Por América Pina Palacios*
El Día 13 de mayo, fuimos convocados al ITAMA (Instituto de Tratamiento y de Aplicación de Medidas para Adolescentes), ubicado a la entrada de Cócorit, uno de los Ocho Pueblos Yaquis, con el motivo de la presentación de la obra: El gato con botas. Ya en el mes de noviembre de 2013, habíamos disfrutado de la misma obra, pero con diferentes actores, hoy encontramos algunas mejoras en la escenografía y en el vestuario.
Lo que se ha mantenido intacto, es el entusiasmo del maestro Juan Diego González Castro, representante legal de Escritores de Cajeme A.C., quien se ha dado a la tarea de motivar a los jóvenes ahí detenidos, para que realicen actividades como el teatro, a través del cual, manejan una serie de conceptos positivos.
De diversas maneras, el teatro se adentra en su espíritu y los ayudad a curar las pequeñas o grandes incomodidades emocionales que tienen los jóvenes reclusos.
Como fue miércoles, coincidió con el día de visita de los familiares, quienes acudieron a llevarles comida y artículos de aseo personal. A través de su representación teatral, los jóvenes quienes, por cierto, fueron muy aplaudidos por sus actuaciones, reciben un estímulo positivo muy grande, el cual les permite incrementar su autoestima.
El día de esta presentación, se contó con el apoyo de diferentes personalidades, entre las que citaremos a: Lic. Gloria Canale Rogel, Directora Operativa del ITAMA; Lic. Marina Arteaga, Directora del Museo de los Yaquis; a la escritora Mara Romero, Vicepresidenta de Escritores de Cajeme, quien en esta ocasión entregó reconocimientos a los actores y a quienes los dirigieron y apoyaron en el montaje de la obra, como a la Psicóloga Ana Luzanilla, Coordinadora de Educación en el ITAMA de Cocorit; Lupita Pérez, Maestra en el ITAMA, al maestro Juan Diego González, director de la obra; también se contó con la presencia y el apoyo del director del ITAMA, Lic. Will Edgar Moreno Valdez.
Fue muy agradable observar el gran empeño que pusieron en el desarrollo de sus diversos papeles, quizá estos jóvenes desconocían la historia que representaron; nos reímos mucho con la magia que se produjo al ponerle las botas al gatito de juguete; ningún actor se sintió menos importante que otro, la camaradería se respiraba en el ambiente, al terminar recibieron sus reconocimientos y no faltaron las bromas, por ejemplo: cuando el ogro dejó en la cara de Mara un poco del maquillaje negro que le habían aplicado.
Compartimos todos los presentes, un refrigerio que incluía pan, elaborado con sus manos jóvenes y fuertes, de un aroma delicioso que nos tuvo inquietos mientras duró la representación; y al probarlo, disfrutamos una verdadera exquisitez. Ese mismo pan usted puede encargarlo directamente al ITAMA en Cócorit.
Antes de retirarnos, observamos el estrecho y prolongado abrazo de un jovencito con su mamá, seguramente era una felicitación retrasada por el día de la madre que recién se festejó, me puedo imaginar la tristeza de esa señora con la ausencia de su hijo; ojalá pronto lo recupere.
¡Felicidades a todos los jóvenes participantes! ¡Felicidades a todos quienes los apoyaron, estimularon, y aún tienen fe en esa juventud!
*Maestra retirada, poeta y narradora
