobre la importancia del Mural como obra artística e histórica y, del Muralismo como corriente de expresión estética. Coincidimos en que las Cuevas de Altamira, Ariegue, tal y tal, no sólo son documentos para entender al hombre sino son pinturas murales y que en nuestro país, los Frescos de Bonampak por sólo mencionar algunos murales Amerindios, son antecedentes para entender sus orígenes remotos. Se planteó que en los tres siglos coloniales, los murales con temas y en lugares religiosos, son muestra de la  vigencia de esta escuela; sin embargo el éxtasis de la corriente, es en el periodo pos-revolucionario, final de la segunda década del siglo XX. Comenté que para este semanario impulsado por la Asociación que encabeza, era un privilegio tener en sus páginas a dos muralistas contemporáneos, Alberto Ángel y Ernesto Ríos. Y para Mocorito  tener una obra monumental, producto de un artista nativo representaba un logro que aumenta la oferta cultural para los habitantes y el turismo.

La carga ideológica que algunos pintores representativos de la corriente tuvieron, permitió que el Muralismo mexicano adquiriera una fisonomía particular, que se nutrió de posiciones sociales de avanzada. José Clemente Orozco, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Dr. Atl, Rufino Tamayo, O ‘Gorman, Anguiano, Chávez Morado, Orozco Rivera y tal y tal, forman parte del Muralismo en el cual Ernesto Ríos incursiona con oficio.

Al llegar al lugar del acto, ya era el final de la mañana, saludé a los amigos que bajo la sombra de frondosos árboles saboreaban agua de cebada bien fría, cerquita, cerquita de donde fue colocado el presídium y la sillería para autoridades, invitados y público. Mientras los reporteros hacían su trabajo con entrevistas al pintor y a las personalidades que asistían a la inauguración, recorrí siguiendo el ritmo de la “Banda Mocorito” que amenizaba el evento, con la vista la Plaza Principal y dejé volar la memoria hasta el lustro anterior cuando aterricé por primera vez en estos lares con versos y canciones. El cambio es notorio, la ciudad  tiene nuevo rostro, trae el vestido bien limpio y planchado para caminar con garbo por la historia, atisbando un mejor futuro y orgullosa de sus raíces.

La ceremonia oficial contó con una participación cualitativa donde participaron ciudadanos y alumnos de las escuelas; entre los asistentes era notorio contemplar una sonrisa de satisfacción por el nuevo emblema que enriquece el patrimonio de su lugar natal. Los discursos se difundieron por el equipo de sonido, las botellas con agua pasaron de mano en mano como joyas invaluables, llegaba el momento de la develación y de comenzar a disfrutar a “Mocorito, Ateneo Sinaloense”.

Al término de la ceremonia encaminamos los pasos rumbo al comedero La Esquina, enfrente de la Plaza de los tres grandes, en la planta baja del Hotel Misión de Mocorito, una comida generosas nos esperaba. La reunión transcurrió en un ambiente relajado y de franca camaradería; los comentarios por la obra brotaban entre los comensales que con beneplácito señalaban su aprobación a la obra artística que embellece el entorno arquitectónico de la Atenas de Sinaloa. La jornada terminaba como comenzó con, afecto y arte, llegaba la hora del regreso charlando sobre el mismo tema: El mural,” Mocorito, Ateneo Sinaloense“de Ernesto Ríos Rocha.

*Autor e investigador.

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