Por Ernesto Rios Rocha*
Trabajé mucho. De tanto trabajar, un amigo mío se hizo rico. Su empresa explotó y con ella nosotros. Yo caí desnudo en un campo de libros, flores y amigos; pero él cayó vestido en un desierto sin agua y con sed. El verdadero conocimiento no es el que aprendemos en la escuela, ni tampoco la profesión que nos da de comer, éste es barato. El verdadero, es caro. No se puede comprar, se obtiene con sufrimientos, con situaciones difíciles. Insisto, en este mundo no hay sabios, solo aprendices, sólo aquel que regresó de la eternidad para mostrarnos el camino. Sólo él. Venimos a esta vida y no entendemos a qué, y tenemos que regresar, resucitar, reencarnar, hasta que entendamos que la vida no es la gran oportunidad de divertirse; es una escuela, de enseñanza, de tropiezos, llantos, enfermedades, de sonrisas y lindas emociones. Se da por etapas, aparentemente largas. Hoy eres niño y mañana abres los ojos y ves las arrugas, el tiempo de prisa y la vida se acabó de pronto. Las arrugas empiezan a preguntar el nuevo rumbo. ¿Qué hay después de la vida? ¿Otra vida? ¿Mejor? ¿Peor? ¿Más larga y hermosa? Sí. sólo es un paso, y se llama desmaterialización. Solo hay que saberlo y creerlo. Su intención no es darnos una probadita de existencia; somos sus hijos y nos ofrece eternidad… Esa es la verdad y la realidad. Y me dije- Todo lo que estoy escribiendo en este libro es ‘’Mi Verdad’’. Nadie escribe lo que yo. Yo no escribo lo que nadie. Y ‘’La Verdad’’ es que cada quien escribe ‘’Su Verdad’’ y existe en su propio mundo, habita en su propio universo, los cuales son en cantidad proporcional a las mentes que escriben su propia ‘’Verdad’’ y la actúan y la convierten en su realidad.
Los problemas empezaron al comprender la realidad. Por fin lo sentí. El creador, en un súper aparato tecnológico inimaginable. Nunca pensé que peleara contra él mismo. Su mano izquierda discutía contra la derecha. A la diestra su hijo el bueno. A la izquierda su hijo el malo. En su mano el libro de la vida, escribiendo la historia de nosotros, la humanidad. Yo estaba en mi ser y mis ser en mí, y mis dudas se hicieron visibles ante él. Y le pregunté, y me contestó:
“Soy uno solo, todo es uno, uno es dos, dos es dualidad y dualidad es unidad”.
Tenía un gran brazo derecho en luz y el otro en la oscuridad, pero la oscuridad abarcaba solo el brazo izquierdo que se movía constantemente con ira. Pero la luz abarcaba todo el cuerpo y me dijo: “La necesaria oscuridad tocó tu mente y tus sentidos para que pudieras distinguir la luz”.
En la parte oscura del aparato tecnológico inimaginable estaba el innombrable gritando para ganar terreno y adeptos, pero no podía soportar la luz de su derecha, y el ser supremo que estaba entre los dos, tomaba control sobre ellos. El hijo bueno, y el hijo malo, ellos dos eran uno, y uno era el ser supremo. Entonces me estremecí y sentí dos fuerzas contrarias en mi interior que peleaban entre sí, y entendí la semejanza con el creador. Caí en oscuridad y el tentador me quiso probar pero yo aparté mis pasos y cuando sintió rechazo le dio paso a la luz. De repente hubo una transformación en cada lado del creador. Era un feto que se desarrollaba. En la luz nacía un hombre de túnica blanca, crecía y se sentaba a la diestra, al lado derecho con un poder impresionante. En la oscuridad crecía un hombre de malos pensamientos, vestido de negro y al lado izquierdo. El creador levantó las manos y las estrechó, entonces salió una gran chispa de energía al juntarse el polo positivo y negativo y corrió por el centro de la figura del ser supremo. Y los vi salir por separado de aquel supe aparato tecnológico. Primero Emanuel salió de la luz y bajó hasta pisar tierra, algunos le gritaban Miguel de arriba, pero otros le decían Jesús, los de abajo. Tenía una mirada tierna y recorrió su vista a toda la geografía terrestre bendiciendo todo lo que miraba. Caminó y caminó después se sentó a cenar pero luego fue acribillado por los Judíos.
Después el innombrable salió de la oscuridad, descendió hasta pisar tierra. Su violencia era como la de un dragón. Los de arriba le gritaban Lucifer y los de abajo Satán. Una vez que salieron de su lugar de los dos brazos del creador, cada uno por separado actuaba en contra, y aún siendo hermanos chocaban, y al chocar salía la chispa que formaba el conocimiento humano. Jesús habló y los judíos protestaron, entonces él fue regresándose a la diestra del creador, prometiendo descender nuevamente después de dos tiempos. Satán al verse solo en la tierra empezó a tentar y tentar y con su violencia destruía cosas y cuerpos. Y yo le pregunté al ser supremo. ¿Por qué con tu izquierda destruyes y con la derecha construyes? Y me dijo: para que aprendas a usar las manos y entiendas que la derecha es mejor, y más poderosa. Entonces maldije a Satanás. Y me dijo: No, él también es mi hijo. Todas las intenciones de Satanás necesitan ser autorizadas por el creador para poder convertirse en actos. ¿Y quién es el creador? Pregunté. Dijo: ‘’el que está en el centro de mí ser supremo’’. Y prosiguió “Bueno es encontrar la sabiduría pero mejor será no perderla. Bueno es llegar arriba pero mejor será no regresarse. Elevarse es bueno pero mantenerse arriba será mejor. La sabiduría es el fundamento de concebir el conocimiento del ser espiritual, desmaterializando los sentidos”. Le dije, dime lo que significa todo esto. Me dijo: ‘’Es el gran ojo dual. Atención: Este es el que rige el universo y tiene una ley de tal forma que lo planetas, sistemas, galaxias y demás le obedecen y los disciplina por viaje de orbitas en tiempo y forma. Pero el pequeñísimo planeta humano al igual que los demás, así como sus habitantes existen por la misma ley’’. Aun no entiendo, le dije. Pero al decirlo di un pasó y tropecé con un libro antiguo, muy viejo. Lo tomé y lo abrí y en sus páginas una pantalla de tacto y al tocarla aparecieron estas imágenes: Vi que Gog salió de la reunión con un documento firmado por la ONU y se apresuró al monte santo de Israel. El documento traía dos firmas, Ezequiel 38 y Zacarías 14 donde se autoriza la última destrucción de Jerusalén. Al reverso del documento firma Daniel 11 donde los países de los polos sur y norte pelean por un tiempo y más abajo una máxima frase que decía ‘’Quemaron el libro y el templo y después de 3 años 6 meses sus jefes desde la comodidad de un asiento en un valle cerca del mar con un derrame químico infectaron la tercera parte y por eso se estremeció la tierra. Pero después de 45 días de angustia muchos aplaudieron el nuevo cielo’’. Firma Daniel 12.
*Pintor,escritor, narrador y pedagogo.