Por Ernesto Rios Rocha*
En esos dos tiempos, Satán anduvo destruyendo el templo. Y al final se disfrazó de blanco para que no viéramos su oscuridad. Una vez disfrazado de ángel de luz, se metió en un aula y empezó con apariciones matemáticas, hasta encontrar fórmulas explosivas para pelear. Hacía estremecer la tierra y con ventarrones hacía correr agua por encima de las cosas. Pero después como un ángelbrillante formó una computadora y se sentó en ella. Y empezó a aventar pantallas alrededor de la tierra hasta comunicarse globalmente. Allí empezó el principio del final.
Ahora, vestido de blanco, el Anticristo tomó en sus manos un fusil, todo tipo de explosivos, un cerebro y los introdujo por el lector de la computadora y al abrir nuevamente apareció un circuito integrado el cual presionó hasta convertirlo en un grano de arroz y a estos los reprodujo en millones. Pasó un hombre caminando al cual se le mostró un billete donde el hombre vino a él y se le puso en su mano derecha el arroz de grano inyectado, un código de barra y la numeración que servía en transacción comercial.
El creador alzó su mano derecha para decir que no tardaba la venida del salvador. Ese tiempo destructivo en el que anduvo la oscuridad, al anticristo le fue concedido actuar, tiempo determinado, propósito y fin de concebir la verdad por medio de la mentira.
El temido hijo revelado puso el trono en los lados del norte de lo alto. Nació un niño en los lados del norte de la tierra con su misma característica. Creció, caminó, fue militar y político, organizó países en alianzas y los manipuló. Se sentó ante su computadora. Con un clic salvó al mundo de un caos económico. Unificó la moneda y luego la hizo desaparecer. Dibujó tres caracoles espirales y aparecieron tres ranas. Los medios iluminaron su figura y entonces se convierte por fin en el esperado sabio. Arrebató, persiguió y cubrió de angustia total al mundo. El chip era la moneda y la llave de todo. Estábamos vigilados.
El creador volvió a levantar su mano derecha y sonó una trompeta. Hubo lluvia de humanos de abajo hacia arriba perdiéndose en el cielo.
El anticristo envió diez aviones a Judea y seis a Jerusalén y dispersó, pero con un temblor se partió la tierra de los olivos apareciendo un valle donde se instaló. Un valle lleno de armas. La guerra fue en la tarde. El cielo entero se ahumó. Lo demás fue nocturno, el viento, los meteoros, los venenos y al final el temblor. Tremenda escena del valle de Meguidó.
Un hombre estaba en el monte escondido, intacto, y se levantó cuando ya pasó todo. Miró a otros salir del monte pero casi todos eran mujeres. Voltearon al cielo ahumado y se estaba abriendo una inmensa puerta de luz donde aparecía un súper aparato tecnológico como la nave del templo en el rio Kebar. Descendió la figura de un brillante trono, luz y fuego, enorme, con cuatro ruedas brillantes de plata y bronce y venían doce acompañándolo, toda una civilización, una ciudad entera, cuadrada y con doce puertas, tres en cada lado, ciudad y nave flotante como palacio de gobierno.
Ellos bajaron del aparato y se pusieron su traje carnal respectivamente. Habían sido raptados de la tierra en la lluvia de humanos. Empezaron a vestirse con el traje asignado y como se mete uno a un turrón con cierre así se metieron al inerte cuerpo de carne echando a bombear el motor con sangre que corría por los cables del funcionamiento. Tomaron la información del espíritu introduciéndola en una memoria conforma de cerebro duro. No cabía toda y dejaron fuera los pensamientos y poderes espirituales e introdujeron sólo la percepción de los sentidos, hasta que la memoria aumentara su capacidad de albergue.
Se les dijo que formatearan el cerebro inclinándose ante la proyección que se les enviaba de arriba. Voltearon sus ojos hacia adentro y entendieron la pequeñez del mundo exterior.
Cuando ellos descendieron, la nave empezó a moverse circularmente como torbellino y aventó una luz al valle de Meguidó, al oriente de Jerusalén cerca del mar, y del mar salió una bestia la cual estaba llena de cabezas y con una octava cabeza llena de cuernos y naciones unidas, aliadas, y una mujer elegante, hermosa prostituta, ebria y malvada con forma de iglesia Romana la cual estaba en el vientre de la bestia porque se la había comido, devorándola de manera sangrienta.
Pero la Bestia ya destruida, saliendo del mar, cayó en un pozo de meteoro ardiendo y este voló al abismo quemando todo rastro.
En el centro de Meguidó aparecía un cuerpo de hombre falso, un profeta negro, el cual se fue hundiendo hasta llegar al hoyo abismal del centro de la tierra del núcleo ardiente.
La nave aventó luz hacia arriba y cayó un dragón amarrado que estaba vivo. Y así seguirá, todo el día, pero en el segundo día ya desatado viene a sembrar en lo sembrado, a ensuciar lo limpio, regalando carnes a todos los perfectos espíritus para una nueva contaminación voluntaria, con el propósito de que el creador haga su segunda selección de sabios, que conducirá al largo túnel de la eternidad. Todo eso vi en el documento autorizado por los profetas del libro que tropecé para una Era mas de nuestros tiempos en el universo.
Estando de nuevo con el ángel, este me preguntó. ¿En qué gastas el tiempo? – le dije: no lo sé.
¿Sabes dónde viven los aprendices? – me preguntó
Le dije- Estudian, trabajan, se divierten, viven.
“Los aprendices viven en un mundo material y poseen carros, edificios, empresas y todo tipo de material lujoso; esposas, hijos, padres y todo tipo de familiares; escuelas y maestros, y su mayor deseo es abrirse paso exitosamente en la tierra, compitiendo para lograr aplausos del mundo ignorando la verdadera idea de la existencia”.
Los aprendices-prosiguió- “no saben su propia procedencia, a que vinieron ni a donde van. No saben que al ser creados nacieron de un vientre espiritual y que tienen que pasar la metamorfosis de 7 vidas para crecer mentalmente y llegar al hogar de los sabios. Traen una cultura milenaria y sus padres les enseñaron el materialismo. Se les va la vida en estudiar la forma de saber cómo comprar toda cosa material y llenar el alma de adornos de todos colores acumulando decoraciones y recibiendo aplausos de sus logros. Su juventud está llena de sudor y su vejez de enfermedades, pero no desean morir sin haber alcanzado casas, coches, viajes y sociedad. Los aprendices estudian y leen toda la matemática terrenal, vagan por el mundo exterior como la órbita de las estrellas y le dan vuelta a la misma dimensión. Estudian todo tipo de organismos físico biológico y se olvidan de su esencia y significado. Compiten y crean armas para destruirse”.
Estuve callado escuchando, y toda esta información andaba por el aire y entraba por mis sentidos hacia el cerebro. Pero la extraje y la guarde en el espíritu de mí ser para prevenir una fuga de información.
*Pintor,escritor, narrador y pedagogo.