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OLFATO, OLORES, ARTE Y CULTURA

Por domingo 19 de enero de 2014 Sin Comentarios

Por Alberto Ángel “El Cuervo”*

Olfato-Olores1Se despertó inundado en emociones… Había soñado con ella gran parte de la noche… Así que de inmediato se dirigió al cajón aquel donde tenía guardada la bella prenda elegantemente bordeada de encajes… Se llenó de su olor nuevamente… Así le había dicho aquella noche: ¡Déjame llenarme de tu olor… Dejame llenarme de ti… Tu olor es delicioso…! Y ella accedió a regalarle la prenda de la que previamente le había despojado… Ahí comenzó la reflexión… Los olores tienen mucho que ver con la cultura… Los olores, no los aromas… Los aromas son necesariamente algo un poco petulante, un poco cursi, un poco ensoñación y un poco emoción fabricada… El origen de la palabra aroma lo muestra per se… Aroma viene del latín y significa “Flor del aromo, dorada, vellosa, de olor muy fragante… Perfume, olor muy agradable… Goma, bálsamo, hierba de mucha fragancia…” Sin embargo, un olor, es algo más brutal, más despojado de todo ropaje, más salvaje en esencia y presencia, más de genética y cultura que puede unir o desunir… Un olor, se define como aquella impresión que los efluvios producen en el olfato… Aquello que es capaz de producir esa impresión… Sentido corporal.

—¿A qué huele…?

—No lo sé… No huelo nada…

—¡Cómo me vas a decir eso… Cierra los ojos y huele…!

—Pues sigo sin oler a nada y además ¿para qué voy a cerrar los ojos? ¿qué tiene qué ver el olfato con la vista…?

—El olfato tiene que ver con todos los sentidos, con todas las emociones, el olfato es raíces, origen, emoción, evocación, cultura, arte, arraigo… Y si te pido que cierres los ojos es para que concentres tu percepción en el sentido del olfato y de algún modo apagues el estímulo visual… Apaga los ojos…

—No, pues ahora sí dame de la que estás fumando o si no, explícame de dónde sacas todo eso…

—Pues no es más que un tipo de comunicación no verbal

—A ver… Según yo, la comunicación no verbal, es el lenguaje corporal y los gestos… Pero el olfato, oye, como que no tiene nada qué ver…

—Perdón, pero estás en un error. La comunicación verbal y visible, es decir lo que un individuo dice y cómo expresa con sus manos y su cuerpo, son tal vez las dos maneras más comunes, obvias o no tanto, de comunicación humana. Pero también nos comunicamos por medio del tacto, del olfato y en ciertas circunstancias, ocasiones o culturas, la comunicación se da también por medio del gusto… De este modo, la comunicación va más allá de lo verbal, de lo semántico… Y se convierte entonces en una comunicación no verbal… Y sería mejor referirnos a este tipo de comunicación como extraverbal que es el término correcto en español y que significa algo que no se sirve de palabras sino de gestos, movimientos, etc.. La otra acepción: no verbal, es en realidad un extranjerismo y si tenemos las palabras precisas, pues no hay razón alguna para recurrir a otra lengua.

—De acuerdo… Digamos que comunicación extraverbal, … Sigue con tus olores pues…

—¡No, jajajaja, no estoy hablando de mis olores, estoy refiriéndome a los olores en general! Pero en fin… El caso es que la importancia del sentido del olfato como receptor de mensajes y en ciertos casos emisor de los mismos, se ha menospreciado… Y esto es debido a muy arcaicos prejuicios y razones sociales y culturales…

Desde luego que un olor, no necesariamente desagradable, pero sí particular como todos los olores, es lenguaje amplísimo. Un olor evoca, transporta, asocia, produce empatía o antipatía, une o separa… Un olor puede ser motivante del más sublime lenguaje poético, de la más bella obra plástica o musical… Pero me refiero a un olor auténtico… Olores que encontramos a lo largo de nuestra existencia, ya sean olores de la naturaleza, del entorno o de la pareja… Y hablando de la pareja, resulta curioso lo que sucede con los olores corporales… Especialmente si nos referimos a los olores genitales… O tal vez sería mejor hablar de olores erotizantes y/o erotizados…

