*No abandonemos la enseñanza cívica y ética
*Maestros y padres de familia debemos reafirmar valores en los muchachos
Entrevista hecha en agosto de 2002
El patio de su casa es el escenario para llevar a cabo nuestra entrevista. Sobre la mesa observo una buena cantidad de documentos entre los que encuentro su título de maestro Normalista y el de la escuela Normal Superior de México, donde llevó a cabo su especialidad de Lengua y literatura. Certificados de calificaciones, diplomas y constancias de cursos y diplomados en educación. Uno a uno va mostrándome los testimonios que corroboran su trayectoria en el ámbito educativo.
Vestido con un pantalón gris y camisa blanca, el maestro Miguel Cabanillas va hilvanado poco a poco sus recuerdos. No debe ser nada fácil empezar a contar lo realizado en poco más de 50 años al servicio educativo.
Empieza por platicarme que su infancia se desenvolvió entre las duras faenas del campo ayudando a su padre que era ejidatario en Tamazula, Guasave, donde él nació, un 21 de septiembre de 1923. Sus padres fueron los señores Francisco Cabanillas Cervantes y doña Paz Leal; sus hermanos Margarita, Berta, Antonio y Emeterio.
En sus natal Tamazula estudió hasta el 4º grado y concluyó sus estudios de primaria en la Escuela Regional Campesina, donde obtuvo el grado de “perito” en agricultura, en 1942, por lo que sus deseos eran realizar estudios en Chapingo, pero no logró su intento ya que eran pocas las oportunidades. Recuerda que la intención de sus padres era que estudiara, porque consideraban que el trabajo del campo era difícil y brindaba pocas oportunidades de una vida mejor; con su apoyo y sus aspiraciones, Miguel Cabanillas inició la actividad docente desempeñando una plaza como maestro del estado, en Tamazula, durante tres años.
Tiempo después obtuvo plaza federal y se le envió a la colonia Emilio Portes Gil, mejor conocida como Agua Blanca, municipio de Guasave. Deseando elevar sus conocimientos trabajó, a la vez que estudiaba en el Instituto Federal de Capacitación del Magisterio donde concluyó su carrera con gran esfuerzo, como lo hicieron cientos de maestros ávidos de preparase para mejor desempeño de su profesión.
Escuela Secundaria Federal No. 2 como subdirector, donde laboró dos ciclos escolares. Posteriormente pasó a la ciudad de Guamúchil, Salvador Alvarado, regresando como director a la escuela Federal No. 2 causando baja por jubilación en 1980.
Nuestro personaje es un hombre lleno de energía y logró obtener algunas horas en el Instituto Americano de Comercio y en la Escuela Secundaria Jesusita Neda donde impartió las materias de español e historia.
El entonces subdirector de educación profesor Pedro Muro Patrón le apoyó con una plaza en la escuela Normal de Sinaloa donde impartió las materias de literatura, talleres de redacción y lectura y asesoría para los alumnos de 4º año en la elaboración de tesis retirándose del servicio educativo en 1992, sumando un total de 51 años de servicio a la educación.
Miguel Cabanillas Leal recibió las medallas Rafael Ramírez e Ignacio Manuel Altamirano, amén de reconocimientos de autoridades civiles, padres de familia, sindicato y compañeros maestros.
“El mejor reconocimiento que un maestro puede tener es saberse parte de la formación de las generaciones que nos tocó atender. Porque es muy bonito saber que uno o más de nuestros alumnos son profesionistas destacados, funcionarios públicos o diputados.
Todo eso lo llena a uno de orgullo, es cuando uno siente que de algo sirvió recuerdo que en la comunidad de la Trinidad por muchos años serví a los ejidatarios como secretario del comisariado ejidal donde tuve la oportunidad de obtener una parcela pero no lo hice, creo que fue una buena decisión porque si no ahí me hubiera estancando”.
Durante la entrevista se incorporó a la charla la esposa del maestro Cabanillas Leal que ha sido su compañera en las buenas y en las malas, contribuyendo a sacar a la familia adelante y apoyando a su esposo en las tareas propias de su profesión; luego llegaron algunos de sus hijos y con ellos lo nietos. En ese ambiente vive nuestro entrevistado quien se siente satisfecho de haber formado una familia de bien, rodeado de afectos y la satisfacción del deber cumplido.
Tiene mucho que contar y así, recuerda el ambiente de sana convivencia que se daba entre los maestros de su generación; su trabajo extra por las noches en jornadas de alfabetización de adultos deseoso de enseñarse a leer y escribir.
De la necesidad de reafirmar valores en los muchachos y de no olvidar que el fervor patrio debe inculcarse, haciendo alusión de aquellos campesinos que sin saber leer ni escribir al pasar frente a la bandera se quitaban el sombrero en clara muestra de respeto por nuestro símbolo patrio.
Recuerda con nostalgia a compañeros de estudios entre los que menciona a Pedro Beltrán Aguirre, Humberto López, Raúl Baro Santos, Concepción Benítez, Fermín López Gallardo, Rita Macedo, Manuelita y Teresa Cordero Payán, Ricardo Noriega, sólo por mencionar algunos.
Por todo lo anterior La Voz del Norte, semanario de divulgación cultural, rinde un justo reconocimiento a Miguel Cabanillas Leal por su alto sentido republicano al entregar a la patria más de 50 años al servicio de la educación mexicana. SALUD MAESTRO.
*La Promesa, Eldorado, Sinaloa, mayo de 2014.
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