Por Juan Carlos González*
En la tercera parte de este recuento de nuestra historia, trataremos de destellar aspectos de la Revolución y después de ésta; y una parte en la que rendimos un pequeño homenaje a quienes han engrandecido con sus acciones, trascendiendo al tiempo. Por lo que hace a la Revolución, en Mocorito tenemos un ejemplo de arrojo y de valor. Rafael Buelna Tenorio, de quien se han hecho muchas referencias como la siguiente:
Revolucionario sinaloense que cambió los libros por las armas y a los 19 años alcanzó el grado de general de división, quizá por su preparación … Buelna es una figura mítica en su estado natal; él estuvo a punto de escribir de otra forma las páginas de la historia: Casi fusila a Álvaro Obregón, llevó a la famosa Convención de Aguascalientes las propuestas del Plan de Ayala, de Emiliano Zapata, hizo que Venustiano Carranza modificara su deseo de poder y perdonó la vida al general Lázaro Cárdenas del Río…”
Buelna Tenorio, es el claro ejemplo de cómo la Revolución impactó en Mocorito, hay que puntualizar todo lo que se desarrolló en cuanto a lo político, lo económico y lo social con los clubes, las empresas y tantos dirigentes que surgieron al amparo del movimiento armado. Mocorito era un Municipio libre, así se decretó el 8 de abril de 1915, con un vasto territorio; por su extensión, colindaba con Culiacán, Badiraguato y Sinaloa Municipio, arropando lo que hoy son los municipios de Angostura (1916) y Salvador Alvarado (1962), de manera tal que la extensión territorial de nuestro municipio era de 6443.8 kilómetros.
En el territorio que nos quedó se ha potenciado, la música, la gastronomía, la educación, en una palabra la Cultura, la que han hecho sus hombres y mujeres. De esos hombres y mujeres, y atendiendo algunos textos del Maestro Teodoso Navidad Salazar, hablaremos un poco. Este Mocorito contemporáneo lo han forjado entre muchas mentes creativas y de trabajo como el Dr. José Ley Domínguez Humanista y Filólogo, el Arquitecto Emigdio Velázquez López, el eminente Médico Macario Riveros Acosta, el Contador Carlos Fernando Sánchez Angulo, el Historiador Rigoberto Rodríguez Rodríguez.
También esta tierra es grande por las aportaciones del comerciante, Don José de la Vega, cofundador de lo que hoy es Banorte, otro forjador de nuestra historia es el profesor Rafael Jiménez Zazueta. Nombres como Cruz, Librado, Luis, Ismael, José, todos de apellido Rubio, fundadores de la mejor dinastía en Banda Sinaloense; del sur del municipio es el historiador Samuel Octavio Ojeda Gastélum; el formador de docentes Margarito Rivas Payán; de San Benito es el investigador Carlos Karam Quiñónez, Don Bartolo Meza Gómez, fundador de la XEJL La representatividad de Mocorito también se la debemos al pintor Héctor López Gámez Torek; el doctor Enrique Peña; Ing. Lauro Meléndrez Parra, empresario de una cadena de farmacias; la maestra Emilia Obeso López, originaria de Cerro Agudo; de ahí también es rmando López, ejemplar ejecutante de la trompeta; Ambrosio Mojardín Heráldez, psicólogo; del Valle es el Profesor Fernando González Sánchez, quien fue Sub-secretario de educación básica; un cronista que también ha abonado a Mocorito es el licenciado Amado Medina Jiménez; en la música destaca Margarito Lozoya; en el ámbito de las comunicaciones Gilberto Castro Arenas; Santos López Leyva es un destacado investigador social; en la administración educativa la maestra María del Rosario Valenzuela Medina; el político doctor, Guadalupe Eduardo Robles Medina; Juan S. Avilés Ochoa es un destacado político, historiador, escritor e investigador de historia. También el profesor David Rubio es referencia de Mocorito; Roberto Hernández Rodríguez, periodista; licenciado Gildardo Amarillas López y su Hermano Noé Leonardo en la administración pública igual que Bernardo Riveros Acosta; el profesor Crisanto González Rosas, Educador y expresidente municipal; Francisco González Gastélum, economista impulsor de tareas educativas en favor de los que menos tienen.
