Por Faustino López Osuna*
Para un prontuario sobre Carlos Fuentes diríamos que El Pequeño Larousse Ilustrado consigna: Fuentes (Carlos), escritor mexicano, nació en 1928, autor de relatos (Los días enmascarados, Agua quemada), y novelas (La región más transparente, La muerte de Artemio Cruz, Cambio de piel, Terra nostra, La cabeza de la hidra, Una familia lejana, Gringo viejo). Premio Nacional de Literatura de México 1984, Cervantes 1987 y Príncipe de Asturias 1994.
No escribió poesía, pero cultivó brillantemente la novela, el cuento y el ensayo, produciendo para la literatura española y universal una importante obra, más extensa que la de Octavio Paz. Entre 1958 y el 2012 de su muerte, escribió 22 novelas, 9 libros de cuentos y 12 volúmenes de ensayo. Para los que descalifican y desechan a los viejos creativos y productivos, es de destacarse que el mismo año de su fallecimiento, 2012, a sus 83 años de edad, Fuentes continuaba escribiendo como en sus inicios, 59 años atrás, la novela publicada póstumamente, Federico en su balcón y el libro de cuentos Carolina Grau.
Desde el Premio Biblioteca Breve en 1967 hasta el Doctorado Honoris Causa otorgado por la Universidad de Islas Baleares, Carlos Fuentes recibió 33 premios y reconocimientos, como la Medalla Picasso de la Unesco en 1994. Escribió guiones para cine, haciendo mancuerna con Gabriel García Márquez. Del mismo modo, durante toda su vida escribió en periódicos y revistas de ambos lados del Atlántico. En el presente 2013, el Fondo de Cultura Económica publicó sus Cuentos Completos. De su infancia hasta su adolescencia se puede decir que, por ser su padre diplomático, Carlos Fuentes Macías, su nombre completo, nació en Panamá y pasó su niñez en diversas capitales de América: Montevideo, Río de Janeiro, Washington D. C., Santiago de Chile, Quito y Buenos Aires. Los veranos los pasaba en la ciudad de México estudiando en escuelas para no perder el idioma y para aprender la historia de su país.
Fuentes llegó a México hacia 1944, a los 16 años de edad. Aquí estudió y se graduó en Derecho en la UNAM y, en Economía, en el Instituto de Altos Estudios Internacionales de Ginebra. En 1972 se convirtió en miembro de El Colegio Nacional, habiéndolo presentado, en su ingreso, Octavio Paz. Aquí habría que agregar que la gran amistad y admiración mutua que unía a estos dos gigantes de las letras, desapareció antes del otorgamiento del Premio Nobel a Paz, por sucias intrigas de Enrique Krause, censuradas y repudiadas públicamente por el escritor Fernando Benítez, quedando constancia de ello. Mucho se dice que la campaña internacional de Krause contra Fuentes reduciendo su figura e influencia en las nuevas generaciones de escritores, de alguna manera tuvo que ver para que la Academia Sueca, al optar entre los dos mexicanos, lo hiciera por Paz para el Nobel, quedando Fuentes por más de 30 años en la lista de candidatos, como le ocurrió a Jorge Luis Borges.
Igual que su padre y en honor a él, Carlos Fuentes tuvo un papel relevante en la diplomacia de México. Se desempeñó como delegado mexicano en numerosos organismos internacionales y desde 1972 a 1976 como Embajador de su país en Francia. Durante su gestión, abrió las puertas de aquella embajada a los refugiados políticos latinoamericanos y a los de la resistencia española. Renunció a su puesto como embajador, en protesta por el nombramiento del ex presidente Díaz Ordaz como primer embajador de México en España, tras la muerte del dictador fascista Franco. El autor de Aura, destacó como profesor en las universidades de Princeton y Columbia e, igualmente, como catedrático en las de Harvard y Cambridge.
Fuentes asumió la misma posición crítica de su desempeño como embajador, cuando en 1972 se le otorgó el premio Mazatlán de Literatura, rechazándolo por la política del gobierno de Sinaloa contra el movimiento estudiantil en la UAS. Aceptó, en cambio, el Doctorado Honoris Causa de la institución rosalina. A Carlos Fuentes, enorme figura de la literatura universal, lo unían extraordinarios lazos con Sinaloa, para orgullo nuestro: su madre fue originaria de Mazatlán y, recientemente, el licenciado Gilberto López Alanís, me confirmó que también su abuela materna había nacido aquí, en la ciudad de Culiacán. Carlos Fuentes nació el 11 de noviembre de 1928 y murió el 15 de mayo de 2012.
*Economista y compositor.
