Por Juan Cervera Sanchis Jimenez*
El amor, siempre tan singular y
misterioso, y tan extraño en si mismo,
llamó a su puerta.
Ella no le abrió.
Cuando el amor llame a tu puerta ábrele inmediatamente de par en par,
porque si no le abres habrás perdido la maravillosa oportunidad de conocerlo.
He ahí, no obstante, que el amor suele ir llamando de puerta en puerta y son muy raras las personas que le suelen abrir,
por lo que pasa una y otra vez de largo, y es que la mayoría de los seres humanos,
a la vez que desean y buscan el amor, le tienen un gran miedo al amor.
El amor no se aloja en los corazones de los cobardes, el amor sólo habita en las
aguerridas almas de los valientes.
*Poeta y periodista andaluz.