MOCORITO EN LA GASTRONOMÍA
Quien es de esta tierra en ocasiones no conoce lo que tiene, en cambio, muchos de quienes nos visitan, vienen a degustar de nuestra deliciosa gastronomía, misma que en algunos casos no es oriunda de aquí, pero que se ha quedado para dar un sello único a nuestra tierra en este rubro. Por eso en Mocorito hay comida china, italiana, japonesa, americana, en fin, tantas expresiones culinarias, pero ninguna se compara con la nuestra, la que es de esta tierra como las palomas den diversas presentaciones, los tamales, los derivados del cerdo con el chilorio como punta de lanza, la machaca, los platillos de los vegetales que se siembran en tiempo de aguas, los tamales de elote y de masa; tantísimas expresiones que habría que escribir particularmente de ello. Pero hay más. Si hay mucho más.
Pues en cuanto a lo que personalmente llamo panadería y repostería regional, podemos encontrar el jamoncillo de leche y en diversas presentaciones; con coco, nuez, cacahuate, en natilla y más; tenemos también el rico pan que sale del horno de tierra, que en ocasiones hay pan de mujer, empanadas, cochitos, gallinitas, coricos, biscoletas, suspiros, puchas, conchitas, pan de trigo o de garbanzo, todo tan delicioso que es imán que atrae a las personas con el embrujo de sus aromas y sabores. De modo que vivir en Mocorito o visitar esta tierra es especial oportunidad para deleitar a los sentidos: admirar las construcciones, escuchar historias, aspirar aromas deliciosos y poder saborearlos y tocar sus plantas, su río y toda su naturaleza. Es una experiencia muy especial.
LA MÚSICA EN SUS DISTINTAS EXPRESIONES
Las bellas artes también son muy representativas en nuestro terruño, ejemplo palpable en lo que se refiere a la música de viento tradicional sinaloense, son los Hermanos Rubio, formada al final de la década de los veinte del siglo pasado, cultivan una tradición en su archivo musical. Además de las múltiples agrupaciones que existen afiliadas al sindicato de filarmónicos, con variantes de género como ranchero, banda, versátil y también norteño.
Precisamente de este género, son Los Tigres del Norte, mocoritenses de fama mundial, presente en el colectivo transgeneracional latino, sus corridos norteños en los que se celebra lo justo y verdadero, la pasión y la traición.
Nacidos en Rosa Morada, jamás han negado su esencia y lo pregonan a pecho abierto. A pesar de que algunas canciones que interpretan se les cataloga en el ambiente de los “narcocorridos”, otra parte importante de su canto ha servido de bandera para aquellos que se encuentran en desventaja migratoria, convirtiéndose por ello en Los Ídolos del Pueblo. Con una trayectoria de más de 30 años, han vendido millones de discos, visitando casi por completo el orbe para brindar presentaciones musicales…
Los hermanos Hernández, Jorge, Hernán, Eduardo, Luis y, Oscar Lara han permanecido en el gusto del público y se encuentran en un lugar in-imaginado en el canto popular, haciendo realidad el éxito que aquel oficial de emigración norte-americano les vaticinó que llegaría algún día, para lo que desde antes de los setenta han trabajado con mucha disciplina. Por ello entre sus logros se encuentra el de ser uno de los primeros grupos en grabar en español en el oeste del país vecino, primero en el “estilo” norteño, continuando con boleros, valses, cumbias y hasta rock.
Su principal característica no es propiamente los corridos que cantan- imaginarias o no- tragedias del narco, una buena parte de su repertorio se ha enfocado en destacar historias donde permanecen presentes la vida de muchos emigrantes junto a letras románticas en las que se exalta a la mujer. Sin embargo en su tarea musical siempre está presente el respeto y sólido compromiso con las causas justas de los emigrantes y la búsqueda de beneficios a su comunidad. Así lo constata su influencia para la construcción de la carretera a Rosa Morada, las becas a estudiantes, el programa gratuito de transporte escolar que funciona en Mocorito; en Culiacán existe una escuela de música que instruye a niños y jóvenes; legaron el mayor archivo de corridos de la historia, han dado catedra en la escuela de negocios de Stanford; son ejemplos de su compromiso social.
Esta es una parte de la historia de Mocorito, un punto de vista personal y apoyado en textos encontrados en diversos lugares y fuentes. Agradezco la gentileza de La Voz del Norte, por aceptar mis colaboraciones y especialmente del Ingeniero Carlos Antonio Sosa Valencia, hombre de visión ocupado, además en hacer de la cultura un modo de dar a conocer nuestra Atenas de Sinaloa, ante el público global. Con estas reflexiones llegamos al final de esta segunda entrega, esperamos alcanzar una tercera –si la redacción me deja- en la que revisemos el Mocorito de después de la revolución, hasta la época actual, reconociendo a tantos personajes que han aportado positivamente para nuestro engrandecimiento.
*Maestro del área de comunicación y literatura.
