Por Ernesto Ríos Rocha*
Habiéndole dado el mensaje al negro anticristo, se violentó sobre mí; y vi en sus pantallas decenas de policías holográficos que llegarían a exterminarme, pero mi transporte astral gnóstico, para él desconocido, hizo desaparecerme ante su percepción por causa de la naturaleza de las ondas etéreas de la luz, y me escapé de sus manos. Mi rutina era conseguir el alto rango de conocimiento, por medio de mis viajes en pantalla. Mi holografía se estaba nutriendo por lo que había de encontrarme constantemente en mi camino al instructor señor H que había muerto de 32 años montado en una cruz, significado que me estaba llevando al análisis del universo, y por ende a la comunicación automática y reflexiva con el Padre del universo, que me daría el rango para misionar y conducir el planeta tierra junto a otros seres de luz, en su momento.
Por esos tiempos cumplí 48 años; la sexta cabalgata mundana. Ernesto estaba en Europa y yo dormía en su cerebro sin que su conciencia lo notara. Su paleta de colores viajaba, y su paleta pareja con él. Pero yo su brillante holografía investigaba el universo. Sucedió todo tal cual lo dijo mi señor de 32.
Mi libro estaba leyéndose en muchas partes. Pero yo, el mismo brillante, estaba matemáticamente midiendo las pirámides. Mientras Ernesto seguía su camino, yo me dediqué a ser, él mismo en mí, pero sin ser él, siendo yo mismo en él.
Tomé mis cristales computadores, cálculos, mediciones, conteos, observando toda composición piramidal, cultural y masónica, primitiva y moderna y al fin descubrí la fecha exacta. Yo osaba de decisiones proféticas; pero la matemática de la sexta dimensión era imperfecta. Moví mi reloj a la fecha descubierta y hubo una gran erupción solar que provocó desastres después de 4 años luz. Por eso las invasiones. Entonces giré y giré mi reloj hasta transportarme al planeta piramidal y ahí estaba todo el códice. La fecha era la misma. Una vez en el espacio, apareció mi señor de 32 y me preguntó: ¿Qué haces? -tú lo sabes –Le contesté. Me dijo: ¡Pon atención! “Ayer, Ernesto tú, pisó una hormiga sin darse cuenta. Esa hormiga tenía en su piel miles de bichos, los cuales a su vez tenían millones de bacterias cada bicho. Pero Ernesto es tan grande que ni siquiera vio a la pequeña hormiga, por lo que mató a miles de millones de seres a su vez.
Entonces le pregunte: ¿Qué significa esa frase? Él me contestó: “Cuando un arcángel pisa a un ángel mueren miles de millones de seres espirituales poderosos y con ellos los humanos, pero sólo dios es tan grande que jamás nadie lo pisará”.
Ah!… dije, entiendo los tamaños y jerarquías. Y me dijo:
“No busques en la ciencia de la matemática la profética y futura decisión del Creador. El fin no se da por tiempos ni por vejez, porque el tiempo es infinito y no hay fin, pero todo cambia y se renueva una y otra vez sin final”.
Te repito que entre más rápido se junten los 144 000 necesarios, vendrá todo con ellos y ahí nuestro padre. No es por tiempo, es por cantidad, aunque el tiempo se cuenta antes o después de las señales, es la difusión del verbo lo que define el final de una era evolutiva, cuantos entendidos hubo pronto o después; entonces mi Padre toma la decisión. Y de no ser por los elegidos los tiempos ya se habrían cumplido como una generación más. Te repito hoy y ya no te lo diré de nuevo. La ciencia está en tu holograma. Cada secreto, cada profecía; no recorras distancias, sólo cierra los ojos exteriores, investiga por las venas de la información interior; no busques escritos en piedras ni pirámides, no descubras huesos viejos ni primitivos, no sumes ni multipliques fechas porque eso es incierto.
También me dijo: -ven y te enseñaré tu propia pantalla profética interna. Abre una puerta que sea redonda para salir y entrar y traza una órbita circular para evolucionar tu recorrido generacional de Eras.
Entonces me puso una pared y abrí una puerta redonda, un agujero, un hoyo; y me dijo: esa puerta es tu boca para comer y para defecar, el agujero para engendrar y para parir. Tracé una órbita circular en el espacio y me dijo, recorre el círculo 7 veces y esas serán tus generaciones, y evolucionarás y al final de cada una de las 7 órbitas entrarás en un agujero de tierra y pasarás por un túnel redondo y saldrás por un agujero carnal para la siguiente.
Después de esto me dijo: eres sóilo dos cosas, mente y cuerpo; estos son memoria y sentidos respectivamente; uno para pensar y otros para sentir, y el alma es sólo un concepto del ser.
Me puso mi retrato holográfico en frente. Vi un intento de evolución pero los pensamientos se inundaron en un diluvio y se quemaron en lluvia de fuego y sal. Vi una célula reproducirse X y Y respectivamente y poblaron la pantalla entera. Salieron 7 reyes, uno mataba al otro y un octavo rey que finalizó en ira. Pasé observándolos y me detuve después de muchas murmuraciones. Vi detenidamente al quinto rey y penetré en sus ojos; dentro, había un mar vítreo y el padre y el hijo firmaban un convenio. Era un mensaje que llevaría a los primitivos.
¡Ve al pasado y lleva el mensaje! y reconocí al Señor de 32 el enviado a esparcir el mensaje.
Escuché que le llamó Miguel. Se quitó sus alas y bajó debajo de las nubes. Entonces Emmanuel se posó en el vientre santo y Jesús lloró por primera vez. Corrió agua por todos los ríos y todo germinó; entonces el Padre levantó su mano y señaló el empiezo. Yo estaba lavando su cabello, y el Oscuro peleando con él. De repente salió de la pantalla y se sentó frente a mí. Esa pantalla era yo y de ella salía él. Me dijo-¡ Elías mi brillante escucha!
‘’Te enseñaré a crear. Es lo mismo que grabar. Hay un ojo en medio de tu frente y en medio de cada memoria. Lo que está grabado en cada ojo contiene una fuerza. Escucha, ellos grabaron en medio de sus ojos el nombre de una virgen y por ello esa virgen se hizo poderosa. Pero ella no existía y por esta equivocación esos ojos fueron cerrados ante la luz. También grabaron mil nombres de personajes y los convirtieron en santos y ellos hoy tienen poder; por eso existen, pero antes no existían, ellos los crearon, y ahora hacen milagros a sus creadores, milagros engañosos. Les construyeron palacios y estatuas y grabaron sus imágenes en sus mentes por eso otorgaron su poder mental a esas estatuas y palacios.
Me dijo ven y crea. Escribe, difunde, pública, graba en sus mentes mi nombre con holografía; tómalos, quítales la carne y desnúdalos, que se vean tal cual son y fueron siempre, diles que no son hombres ni mujeres, que sólo son seres’’.
Le interrumpí con una pregunta y se calló. ¡Señor de 32! -Dije ¿Mi semilla es tu semilla? -Si –contestó – vives en el pasado y yo en el futuro, soy evolucionado, el primogénito y ya estoy arriba y solo dos veces bajaré y me mostraré en este tu viaje. Primero para guiar y después para juzgar.
*Pintor, escritor, narrador y pedagogo.