Nacional

LECTURAS

Por domingo 16 de marzo de 2014 Sin Comentarios

Por Juan Cervera Sanchis Jimenez

ADAN Y NO EVA

Cuando se supo que no había sido Eva quien primero comió e indujo a Adán a morder el fruto del árbol que estaba en medio del paraíso, y Dios les había prohibido que comieran, sino que fue Adán el engañado por la astuta serpiente y obligó luego a Eva, por más que ésta se negó a desobedecer el mandado de Dios, a comerlo, las cosas cambiaron en el mundo; quedando claro para todos que el causante de que la humanidad fuera expulsada del paraíso no fue la mujer, sino el hombre.

NEGRO DESTINO

La muy canalla testimonió contra mi con cinismo insultante. Ya que había fracasado en su propósito de llevarme a la cama, no dudó en llevarme a la cárcel, y aquí estoy, confinado en esta helada e inhóspita celda, por el falso delito de haber matado a quien nunca maté. La asesina fue ella.

Juro que yo no asesiné a su marido. Ella, ella fue la que lo mató y, hábilmente, me inculpó a mí.

Sus llantos y sus palabras pesaron más que mi serena negación de aquel crimen, ante la policía, primero y, después, ante los jueces.

Entre gemido y gemido juraba y perjuraba que yo, su amante, loco de celos, había asesinado a su esposo.

¿Còmo hubiera podido yo matar a mi querido hermano mayor y, aún menos, desear a su mujer?

Yo, que resistí, con noble hombría, las constantes y endemoniadas insinuaciones de su mujer, me pudro en esta sombría prisión, mientras ella, viuda, rica y legítima heredera universal, goza de la fortuna que, con tantos sacrificios, acumuló nuestra destruida familia.

FATALIDAD

Cuando fui serpiente y veía volar a las aves quería, desesperadamente, ser una de ellas.

En mi segunda existencia en este planeta fui árbol y mi copa, anhelaba ser nube.

En mi vida actual soy panadero, por más que desde que era niño soñaba con ser futbolista, de los grandes, de los que cobran millones de euros.

En mi próxima vida quién sabe lo que voy a ser, pero seguramente que volveré a ser el otro, aquel inevitable que me impedirá ser yo mismo; el que siempre he querido ser y no he sido nunca.

EL MIEDO

El miedo lo encadenó desde niño a toda clase de servidumbres. Un día descubrió que el miedo era la negación de la vida y decidió liberarse de él.

Se armó de valor, lo mató y lo sepultó, sin más preámbulos, para siempre.

Aquel pobre hombre, hasta entonces tan servil, se convirtió en un afortunado e intrépido señor.

CRIMEN AL AMANECER

Amanecía. La paloma, irradiando vida y felicidad, disfrutaba de su raudo vuelo.

Se escuchó el estallido de un disparo y, de repente, se desplomó sobre el suelo húmedo de rocío, con el pico entreabierto y bañada en su propia sangre.

ROJOS

La rojez del tomate me cautiva, al igual que el rojo de la fresa y la pulpa de sandía.

No olvido el rojo del pimiento ni el de la cáscara de rábano.

Del rojo de las cerezas garrafales y las hermanas guindas para qué te digo, y así del rojo de las moras y las frambuesas.

Del rojo de las grosellas y las granadas te podría decir ¡tantas cosas…! Ni te imaginas.

El universo está habitado por innumerables rojos, empezando por el rojo fuego de los pequeños y grandes soles y, por sobre todos los rojos, nunca olvidaré aquella gota de sangre en la yema del dedo índice de mi madre, cuando en un descuido, olvidó el dedal, y se clavó la aguja, mientras cosía un botón de mi camisa blanca.

TENGO EN QUÉ PENSAR

Yo si tengo en qué pensar. Y mucho. Contra lo que dijo el cantor, he comprobado que es gracias a mis pensamientos que la vida me sabe a vida, el amor a amor, la música a música y la poesía, que es donde se congregan mis más sentidos pensamientos, a libertad de libertades.

Sí, yo sí tengo en qué pensar. Y mucho.

CONFUSION

El desconcierto se apoderó del gallinero cuando los gallos amanecieron un día queriendo ser gallinas, pero sin capacidad para poner huevos.

Del libro “LAS 1001 CARAS DE JANO”

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