Nacional

Estupor

Por domingo 22 de junio de 2014 Sin Comentarios

Por Faustino López Osuna*

Alguna vez Pablo Neruda, recordando su juventud, dijo que había sido un “joven indocumentado”. Salvo los que fueron niños prodigio y aprendieron temprano a leer y a devorar cuanta lectura cayó en sus manos, la inmensa mayoría fuimos, cuando jóvenes, como el Nobel chileno: indocumentados. Hubo un tiempo en que yo mismo confundía estupor con miedo, hasta que me dio por frecuentar el diccionario. No solamente los confundía, sino que colocaba al estupor como miedo superlativo. Incluso cuando escribí versos absurdos en mi época estudiantil, refiriéndome al tipo de persona medrosa ante la vida, la definí como aquella que “muere del miedo de morir de miedo”. Pero estaba equivocado. No eran sinónimos. Miedo, del latín, metus, se define como sentimiento de inquietud causado por un peligro real o imaginario (como temerle a los duendes). Su sinónimo es temor. Meter miedo, es asustar. Miedo cerval, el muy grande. Referirse a algo extraordinario, se dice que está de miedo. Incluso revisé el adjetivo pánico, del dios Pan, a quien atribuía el pueblo  de la antigua Grecia la costumbre de salir por las noches y hacer apariciones que causaban terror, deduciendo que de allá trajeron los españoles el mito de apariciones de nahuales nocturnos, aquí, pues pánico es terror súbito sin ningún fundamento. Su sinónimo es espanto.

En cambio, estupor, del latín, stupor, es entorpecimiento o suspensión de las facultades intelectuales (como la provocada por la embriaguez). Claro que nunca se me ocurría relacionar el estupor con una borrachera. Más bien, yo concebía el estupor en su forma figurada, como se lee en el Larousse: pasmo, asombro causado por una mala noticia o un dolor súbito.

Bombardeado por noticias de hechos que trascienden a la sociedad, en su mayoría comunes y corrientes, rayando en la frivolidad (con sus sinónimos fútil, ligero, pueril, superficial, anodino), me ha provocado estupor enterarme por los medios de comunicación masiva, que en España causó más conmoción e impacto la muerte del ex director de un equipo de futbol local (es de lamentarse cualquier muerte) que el fallecimiento de Gabriel García Márquez, inmensa pérdida de las letras universales.

No se salía de la conmoción de la desaparición del Nobel de literatura, cuando en nuestra propia tierra, en Semana Mayor, perdía la vida en accidente carretero un hombre probo, profesionista sin tacha, Marco Antonio Fox Cruz, Auditor Superior del Estado. Independientemente de la desgraciada noticia, me produjo estupor que el percance ocurriera en un vehículo modelo 2007, de la oficina, que se tradujo en seguro de muerte, que no se merecía quien sirvió con honradez a los suyos. Provoca estupor el hundimiento en el mar, por las costas de Corea, de un transbordador con alrededor de 500 personas a bordo, siendo abandonados, no a su suerte sino a su muerte, por el cobarde capitán de la nave y sus colaboradores asesinos, pues su abandono se equipara al de un asesinato. El argentino Ricardo Lavolpe fue despedido como director técnico de un equipo de futbol de Guadalajara, provocando estupor no el término abrupto de su relación laboral ni porque él se haya mostrado desnudo ante una dama del Staff del propio equipo, sino porque el acoso sexual, que es el verdadero delito que cometió, se hizo público como “conducta inapropiada”, como si se tratara de una falta menor al bando de policía y buen gobierno.

Igualmente, se suspendió de por vida a Donald Sterling, dueño del equipo de basquetbol Los Clippers, de Los Ángeles, California, por sus comentarios racistas, provocando estupor no los imbéciles comentarios en sí mismos, sino porque ordenó a su novia que cuando asistieran a una reunión no invitara a deportistas negros, así se tratara de las más grandes estrellas del deporte nacional. El hecho, vergonzoso, mereció incluso la condena del mismo Barack Obama, presidente norteamericano. Y, según ha trascendido, será el tema (el racismo) a plantear el Papa Francisco en carta a ser leída en la inauguración del próximo Mundial en Brasil.

Ubicándonos de nuevo en nuestro estado, para nuestra tristeza, dígase si no provocó recientemente estupor que, delincuentes que fueron a asesinar a una persona, al no encontrarla, amarraron, amordazaron y encerraron en el closet a sus dos hijos, uno de cuatro años y otro de diez,  prendiéndole fuego a la casa arrojándole bombas molotov, con los espantosos resultados para los inocentes. Pasmo, asombro causado por una mala noticia o un dolor súbito, ¿no define así al estupor el diccionario?

*Economista y compositor.

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