Por Mario Arturo Ramos*
Hace ya doscientas semanas, comenzó la 4ª época del semanario originario de la Atenas de Sinaloa.
Después de muchas reuniones en la oficina del ingeniero Carlos Antonio Sosa Valencia, donde participaron: Juan Avilés, cronista de Mocorito, el licenciado Ubaldo González y el actual encargado, se decidió “hacer el camino”; Eleazar Borquez “Cheyk” artista, docente, y parte de publicaciones de la UNISON fue vital en el primer “dummy”.
Al salir a la luz pública a uno de los primeros que vistamos con el informativo fue a Víctor Roura, editor de cultura en el diario El Financiero, no sólo se le buscó por su sapiencia que es reconocida -por tirios y troyanos- sino también por la vieja amistad que nos une; en el encuentro le solicitamos su autorización para sacar en el periódico de raíces mocoritenses algunos trabajos publicados en la sección que él dirigía, gentilmente como es su característica, aceptó de buen agrado. Roura es nuestro amigo desde los 80s, periodo en el que junto con G. Trigo, A. García, R. Lavista, I. Osornio, A. Ángel, J. Monarrez y otros creadores de música emprendimos una lucha para sanear el gremio mexicano; después de 33 años las cosas siguen igual o peor.
Una tarde primaveral se decidió hacer una conferencia donde se plantearan los reclamos y demandas que se le hacían al consejo directivo, administradores y corifeos:
Recuerdo las principales: que no votaran los muertos, que sus herederos cobraran las regalías que legítimamente les pertenecían pero que no participaran en la toma de decisiones- es costumbre que en el gremio, los votos de los muertos superen al de los vivos-, democracia gremial, también es común que en el consejo directivo -sus integrantes beneficiados económicamente por ellos mismos- tengan más votos que toda la asamblea, por lo tanto lo que piense la mayoría no importa, los que acumulan los votos siempre están en el consejo directivo o en puestos administrativos y ellos deciden lo que es mejor “ para su santo”; la transparencia en las liquidaciones, se argüía que con lo que sobraba del reparto se edificaban estudios de grabación, cines, plazas comerciales y que ese dinero no era de nadie?- no han cambiado las condiciones olvidando que por ley, las sociedades autorales son instituciones sin fines de lucro.
Entre los asistentes a la conferencia, Víctor Roura -que era un jovenazo-, fue de los que adquirió un mayor compromiso con la lucha, de ahí mi respeto y gratitud.
En aquella vista para mostrarle La Voz del Norte, aceptó no sólo que reprodujéramos trabajos de su sección, sino se unió a nuestra publicación cultural.
El 4-IV del presente año en el CECUT -Tijuana-, Roura presentará la nueva publicación que dirige: De largo aliento, que no dudamos ocupe un sitio especial entre los lectores de la fuente cultural.
Nos congratulamos porque su labor por la cultura continúa y deseamos para “ De Largo Aliento”, larga vida.
*Autor e investigador.