Si revisamos ligeramente la manera de manejar, de manipular los olores en nuestra sociedad contemporánea, vamos a darnos cuenta que vivimos en una sociedad desodorizada propiamente dicho. Se trata de evitar los olores naturales y aromatizarlos… Insisto: No es lo mismo aroma que olor… Y esa desodorización contemporánea, parecería buscar cada día un nuevo olor natural a desterrar… Nos da pavor el mal aliento, el olor corporal, los olores característicos de los hogares y ya ni qué decir de los olores genitales… Y es curioso, primero nos enseñan a eliminar los olores naturales como intentando borrar el tristemente afamado pecado original y luego nos quieren a llevar a remplazarlos por otros olores elaborados con esencias sexuales almizcladas de otros mamíferos… ¿Preferimos motivar el erotismo en la pareja con olores genitales de otras especies…? Las damas en general, hacen hasta lo indecible por librarse de sus propios olores biológicos y desodorizar hasta el último rincón de su cuerpo… Y las damas pudientes gastan fortunas en esencias, en fragancias, en eau de parfum y eau de toilette sucumbiendo ante la promesa publicitaria de la elegante motivación ante la que ningún hombre se podrá resistir… Fragancias que obtienen los Químicos Farmaceúticos del sexo del zorrillo cuando está en celo, por ejemplo… Sí, así de brutal, del sexo de un animal para untarlo en el órgano sexual más amplio del ser humano que es la piel… ¿Por qué no somos capaces de percibir los olores feromónicos de nuestra pareja? He aquí donde entran las diferencias culturales… Así como en nuestra sociedad occidental y occidentalizada cada vez más se palpa ese intento permanente y cotidiano de desodorización, hay sociedades o culturas en las que el olor personal es algo definitivo para el camino de la vida. Así, el célebre antropólogo Edward T. Hall, en su libro “The Hidden Dimension”, nos cuenta que los árabes “reconocen una relación entre la disposición personal y el olor… En un casamiento árabe normalmente, Para lograr una buena pareja, algunas veces piden oler a la candidata y la rechazan si no huele bien” pero no sucede eso por razones estéticas o cosméticas, sino por razones emocionales. Por medio del olor logran aparentemente percibir la aceptación o el descontento femenino por la posible relación matrimonial. Oler a un amigo, oler a otra persona en general, nos dice este afamado Antropólogo norteamericano catedrático de la Universidad de Denver, Colorado, en la cultura de algunos pueblos árabes no sólo es cortés sino deseable y para ellos, negarse el aliento sería una majadería… Gran contraste con la cultura occidental, en la que se nos enseña que no debemos hablar o respirar directamente a la cara de una persona para que no le hagamos padecer el aliento… La cultura, el origen, el terruño o el entorno familiar producen olores característicos que pueden ser agradables o desagradables para otras personas de distintos orígenes o entornos… Pero también, ciertos olores nos remiten a momentos que detonan o motivan emociones particulares…

Olfato-Olores2—¡Qué rico… Huele a tamales… Pero no a cualquier tamal sino a los tamales de Tabasco que hacía mi abuela…!

—Bueno, dirás que huele a las especias y el tipo de guiso que se acostumbra por allá…

—¡No, huele a casa de mi abuela, huele a mi infancia, huele a las fiestas del día de muertos donde los tamales de masa colada eran el platillo principal…! Huele a la casa del rancho y a las mazorcas de cacao, huele a canto de cigarras en los inmensos árboles que protegían las plantaciones de cacao y huele a la nana Celfa, la que tenía una pierna rígida… como ella… Huele al abuelo y su sobriedad, a sus miradas furtivas y a los chirridos del butaque… Huele al cumpleaños de la tía Paquita…

Y es que los olores pueden motivar auténticas efemérides, emociones variadísimas que si las tomáramos en cuenta, nos hablarían como a los perros, de cosas imperceptibles o que dejamos de percibir debido a la desodorización que la cultura occidental trae día con día… Esas emociones pueden ser de muy diversa índole, así, algún olor puede motivar atracción o rechazo en la proxémica de la que nos habla Hall. El olfato, además de cuestiones culturales, varía también de acuerdo al sexo según nos dicen los investigadores en la materia. Por ejemplo, es común que una mujer tenga mucho más desarrollada la capacidad olfatoria para bien o para mal de su pareja, dependiendo del caso… Asimismo, la capacidad olfatoria femenina aumenta mucho justo cuando la ovulación llega a su nivel máximo… Los científicos, nos dicen que existen totalmente definidos los MQE o Mensajeros químicos externos que son responsables de la comunicación extraverbal y que nuestros cuerpos son extraordinarios en ese sentido tal vez con mayor capacidad que la que tienen los animales que nos asombran por su olfato, pero una vez más, la desodorización los ha adormecido… Sería absurdo pensar que tantos miles de glándulas odoríferas cubriendo nuestra piel solamente sirvan para que un perro sepa si se puede o no acercar y si debe temernos o querernos… G. Groddeck, célebre Médico alemán pionero en la Medicina Psicosomática y colaborador de Sigmund Freud, decía que el hombre es primariamente un animal nasal y aprende a reprimir su agudo sentido del olfato por razones culturales…

Caracola de miel y olores tempraneros
vísteme con tu piel tan húmeda y fragante
inunda mi sentido con el aroma brutal
de tu entrepierna
y déjame llenarme de tu olor a caricia…
Olor a miedo de un instante…

En lo puritana que puede ser la sociedad contemporánea al ir sustituyendo olores por aromas desodorizantes cada día…

*Cantante, compositor y escritor.

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