Por Miguel Ángel Avilés*
En la ciudad y puerto de Guaymas nació La Pueblerina, esa mujer llamada Columba Domínguez Adalid y que todo México conocería nada más como Columba Domínguez.
Cuando Ernest Hemingway publicaba Adiós a las armas, mientras que Rómulo Gallegos hacia lo mismo con Doña Bárbara y Martín Luis Guzmán nos legaba La sombra del caudillo, acá, en este puerto de Sonora, nacía quien años después sería la actriz, la pintora y sobre todo, la gran figura de la Época de Oro del Cine Mexicano. Era el 4 de Marzo de 1929. Faltaban dieciséis para debutar, en las cintas Como México no hay dos! , Pepita Jiménez, La perla, todas estrenadas ese 1945.
En Columba se divisaba ya a esa bella mujer que fue retratada en la obra de los famosos pintores Miguel Covarrubias, Jesús Guerrero Galván y Diego Rivera. Serian tres años después de su debut cuando Emilio Fernández, personaje trascendental en su vida, le da el papel antagónico al de María Félix en la cinta Maclovia en 1948 y gracias a su destacada actuación, pese a ser muy joven, es que el propio Indio, como director, le confía el papel protagónico de la que significaría su película más importante : Pueblerina.
En una producción de Ultramar Films-Producciones Reforma, S. A. dentro del género del llamado drama rural y con fotografía nada más y nada menos que de Gabriel Figueroa la cinta se resume así: “Aurelio vuelve a su pueblo tras cumplir una condena por vengar la violación de su amada Paloma a manos de Julio González. Al llegar se entera de que su madre ha muerto y que Paloma vive exiliada del pueblo con su hijo, fruto de la violación. Aurelio busca casarse con Paloma y olvidar el pasado, pero el malvado Julio y su hermano Ramiro no están dispuestos a dejarlos en paz”.
El papel de “Aurelio” estaba a cargo del actor Roberto Cañedo con quien se dice que Columba también tuvo un acercamiento sentimental más allá del que tenía en la propia película. Fue “El Indio” Fernández, sin embargo, quien, con claroscuros en su relación, el que estuvo por algunos años a su lado y con el que procreo a Jacaranda, su única hija, misma que falleció trágicamente, siendo muy joven, al caer desde el cuarto piso de un edificio.
En su carrera, la actriz de origen Sonorense, supo desmarcarse pronto de la sombra del Indio, gracias, en buena parte a su éxito en Pueblerina y de esta forma es llamada de Italia para participar en el filme L’edera en 1950, interpretando el personaje principal de Anessa, una niña adoptada que al crecer es culpable de un crimen hecho para tratar de salvar a su familia adoptiva de la bancarrota. Ese mismo año filma Un día de vida, que en México no fue muy aclamada, pero dos años más tarde se convirtió en un rotundo éxito en Yugoslavia.
Esto le permitió consolidarse como una primer figura y actuar bajo las órdenes de otros prominentes directores , como Luis Buñuel con quien trabajó en El río y la muerte 1955(el cual evitaría un enfrentamiento del Indio Fernandez con el actor español Francisco Rabal, a quien el bronco director mexicano encaró, pistola en mano, al creer que pretendía a Columba) Fernando Méndez director en la cinta de culto Ladrón de cadáveres 1957 que se ha etiquetado como la mejor película mexicana del género fantástico e Ismael Rodríguez quien la llevó a estelarizar dos obras cumbres : Los hermanos del hierro (1961) y Animas Trujano (1962) en donde trabajó al lado del actor japonés Toshiro Mifune, entre otros.
En televisión sobresale primero en La Tormenta y luego en El Carruaje, dos telenovelas de corte histórico que, en 1967 y 1972, respectivamente, que retraban desde la ficción una parte del México convulso del siglo XIX.
Ella se retiraría en 1987-salvo una aparición en un cortometraje en 2008- pero sólo de los escenarios pues, incansable, dedicó su tiempo a la Danza, a la materia humanista, a la pintura, a la esgrima, a la equitación y a la música, específicamente en el piano. Tres años antes, en 1984 la ANDA le entregaría la medalla Virginia Fábregas, por sus más de 25 años de labor artística ininterrumpida.
Columba Domínguez musa que, según sus biógrafos, inspiraría al compositor mexicano José Alfredo Jiménez, quien le dedicó el tema “Si nos dejan”.falleció en Miercoles 13 de agosto de 2014 en el Hospital Ángeles Santelena de la Ciudad de México como consecuencia de un infarto, luego de estar internada durante algunos días -8- por diversas complicaciones propias de su edad. Fue sepultada en el Panteón Mausoleos del Ángel, dicen que cerca de la tumba donde reposan los restos del Indio Fernández, el mismo que con su tronante estilo, un día anuncia a Columba que tendría invitados a comer y que alistara todo.
El problema era que el Indio , como solía hacerlo, se limitó a instruir pero no le había dado dinero. Columba no se ató de manos y para cumplir el cometido echó mano de los gallos de pelea tan venerados por el indio: Cuando terminó el festín, Emilio se percató de la falta de sus gallos, por lo que preguntó a Columba por ellos. Esta, conociendo el temperamento del Indio, le contestó: «¿Querías mole, no Emilio? Para su sorpresa, el Emilio nomás sonrió. Así de contrastes era el indio. Pero así era Columba también: Pueblerina, al fin.
*Lic. en Derecho, escritor y premio del libro Sonoroese