Por Juan Carlos González*
Continuando con el trabajo que pretende mostrar nuestra historia, en esta entrega haremos un repaso por la Iglesia de la Purísima, las pinturas religiosas, el Mocorito de la Colonia, el arte, que es abundante, algunos atisbos de la construcción de nuestro máximo ícono arquitectónico: el trazado del centro histórico, el proceso de mestizaje, sobre el fenómeno de la emigración, presente siempre en todos los pueblos y sobre todo del por qué a esta hermosa tierra se le distingue como La Atenas de Sinaloa.
El templo de la Purísima Concepción
Así pues, imaginemos que los Padres Jesuitas ya están asentados en Mocorito, tienen la imperiosa necesidad de dar cumplimiento con una de las principales tareas de la conquista y la colonización, la de imponer el evangelio católico a los pobladores del lugar. Para ello se necesitaba la construcción de un edificio adecuado para el culto religioso y comenzaron con la construcción de lo que nos distingue por doquier, el templo de la Purísima Concepción, esta advocación, al menos, desde el siglo XVII.
El conjunto parroquial de la iglesia de Mocorito consta, hoy en día del templo con sus tres altares, un bautisterio, un coro, cúpula y campanarios; espacio para la sacristía; una casa para habitación de los sacerdotes con recámara, cocina-comedor, un amplio portal y patios, oficina para el sacerdote, oficina para la notaría parroquial, una ermita a la Virgen de Guadalupe y San Juan Diego y el Portal de los Peregrinos.
Este oratorio y retomando al Ing. ingeniero Fausto Velázquez quien nos dice que en virtud de que los pobladores de los pueblos que se asentaban a orillas de río Évora tenían ya cierto acercamiento con la religión católica, ya existían vestigios de alguna capilla muy modesta, con techos y paredes de palma y zacate. La segunda etapa inicia en el 1600, en ella se construyen tres habitaciones misionales y la capilla de paredes de argamasa y piedras, con techos de vigas y ladrillos; en la tercera fase (1750), ya se erigen la iglesia, la sacristía y se colocan los basamentos de piedra y argamasa, sus techos de viga y ladrillo como continuación de la segunda etapa; la cuarta y última parte, inicia a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, se construyen el portal de los peregrinos, el bautisterio y se termina la única torre, aquí se utilizan cal, mortero, ladrillo y arena. Los enjarres de cemento fueron colocados a iniciativa del Padre Leonardo L. Medina, para conservar la construcción.
Dentro de esa joya arquitectónica, encontramos joyas del arte sacro, como los catorce dibujos a lápiz con una considerable antigüedad, es la representación del viacrucis que adorna las paredes del templo.
También se puede apreciar un púlpito de madera entablerada con adornos de madera tallada, mismo que data de la segunda mitad del Siglo XVII. Caso ejemplar de mobiliario religioso, el púlpito del templo de Mocorito, se ha convertido hoy día en pieza única. Por su singular expresión toma ese carácter de infrecuencia. En éste, se recurrió a las formas más sublimes del barroco mexicano, adquiriendo una calidad de excepcional en el arte sacro de Sinaloa; al igual que una banca, de la misma época con una estructura de madera y baqueta adherida al mueble mediante una serie de clavazones de fierro forjado en forma de losanges (rombos).
Mocorito colonial
Hablar del Mocorito de la época de la colonia nos remite a la herencia arquitectónica que aún se encuentra en pie. De tal manera que los gobiernos recientes han puesto su mira en dar un espíritu turístico y mostrar un centro histórico que es hermoso. Este centro histórico está incluso reglamentado y se compone de un polígono encerrado por las calles Melchor Ocampo, Independencia, Rosales, Donato Guerra, calzada Agustina Ramírez, dentro del que se encuentran edificios, casas y plazas con una impresionante belleza.
El trazado del centro de Mocorito se encuentra dominado por el templo de la Purísima Concepción, el cual es la mayor referencia. Frente a la iglesia está una plazuela y en los alrededores hay casas de residencia, una escuela primaria, y otras construcciones. Otro punto importante es el panteón, el cual se encuentra a 1.4 km en el punto opuesto al santuario ya mencionado.
El trazado seguramente correspondió a los primeros encomenderos que vinieron y vieron el desarrollo urbanístico de Mocorito, pero en este punto, es necesario darnos cuenta que se adapta a un modelo morfológico muy similar a otros pueblos contemporáneos, un trazado cuadricular o damero, atendiendo los principios de la cultura renacentista en el diseño urbano del neoclasicismo con una cuadra vacía “generalmente en el centro del área urbana rodeada por las sedes de la autoridad: casas reales, catedral, cabildo, etc.” ; atendiendo a la cultura europea que implantan diversas instituciones españolas.
Lo anterior nos indica que en nuestras tierras ya hay europeos viviendo desde hace algún tiempo, con lo que se genera la cultura mestiza de la que formamos parte. Pero el asunto del mestizaje es muy intrincado, pues lo hubo de distintos tipos: entre los españoles, los indios y los negros, ninguno de los cuales era obviamente una raza; los españoles, por ejemplo, procedían de ancestros muy diversos: indoeuropeos, semitas y camitas y los indios eran producto del cruzamiento de grupos mongoloides, australianos, malayo-polinésicos y del sureste asiáticoespañoles e indios.
Así pues, por nuestras venas corre algo de sangre de los europeos y nos quedamos con mucho de sus costumbres, su modo de vida y su gastronomía.
Y como buenos europeos, también hemos heredado una inclinación hacia la emigración, el cual refleja un fenómeno constante en nuestro recorrido histórico, así lo constatan los aportes del Dr. Juan Avilés, cunado investiga sobre los primeros pobladores de la alta California.
La cultura en Mocorito, sin igual en Sinaloa
Mocorito es también tierra de cultura, eso se debe a la gran influencia que ejerció la Ilustración en los hombres nacidos, o bien, avecindados ene este terruño. Ejemplo de gran calado de lo anterior es el Ilustre liberal Don Eustaquio Buelna, político, filólogo e historiador por vocación, jurista por profesión y educador por humanidad.
Otro gran personaje es el profesor José Sabás de la Mora sabio jalisciense que ilumino las mentes de nuestra heredad y además de editar el periódico La Voz del Norte, mismo que se renueva cada vez que aparece, de la Mora es hijo adoptivo y predilecto de Mocorito. El Poeta de América, Dr. Enrique González Martínez con su literatura de avanzada, le apasionan la prensa, la cátedra, la política y la diplomacia que fueron sus ocupaciones habituales; subsecretario de Educación Pública en 1919, representó después a su país en Chile (1920) después a su país en Chile (1920), Argentina (1922) y España (1924-1931). En 1946 se le otorgó al poeta el premio nacional Ávila Camacho, entre sus obras destacan Preludios (1903), Lirismos (1907) y Silénter (1909). La aparición de Los senderos ocultos (1911), por mucho tiempo vivió en Mocorito.
Unió su talento con otros intelectuales como el poeta Sixto Osuna, por lo que en esa época se llamó a Mocorito como “La Atenas de Sinaloa”, por el gran movimiento cultural que hacía punto de reunión de escritores, artistas y librepensadores, por lo que se distingue a esta tierra en el plano nacional.
Con estas reflexiones llegamos al final de esta segunda entrega, esperamos alcanzar una tercera –si la redacción me deja- en la que revisemos el Mocorito de después de la revolución, hasta la época actual, reconociendo a tantos personajes que han aportado positivamente para nuestro engrandecimiento.
*Maestro del área de comunicación y literatura