El pasado 12 de noviembre de este año, se conmemoró en la ciudad de Culiacán, el centenario del fallecimiento del Héroe de la Lomita, Gustavo Garmendia Villafañe.
Originario de Oaxaca (1883), egresó del Colegio Militar con el grado académico de ingeniero; se adhirió al liderazgo de Francisco I. Madero, integrando su Estado Mayor y en el golpe de la ciudadela, que en realidad fue un golpe militar contra el presidente de la república, encabezado por el Gral. Victoriano Huerta, defendió la integridad de la institución presidencial.
Los sucesos del Palacio de Gobierno donde despachaba el residente Madero fueron dramáticos, magistralmente descritos en el libro “Los últimos días del Presidente Madero” por el embajador de Cuba en México, Manuel Márquez Sterling, en 1917.
Siguiendo el relato de Sterling, el 18 de febrero, un grupo de soldados azuzados el Gral. Aureliano Blaquet, que cumplía órdenes del Gra. Victoriano Huerta, llegó hasta la puerta del despacho presidencial y llamó a Madero conminándolo a salir para conocer la supuesta insurrección encabezada por el Gobernador de Oaxaca; Madero se dio cuenta de la trampa y presuroso se refugió en su oficina, no sin antes sufrir un jaloneo.
Ya adentro y con los soldados entrando a la fuerza, los oficiales Teodoro Jiménez Riveroll y Rafael Izquierdo forcejearon con el Presidente, al unisonó, Gustavo Garmendia gritó “Al Presidente de la república no se le toca”, y ante la orden de disparar contra el Presidente Madero, Garmendia sacó su pistola y eliminó al oficial Riveroll, mientras que Rafael Izquierdo fue ultimado por Federico Montes Alanís, compañero de Garmendia; ante este tumulto, Madero corrió a uno de los balcones laterales de Palacio y oyó vivas en su favor, luego se asomó al balcón que central de la plaza Constitución y hoyó Vivas al Presidente Madero. Bajó a los patios y ahí fue apresado, mientras Garmendia alcanzó a brincar por las azoteas y se refugió en las casas aledañas hasta esperar la noche y huir.
Como sabemos Madero fue asesinado, junto con el Vicepresidente José María Pino Suarez, el 22 de febrero, consumándose así el oprobioso magnicidio donde no estuvo ajeno el embajador Norteamericano.
Garmendia es declarado desertor y huye hacia el norte del país, se refugia en los Estados Unidos logrando incorporarse al Ejército Constitucionalista bajo las órdenes de Álvaro Obregón, para después participar en la tercera toma revolucionaria de Culiacán en noviembre de ese fatídico 1913.
El Gral. Obregón en su parte de guerra, describe la muerte de Gustavo Garmendia en este tono: “…el fuego se había establecido desde luego muy nutrido y como a las nueve de la mañana que llegaba el 5º Batallón con su jefe, el Teniente Coronel Gustavo Garmendia a su frente, al fortín, desalojando en una lucha encarnizada a los federales que se hacían fuertes en él, cayó Garmendia herido en una pierna con bala expansiva que le produjo intensa hemorragia y a pesar de haber sido desde luego ligado fuertemente y sacado del sitio en que con tanta bizarría se batía, sobrevino la muerte en medio de una serenidad que impresionó a los presentes, y antes de que pudiera llevársele a un lugar en que se impartieran auxilios médicos. Su cadáver fue conducido al Cuartel General donde se le hicieron las guardias de Jefes y Oficiales y a la mañana siguiente fue trasladado a Navolato dándole sepultura con los honores debidos”. Así murió este ferviente maderista el 12 de noviembre de 1913.
A principios de este año de 2013, se declaró el Día del Estado Mayor Presidencial, enalteciendo las figuras de Gustavo Garmendia y Federico Montes Alanís, por su defensa institucional del Presidente de la República.
En la ciudad de Culiacán, donde viven descendientes familiares de Gustavo Garmendia, a través del Archivo Histórico General del Estado de Sinaloa, el Instituto Sinaloense de Cultura y la Crónica de Sinaloa, en el marco del centenario del nacimiento del Ejército Constitucionalista, según decreto del Gobernador del Estado de Coahuila, Venustiano Carranza del 19 de febrero de 1913, se le organizó el merecido homenaje, con la participación de Irma Garmendia Bazúa, Irma Beatriz Valencia Garmendia, Fernando Valencia Garmendia y Emilio Garmendia Bazúa, donde se evocó la figura de este destacado revolucionario de primera generación.
*Director del Archivo Histórico General del Estado de Sinaloa.