Por Ernesto Rios Rocha*
El señor me dijo – estás equivocado- la oscuridad tiene vida y poder ahora y es un virus que carcome, prepárate, cúrate y ve y destruye lo que el dragón te envió.
Entonces volteé a la tierra y vi mi cuerpo de nuevo inerte pero dentro de un ataúd. Esa impresión dio motivación para tomar la curación. Tomé la antorcha y alumbré mi memoria contaminada, quemé la oscuridad virulenta y empecé a grabar con la fe las decisiones correspondientes.
Descendí a la tierra y junto al río Kebar me estaba esperando el oscuro. Al pisar tierra huyó y yo lo seguí. Él buscaba batalla. En pocos momentos de persecución fuimos a dar al valle de Meguidó al oriente de Jerusalén. Ahí pelearíamos.
Se plantó y me dijo. “No pienses que soy la ausencia de la luz, soy energía negativa con gran poder de proyección para apagar llamas, soy frío. Existo, no sólo soy espacio como dice tu libro. Soy la energía negativa que choca con la positiva de la que tú vienes. Yo también tengo fe contraria a la tuya. Te venceré“.
El Oscuro me confundió y empecé a preguntar a diestra y siniestra. Deseaba estar ante mi Señor para salir de dudas.
El Oscuro me provocó miedo y más aún debilidad de luz, al ver que sacó las mismas armas. Una antorcha oscura, que proyectaba frío oscuro y su espada negra, así como también su negro libro de instrucción. De su libro sacó una imagen de un arcángel y un hombre de cuernos rojos con letras humanas donde la espada negra se clava en el pecho del arcángel. Sentí aún más miedo.
Se acercaba a mí mientras yo retrocedía. Se sentó viéndome a los ojos y me dijo – ¡quién te envió! –Y le dije- me envió con gran autoridad a destruirte el poderoso Universal, – mi Señor, el padre – dije.
Me contestó – ¡A mí también me envió el universal y también es mi padre. Y me pidió tu destrucción! Le dije –¡mientes!-Me dijo –¡pregúntale! Te abriré los ojos y verás que nuestro padre nos pone a pelear y a destruirnos.
Entonces caí en miedo y huí rápidamente hacía el universo buscando al padre. Pero no lo hallé.
Apareció el señor de 32 y me preguntó ¿Qué haces? Contesté -¡huyendo, ayúdame en mi confusión! Entonces puso la mano en mi memoria y entendió mi miedo. Me dijo -entra a mi aposento. Siéntate y escucha con atención.
“El Oscuro es mi contrario. Él se sienta a la izquierda yo a la derecha. Él es hijo de mi padre y yo también. Tú eres brillante pero eres mi siervo porque te enseñaré el camino a la gran ciudad de luz. La mano izquierda es él. Yo la derecha. La mano izquierda se usa poco pero es complemento del universal padre porque el padre es simétrico. Me mostró una visión. Un cable negro y uno rojo. Los dos conductores de energía los cuales chocan y forman la chispa divina de la luz. Por eso es que mi padre es simétrico pero dualidad de luz y oscuridad. No te confundas ni te asustes, él usa la oscuridad solo para probar la potencia de tu luz. Tú eres luz brillante y el Oscuro tiene la misión de probarte. Pero al que necesita para sobrevivir es a ti. Una vez que hayas vencido al Oscuro serás una célula viva más en el cuerpo de nuestro padre universal que está compuesto por miles de millones como tú. Pero sobrevivirás y serás eterno en su cuerpo”.
Le dije – entiendo- dime que hacer- me dijo – desciende otra vez y no le temas, sólo eso, y cuando te vea con fe te ofrecerá su reino, sólo recházalo y dile: ¡Vete porque escrito está que mi Padre te envió sólo para probarme pero nada puedes hacer sin que él lo desee!
Así lo hice. Descendí al valle de Arma-gedón, Meguidó en Jerusalén, y sólo lo ignoré y le dije, y mi espada se encendió y lo vi huir y desaparecer.
Con el triunfo me aparecí conectado a la carne otra vez y levanté el ataúd pero ya estaba enterrado. Entró tierra y salí escarbando. Me senté en la tumba y recorrí mi pasado. Cuando fui rico, con mil parejas, habiendo caído nuevamente en el error mundano de la vanidad y el ego. Me levanté y mi memoria estaba impecable, formateada de todo virus.
Con nueva identidad busqué un lugar privado para hablar con mi interior. Apareció el señor de 32 y me dijo. ¿Qué pasa? le dije -ábreme vereda, guíame.
Me dijo – ¿sabes quién soy realmente?- le dije – si – eres mi interno yo superior, porque siempre que veo mi holograma informativo apareces tú. Me dijo – correcto. Le pregunté ¿soy tu? ¿Eres yo? -me dijo – no. Soy la guía soy el camino. Estoy en ti y en todas las memorias – mi holograma es la derecha del padre y mi holograma es el punto de luz de tu memoria holográfica y de los demás.
Le dije – entonces muéstrame – me dijo -ven y has…. Ve al país Mexicano y búscate una ciudad. Encuentra una mujer y has lo que te diré. Así podrás vivir el resto de tu sexta generación y cumplir el propósito de ahora.
De nuevo aparecí en la tercera dimensión de los 6 ángulos visuales, el mundo terrestre. De repente pintando, un reinicio raro de la vida en la cual no recordaba mi pasado y ni idea del futuro, ignorando por completo mi holograma informativo, así como la esencia de la existencia sin saber de dónde vengo ni cuál es la meta. Escribía y escribía, pensaba. Me vine a la ciudad de indicada para ser yo mismo uno de ellos a como dijo mi señor de 32, del país Mexicano. Tomé una mujer, engendré dos hijos, pero al escribir y escribir, de inmediato volví a descubrir mi pasado. Le di rienda al mundo pero sin ansias y con la única idea de ayudar y crecer. Eso mismo prediqué. Me aborrecieron. Tomé más mujeres. Me aborrecieron también. Me saqué la huella de las mujeres pasadas. Tomé otra, la menos pensada y escribí la historia de mi vida en un libro tratando de descubrirme ante el mundo el que no se imagina nadie del escalón que he regresado. Mi vida fue intensa y tremenda en el cuerpo y sus sensaciones.
Crecí. A mis 46 años llegó de nuevo ante mi holograma mi señor de 32 y me dijo: “Has dado vueltas… pero ésta vuelta es decisiva” Me dijo – venacompáñame – Ese día no desperté – viajé con él y me mostró el futuro… separa tu cuerpo de tu espíritu cada noche porque conmigo viajarás y yo te diré tu misión.
Puse esa posición física, en la noche de sueño y salió mi espíritu y mi cuerpo quedó programado para actuar en el mundo común día con día cumpliendo los paradigmas de la vida de pareja, con hijos, trabajo y el pan de cada día.
Pero mi espíritu se fue a la encomienda y se paró ante el Señor esperando instrucciones. Me dijo – ve por ahí – das la vuelta y llegas adentro de éste mar vítreo, estoy aquí y escucha lo siguiente. Me fui por donde dijo y pasé ante 4 personajes con caras algunos de león, otros de becerro, oso y persona, y después 24 hombres altos de blanco me estaban preparando el camino para pasar…
*Pintor,escritor, narrador y pedagogo.